31 agosto 2008




Arnaldo, el especialista

Santiago González

La salida del preso de la cárcel es un acto solitario, lo sabemos por el cine: Peckinpah muestra en La huída a Doc McCoy saliendo de la penitenciaría y en un paisaje desértico solo le espera su mujer. En el momento en que se le abren los portones, un guardia que era un dechado de pesimismo antropológico masculla a su paso: “Volverás, Doc”.

Martutene no es San Quintín; Otegi, tampoco es Steve McQueen, pero fue recibido por más gente: su familia, su abogada, Jone Goirizelaia, y medio centenar de conmilitones, aunque la mayor parte de ellos tenían más pasado que futuro como dirigentes de la izquierda abertzale.

Sus primeras palabras en libertad fueron perfectamente predecibles para reivindicar el diálogo y la negociación como instrumento para resolver el problema de fondo del país. Al hacerlo, recurre a sus mejores cartas. En realidad, hay una contradicción notable entre las proclamas de ETA en favor de la vuelta a la negociación y el aparente desinterés de ETA por el mejor especialista que Herri Batasuna, Euskal Herritarrok y Batasuna han tenido en materia negociadora durante la última década.

Su destacado papel en Lizarra ha mejorado considerablemente durante el último proceso negociador. Sus dotes oratorias que cautivaron a los suyos en un memorable duelo dialéctico con el entonces consejero de Interior (hay que decir que entre las virtudes de Atutxa no destacaba la soltura expresiva) también sedujeron a sus anfitriones durante el almuerzo que le ofreció el Círculo de Empresarios Vascos en 1.999, al que asistió acompañado por Rafa Díez Usabiaga. Por deseo de los invitados, el almuerzo se celebró en un hotel de Bilbao y no en el lugar habitual de los encuentros del Círculo: el Club Marítimo del Abra, destruido por ETA en noviembre de 1973 y objeto de un último atentado con furgoneta-bomba el pasado 19 de mayo. Es difícil imaginarse a Joseba Permach o Rufi Etxeberria seduciendo a empresarios, juntos o por separado.

Sus dotes volvieron a brillar con fuerza en el proceso de paz de Zapatero. Él lo inauguró en Anoeta, el 14 de noviembre de 2.004, al repetir la cita de Arafat sobre la rama de olivo y el fusil. Dos meses después escribió una carta al presidente del Gobierno que terminó de convencer a éste sobre las bondades del proceso en el que se había embarcado.

Otegi ha pedido permiso para disfrutar unas vacaciones en Italia. Deberían dárselo por un criterio de racionalidad elemental. Ha cumplido su condena y está en paz con el mundo, salvo que alguna de las causas que aún tiene pendientes vuelva a llevarlo a la cárcel. En segundo lugar, para curarse en salud y evitar la posibilidad de que vuelva a convencer a nuestros gobernantes de la conveniencia de un nuevo proceso de paz. El vicesecretario general del PSOE ha expresado con elocuencia la firmeza de su partido: "No hay ninguna posibilidad de negociar con la izquierda abertzale, no hay ninguna posibilidad de retomar el diálogo, todas las puertas se han cerrado y la única posibilidad que tiene la izquierda abertzale es convencer a la banda terrorista ETA para que abandone las armas". Cerrar “todas las puertas” y subrayar dos veces que no hay “ninguna posibilidad”, para explicar a continuación que hay una “única posibilidad” es muestra de una lógica que no permite extraer conclusiones razonables.

Hay también una razón práctica. Si le deniegan el permiso, puede acudir a la comisaría en la que Emilio Rodríguez Menéndez consiguió su pasaporte. ¿Por qué no dárselo por las buenas y ahorrarnos un ridículo adicional?

29 agosto 2008




Arnaldo Otegi, sin paraguas

Santiago González

Mañana, cuando Arnaldo Otegi salga de Martutene tras haber cumplido los quince meses que le impuso la Audiencia Nacional por enaltecimiento del terrorismo, no tendrá a muchos fieles esperándole. Menos, en cualquier caso, de los que le acompañaron, física o sentimentalmente, a la entrada.

Requerimientos de la dramaturgia cinematográfica. Cuando recuperó su libertad, el exministro Barrionuevo, debió de sentir la misma añoranza de la cuantiosa peña que lo acompañó hasta las puertas de la cárcel de Guadalajara. ¿Qué se hizo de la solidaridad de antaño? Dios mío, qué solos se quedan los presos, escribió Bécquer poco más o menos.

Quedaba lejos el tiempo del esplendor para Otegi, cuando muñía con Eguiguren el vistoso proceso de paz, cuando la mayoría de las espectadoras (y una parte de los espectadores, claro) de ETB lo elegían en un programa de sobremesa como el político más sexy de Euskal Herria. No se asombren, que en todas partes cuecen habas. En diciembre de 1993, el buen pueblo español que ve la tele, votó los premios ‘Queridísimos 93’ que patrocinaba Tele-5. El galardón al político más valorado por los televidentes fue Jesús Gil y Gil y el queridísimo de la Economía fue el entonces presidente de Banesto, Mario Conde. El banquero no pudo recogerlo porque aquel 28 de diciembre, Día de los Inocentes, vio cómo el Banco de España intervenía su banco y ponía fin a su carrera.

Qué añoranza de aquel día en que un presidente del Gobierno le reconocía como “líder de la izquierda abertzale” y lo elogiaba porque “ha hecho un discurso por la paz y abre una etapa distinta en Euskadi”. Entonces era un líder. No porque se lo pareciese a Zapatero cuyo ojo clínico en la materia se ha visto cuestionado por los hechos en no pocas ocasiones. Era un líder porque así le parecía a ETA. El 3 de diciembre de 2006, Otegi fue el principal orador de un mitin convocado por su ilegalizado partido en Oyarzun. Era domingo y llovía y las fotos del acto muestran al orador frente al atril, mientras un propio sostenía solícito un gran paraguas azulón a cuadros. El del paraguas se llamaba Sergio Lezkano Bernal y fue detenido cuatro meses más tarde por ser uno de los integrantes del comando Donosti. Pocas fotos hay que materialicen tanto la metáfora “estar bajo el paraguas de ETA”.

Detenido el 8 de junio de 2007, ha cumplido íntegra su condena. Mes y medio después del encarcelamiento, Pernando Barrena y Jone Goirizelaia presentaban en rueda de prensa una página web (www.arnaldoaskatu.org) para que sus adeptos inundasen la red con reivindicaciones de libertad para el preso. La falta de respuesta popular llevó a clausurarla unas semanas más tarde.

Todo hace pensar que Otegi es un dirigente amortizado para la organización terrorista. Las tres causas que aún tiene pendientes en los juzgados centrales 4, 5 y 6 de la Audiencia Nacional pueden volver a llevarlo a la cárcel en un futuro próximo.

No es la primera vez que ETA descataloga a algún dirigente batasuno. Habrá que ver si Otegi empieza a callarse y permanece mudo unos diez años. Fue el tiempo que estuvieron callados Txomin Ziluaga y los dirigentes de HASI expulsados en 1988 y el que se mantuvo en silencio el anterior portavoz, Floren Aoiz, que dejó de serlo tras ser condenado a siete años de prisión por el Tribunal Supremo en 1997. Dos años más tarde, el Tribunal Constitucional admitió el recurso de amparo de Aoiz y el resto de la Mesa Nacional. Al salir, había una nueva dirección con un nuevo portavoz llamado Arnaldo Otegi. La cárcel se lo dio, la cárcel se lo quitó.



20 agosto 2008



Números y letras


Santiago González

Alguna anomalía muy profunda socava nuestra vida parlamentaria cuando la preocupación política del Gobierno, evitar la comparecencia del presidente para explicarse sobre la financiación autonómica, ha podido resolverse mediante negociación de la vicepresidenta De la Vega con el solitario diputado de ICV, Joan Herrera, que en el lance de ayer recordaba la fábula de Samaniego sobre la pesada carga del camello y la pulga que la coronaba: “se apea, y dice arrogante:/ «del peso te libro yo.»/ El camello respondió: «gracias, señor elefante.»

Las claves del acuerdo que han llevado a Herrera a retirar su petición son: la comparecencia de Solbes antes de que termine agosto y un nuevo compromiso de financiación antes de tres meses, para que pueda ser recogido en los Presupuestos de 2009.

Hace tres meses, el presidente invitó a cenar en La Moncloa a los barones regionales para tratar el tema. Crema fría de melón, es de suponer que de Alange. Había constancia escrita de que Zapatero se convierte en un ser imperturbable con la ingesta de la sopa. Según testimonio de uno de sus más íntimos colaboradores en la hagiografía escrita por Suso de Toro, Madera de Zapatero, en cierta ocasión fue interpelado por un compañero durante una comida. Entonces él, “midiendo sus tiempos y midiendo todo, siguió tomando tranquilamente su sopa”. Así que el presidente, tras tomar su sopa fría, hizo un vaticinio a corto plazo: “es el Estado el que tendrá que hacer un esfuerzo especial, ¿verdad, Pedro [Solbes]? Os pido que todos confiemos en Pedro. Habrá justicia y solidaridad para todas las comunidades”.

Al final, el esfuerzo lo hará Pedro, que comparecerá en el lugar del jefe. Dos semanas antes de la referida cena, Felipe González había advertido inútilmente en El País de la contraindicación que suponía el debate de la financiación para la “prioridad de las prioridades en coyuntura de crisis”: “inversión generadora de actividad y recuperadora del empleo que se está destruyendo”.

La jugada de Herrera ha creado una notable sensación de alivio en el Ejecutivo. Zapatero estaba dispuesto a pedir su propia comparecencia para evitar hacerlo obligado por su soledad parlamentaria. También, naturalmente, alguna suspicacia en su compañero de grupo ERC y en CiU, pero no tanta como para que vayan a suscribir la propuesta de comparecencia presentada por el PP, que, con toda probabilidad, decaerá hoy en la reunión de la Comisión Permanente.

Habrá más bilateralidad y también más multilateralidad, han acordado las partes, con esa deliciosa ambigüeda, que es la columna vertebral de los conceptos en el Gobierno Zapatero. Y eso, ¿qué quiere decir? No se sabe, pero los nacionalistas catalanes, incluido el PSC, interpretarán que primero negociarán lo suyo con el Gobierno y luego ya se hablará de todo en mesa redonda. Por otra parte, si Zapatero ha incumplido en Estatut, que es una ley orgánica, ¿por qué ha de cumplir un pacto de agosto con un tal Joan Herrera?

El problema sigue. La financiación se hace con números, elementos contantes y sonantes. Zapatero ha puesto las palabras y la sintaxis al servicio de la política en un impresionante alarde literario. Pero estamos ante una suma de quebrados, lance poco propicio para el juego metafórico. En algún momento habrá que reducir los sumandos a un común denominador, porque ni las cuentas ni la crisis admiten la hipálage ni el quiasmo, por mucho que Solbes trate de cubrir los desparrames literarios de su jefe recurriendo a la matemática borrosa.




04 agosto 2008




Sonrisas y lágrimas
Santiago González

La frustrada recepción de la izquierda abertzale a Iñaki de Juana Chaos en la parte vieja donostiarra no fue un acto multitudinario. Apenas 200 simpatizantes tomaron la calle Juan de Bilbao que fue, durante unas horas, territorio liberado del entorno de la organización terrorista, una Marquetalia urbana y euskaldun, por decirlo con hipérbole del gusto de los celebrantes.

No eran las FARC, pero ayer, unos particulares se adueñaron en San Sebastián de un espacio público, del que echaron a los periodistas y al público no adicto en general, con el argumento de que era “un homenaje privado a una persona”. Después, establecieron ‘controles’ para impedir la entrada de personal inconveniente, sin que el consejero de Interior ni el alcalde la ciudad creyesen conveniente restablecer el derecho de los ciudadanos a moverse libremente por las calles.

El Mundo traía ayer a primera dos fotos ilustrativas de este asunto: La primera mostraba la sonrisa esquinada del hombre inmune a las huelgas de hambre. La segunda, a unos centenares de metros de la calle ‘liberada’, en la expresión desolada de las víctimas acompañadas por apenas tres docenas de personas. Era una contraposición de fotos ya vistas: las lágrimas de Pilar Ruiz y Estibaliz Garmendia con las risas de Arnaldo Otegi y Juan Mª Olano al celebrar la penúltima excarcelación del preso De Juana; la de Rosa Díez con la viuda de Baglietto y la de la parlamentaria socialista Gemma Zabaleta y la abogada batasuna, Jone Goiricelaia, en momento amable. No acertó Zapatero al acuñar el par ‘una imagen del pasado, una imagen del futuro’. La contraposición de fotos, risa y llanto, es la verdad última e inmutable de este proceso. Iñaki de Juana, un asesino múltiple, estuvo más acertado al declarar, tras el asesinato de Alberto Jiménez Becerril y su esposa: «Me encanta ver la cara desencajada de los familiares en los funerales. En la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas».

No es la única ocasión en que este tipo se ha adelantado a nuestros máximos representantes institucionales. Apenas cuatro meses después, el 1 de junio de 1998, publicó un largo artículo en el diario Egin, en el que contaba una conversación carcelaria con un chorizo común, tan ignorante como lleno de buena voluntad. Un diálogo socrático en formato del catecismo Padre Ripalda, que prefiguraba, con diez años de antelación, el argumento de Ibarretxe en defensa de sus preguntas. Instruía el PP (preso político) De Juana a su catecúmeno que era muy fácil acabar con la violencia, según receta a la que basta añadir un pleonasmo para convertirla en frase muy actual del lehendakari: “En cuanto se respete la voluntad de los vascos y podamos decidir libremente nuestro (propio) futuro.”

El sábado, junto a la pavorosa soledad de las víctimas, miles de ciudadanos se solazaban en la Concha, encarnando al protagonista coral de esta tragedia: la mayor parte de ellos, en la playa. El resto, incluidos todos los agentes de la Policía Municipal, al lado mismo de las víctimas, en los jardines de Alderdi Eder, pero en otro afán: la salida de la Clásica de San Sebastián. Era el déjà vu de una imagen de ciclistas en la carrera del Rosario, celebrada en Salvatierra el 4 de octubre de 1980. Fueron asesinados tres guardias civiles de tráfico que habían acudido a organizar la prueba. El txibato había sido el párroco, Ismael Arrieta. La viuda del agente José Vázquez Platas declaró en el juicio que su marido había sido herido en el brazo y que vecinos del pueblo alertaron al comando de que uno de los guardias aún estaba vivo. Volvieron y lo remataron.

01 agosto 2008



Ah, las metáforas

Santiago González

A veces, cosas del secarral informativo propio de la estación, deviene en asunto nacional la última gilipollez que se le ha ocurrido a un concejal de Izquierda Unida (ICV) de Torredembarra, un uomo cualunque que ha colgado en su blog un falso anuncio del Gobierno de España, con el lema “S.O.S. Extremadura needs you”. Se trataba de una petición que él suponía irónica para apadrinar a dos “nens extremenys”, dos niños desharrapados y tercermundistas, que podrían haber sido figurantes en ‘Los olvidados’, un homenaje a Luis Buñuel en el 25º aniversario de su muerte.

No era el caso. Se trataba de una crítica, diz que humorística, al resultado de las balanzas fiscales. Puesto a hacer demagogia, habría sido más inteligente retratar a los niños, limpios y lustrosos, compartiendo ese ordenador que la Junta ha comprado a cada dos escolares con el dinero que expolian a Cataluña. El pobre Suñé quizá no sepa que niños como los de la foto puede encontrarlos más cerca, en el barrio barcelonés de La Mina, y que, a veces, los mares del Sur, la otra cara de la luna y de la prosperidad, se encuentran a unas pocas paradas de metro de la casa de uno, tal como describió Vázquez Montalbán en la mejor novela de Carvalho.

Unos días antes del 23-F, Carmelo Garitaonaindía, un profesor de la UPV que había militado en ETA durante el franquismo, publicó un artículo en El País, ‘ETA, mátalos; pero a todos’, con una lista, minuciosa hasta el absurdo, de los enemigos del pueblo vasco; tantos que aconsejaba el exterminio de toda la población: “aunque haya alguno que quizá no haya hecho o no haga nada contra Euskalherría, sin duda tuvo alguna vez un pensamiento diferente del vuestro para alcanzar esa Euskadi socialista, euskaldun e independiente que proponéis. O para evitar que lo tenga.”

Era, evidentemente, un sarcasmo que estuvo a punto de costarle un disgusto. Un fiscal celoso entendió el artículo en su sentido literal e instruyó unas primeras diligencias por si el autor podría haber cometido un delito de apología del terrorismo.

El concejal Lluís Suñé fue cabeza de lista de ICV por la circunscripción de Tarragona el pasado 9 de marzo. Él es una prueba concluyente de la selección negativa de la especie política. El primer candidato del Partido Comunista por Tarragona en las elecciones del 15 de junio de 1977, fue Josep Solé Barberá, un abogado brillante, un tipo culto e inteligente, que había sido fundador del PSUC y defensor en el proceso de Burgos y que en aquellos comicios salió elegido diputado.

El concejal Suñé, que ha pedido disculpas, porque no quería ofender, es que no comprende las metáforas. El PSOE de Extremadura, que se ha puesto campanudo para acusarle de “posible utilización pornográfica infantil para fines políticos”, tampoco. Aquí se entienden mejor los insultos. A veces, incluso pretendemos cobijarlos en el derecho a la libertad de expresión.

En esta Babel simpática, la pederastia es una acusación política con futuro, como antes lo era el terrorismo. Ministra ha habido que han hablado de ‘terrorismo medioambiental’ sin descomponer la figura y en la España de la igualdad que regenta la ministra Aído, unos cientos de progres nostálgicos fueron al Alcázar de Segovia a oír a Joan Baez, que volvió a cantar El preso número 9, una apología de la violencia de género que se llevó los aplausos más fuertes entre las piezas del repertorio: “los maté, sí señor, y si vuelvo a nacer, yo los vuelvo a matar. Padre, no me arrepiento, etcétera”.

En estas fechas, las portadas de los periódicos deberían insertar un aviso: “El género dentro, por el calor”. Ah, las vacaciones.