27 mayo 2009

La familia sostenible

Santiago González

Había que dejar claro a la peña que después de las derechas habían llegado los derechos, después de la hiel la miel, sustituir el afán de sevicia por el de servicio, en fin, ese delicado juego de paronomasias que constituye la esencia del pensamiento Zapatero, infalible guía taxonómica para distinguir entre los que sólo piensan en sí mismos y quienes se deben a los demás.

Para fijar las diferencias, el Consejo de Ministros y ministras aprobó el 18 de febrero de 2005 un Código de Buen Gobierno que recogía este catálogo de principios éticos que guían a los buenos socialistas: “objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad, credibilidad, imparcialidad, confidencialidad, dedicación al servicio público, transparencia, ejemplaridad, austeridad, accesibilidad, eficacia, honradez, y promoción del entorno cultural y medioambiental y de la igualdad entre hombres y mujeres”. (Art. 1º. Principios básicos) 

¿Y todo eso para qué? Para la satisfacción de los intereses generales de los ciudadanos y el interés común, “al margen de cualquier otro factor que exprese posiciones personales, familiares, corporativas, clientelares o cualesquiera otras que puedan colisionar con este principio”. Esto en el artículo 2.2, y en el 2.3 más de lo mismo.

Verbigracia, lo de Chaves. Estaba obligado a inhibirse, porque así lo dispone el artículo 7.1 de la Ley 3/2005 de 8 de abril de Incompatibilidades de Altos Cargos de Andalucía, pero tiene menos interés. Entendámonos. Era ilegal que el presidente Chaves concediera una ayuda de 10,1 millones de euros a una empresa apoderada por su hija. La gente es de suyo malpensada y envidiosa y podría llegar a la conclusión de que Mina de Aguas Teñidas S.A. –qué hermoso nombre-había contratado a su hija, Paula Chaves para mover voluntades y papeles en el Gobierno de su padre. Habría que fijar un patrón para evaluar estos casos. Esto, ¿en cuánto se nos pone, medido en trajes de Milano? 

Demos por hecho que todo gobernante puede tener tentaciones y caer en ellas. ¿ No es admirable este alarde de decencia, el compromiso de hacer honor a su proclamada superioridad moral? Nada les obligó a elaborar un Código de Buen Gobierno, salvo quizá una súbita epifanía de la virtud que ascendía desde sus convicciones socialistas.

“Tengo una presunción siempre favorable hacia Chaves”, ha dicho su presidente, en gesto que le honra. Si no fuera magnánimo con los suyos, ¿cómo iba a poder guardar clemencia con la oposición? El portavoz de la Junta aclaró ayer que Paula Chaves no era la dueña de la empresa y tiene razón. Era sólo la conseguidora. De ahí que el portavoz Alonso haya sentenciado que la honradez y la honestidad de Chaves son incuestionables. La esencia de la democracia es la confianza en los nuestros.

Los Chaves constituyen una familia sostenible, un modelo alternativo que la derecha no entiende. A una familia laica le une más una subvención de diez millones que el rezo del rosario que preconizaba el padre Peyton. Y no hemos hablado de los hermanos Chaves. A ver si se atreven a decir ahora en el PP que el PSOE quiere acabar con la familia. No hay pelotas.

25 mayo 2009

Yes, we Camps

Santiago González

La política española siempre ha tenido un gesto de aliento para aquellos de los suyos que han debido hacer frente a la Justicia. Ayer fue el PP en Alicante en torno a Camps. Todavía no ha llegado el momento Fabra, y Federico Trillo a pesar de ser diputado por Alicante, no tuvo ayer ningún protagonismo. Ayer, el homenajeado era Camps y sólo Camps y él se tomaba aquel totus tuus con sencillez y emoción que le llevaron a despistarse y pedir el voto para que Zapatero se fuera a casa, como si las elecciones del día 7 fueran legislativas. Es muy de desear que pasen cuanto antes o que el juez tome una decisión definitiva, para que el presidente valenciano no tenga que sonreír más desde las portadas de los periódicos.

Pasa en las mejores familias. Recuerden la multitudinaria manifestación que CiU organizó por Jordi Pujol hace 25 años, cuando la Fiscalía anunció querella contra él y otros 24 directivos Banca Catalana.

También en la socialista, claro. Josep Mª Sala fue condenado en 1997 a dos años por el caso Filesa. Tras un breve paso por la cárcel, fue elegido para la Ejecutiva del PSC en su X Congreso, en julio de 2004. Fue el más aplaudido de los nuevos ejecutivos. Cuatro años más tarde fue reelegido en el XI, con idéntica acogida por parte de los delegados.

Probablemente el acto más espectacular de solidaridad política con unos justiciables fue el que se produjo a las puertas de la cárcel de Guadalajara el 10 de septiembre de 1998, para despedir a Barrionuevo y Vera, condenados por el secuestro de Marey. Allí se dieron cita dirigentes del pasado, como González, Guerra y Corcuera, junto a otros del presente, que aún pueden tener futuro, como Bono, Chaves, Almunia, Rubalcaba y Borrell. Se vitoreó a Galindo y muchos de entre los 6.000 asistentes llevaban pegatinas con la leyenda “Yo también soy Pepe Barrionuevo” (sector “de puertas para afuera”, se entiende).

El 3 de diciembre de 2003, Atutxa compareció ante el juez por haber desobedecido la orden del Supremo de disolver el grupo de SA (marca de Batasuna). Un millar de sus conmilitones encabezados por Arzalluz escenificaron un revival del Proceso de Burgos, que había comenzado tal día como aquel 33 años antes, y cantaron a coro ‘Eusko Gudariak’, el himno con el que Mario Onaindía puso fin a la vista del modelo.

Se echa de menos la sobriedad británica. Tony Blair fue interrogado tres veces en Downing Street por la venta de títulos nobiliarios para la financiación de su partido, sin aspaviento y sin Te Deum. Estos nuestros salen de declarar en loor de multitud. Interrogados por la Gestapo y ellos aguantando sin dar un solo nombre. Si bien se mira, es natural que les aplaudan sus camaradas en este país de resistentes. Qué tíos.



22 mayo 2009

Vídeos de primera

Santiago González

Los candidatos en campaña se dirigen a la parte más estúpida de sus votantes, a los que, una de dos: o bien los consideran sus semejantes, sus iguales o, simplemente, los desprecian. Tuvimos un primer clarinazo el sábado pasado, con Zapatero en Canarias: “Después de 30 años de democracia, a la derecha de este país aún le queda un largo camino para parecerse a la derecha europea”. Y ya, recreándose en la suerte, remató: “la derecha de aquí es la derecha más de derechas de toda la Unión Europea”.

El gran Carandell contaba en ‘Celtiberia Show’ que en los primeros años sesenta, el que fue primer director de RTVE, Jesús Suevos, tuvo que viajar a Italia por razón de uno de sus cargos. Eran tiempos de los gobiernos de centro-sinistra y a su vuelta se expresó maravillado: “hay que ver cómo son los socialistas en Italia. Unos caballeros, y no como los de aquí”. La hierba del jardín de nuestro vecino siempre es más verde, es ley de vida.

Zapatero clasifica a las derechas con la misma guía taxonómica que aquel falangista usaba para clasificar socialistas, pero la fugacidad es el signo de los tiempos. Eso era la semana pasada. Cuatro días después, todos los fachas de la vieja Europa eran iguales que el nuestro en el vídeo que ha presentado el PSOE con siete reaccionarios de atrezzo, siete enanitos para Blancanieves Pajín.

Un credo de siete artículos en el que siete derechistas de Cornejo entonan un credo a varias voces sobre el fondo del 4º movimiento de la 9ª: “Creo que los inmigrantes nos roban el trabajo, creo que en Europa sólo hay sitio para una religión, creo que la sanidad debería ser privada, creo que el cambio climático es una gran mentira, creo que la homosexualidad es una enfermedad, creo en el despido libre, creo en la pena de muerte.” Amén. Habría un video alternativo, claro: militantes de CCOO quejándose de la subcontratación de inmigrantes en La Naval de Sestao, porque son más baratos; un homosexual diciendo que prefiere vivir en un país donde son predominantes estas religiones europeas que en el Irán de Amadineyad; el secretario de Estado Campa y qué piensa de la reforma del mercado de trabajo o Clinton y Obama opinando sobre la pena de muerte.

El siete es un número muy acreditado en la teología numeral: en siete días dividió la semana el Señor, según el Génesis; siete eran los brazos del célebre candelabro; siete los pecados capitales, las vueltas a las murallas de Jericó, siete las palabras del Sermón (de las siete palabras, de ahí su nombre) y siete los fachas que se oponen a la Europa del futuro.

El decálogo tiene menos tradición, aunque más relevante: los Mandamientos en sus tablas, la Zarza que ardía y no se consumía y la voz que clamaba en el desierto: “Yo Soy el que Soy”. Un Tipo humilde, junto a nuestro Zapatero, Raúl del Pozo contó en una hermosa columna una gran confidencia del presidente: “He escuchado -me dijo- en mi despacho a las víctimas. Me ha conmocionado. He hablado con Pilar Manjón para decirle: «Me ha hecho usted mejor de lo que soy»”. (El Mundo, 16-12-2004) Fue aquella la primera vez en que nuestro presidente superó ontológicamente a la Divina y Ardiente Zarza. No será la última.

20 mayo 2009

Un debate maragato

Santiago González

El talento del presidente del Gobierno ya estaba descrito en ‘Primera plana’, una comedia escrita por Ben Hetch y Charles MacArthur hace 81 años, y llevada al cine por Hawks y Wilder (entre otros) con particular fortuna. Walter Burns, director del Chicago Examiner pide a su periodista estrella que lea el gran reportaje que está escribiendo. Cuando empieza a hacerlo, le interrumpe: “Un momento. No mencionas el periódico. ¿Nos perdemos los laureles?”, a lo que Johnson responde: “Eso viene en el segundo párrafo”. “¿Y quién diablos va a leer el segundo párrafo? Llevo quince años enseñándote cómo se escribe un artículo…”

El presidente es leonés y dada la querencia que acostumbra a manifestar por las cosas de su tierra, es muy probable que esté influido por el cocido maragato, una versión del puchero de tres vuelcos que se empieza a ingerir por las carnes, para seguir con los garbanzos y verduras y rematar con la sopa. Una de las leyendas sobre los orígenes de este plato contaba que unos soldados de la guarnición de Astorga, que habían preparado un cocido, decidieron atacar el asunto por sus partes más proteicas, por si acaso los franceses.

Como Burns, el presi sólo cree en el primer párrafo; como buen soldado maragato, acostumbra a centrarse en lo que le interesa. ¿Y qué es lo que le interesa? Ganar las elecciones. Por eso, escupió a Rajoy su mayor desprecio: “Usted es un especialista en perder elecciones”. ¿Qué significa a estas alturas el Debate sobre el Estado de la Nación? Prácticamente nada; es el cuarto párrafo del artículo de Johnson, la sopa de fideo o las natillas del cocido leonés.

Recapitulemos: la semana pasada hizo unas propuestas que nadie se esperaba, pero que no aguantaron vivas hasta el día siguiente. Los franceses siempre adelantan el ataque, pero no tanto como para no dar tiempo a terminar las carnes. Los periódicos decimos que ganó el debate, y al día siguiente el ordenador de los escolares pasa a ser material de promesa renovable, como el que prometió Chaves en las dos últimas elecciones andaluzas. El cambio de modelo económico, orientado hacia I+D+i, se estrella contra el presupuesto del Ministerio de Innovación, que es el que sufre el recorte más drástico. La frágil barca del amor siempre se estrella contra la vida cotidiana, escribió desesperanzado Maiakovski.

Con qué habilidad buscó las cosquillas al PP para obligarle a exigir la reforma del mercado de trabajo y atacarle después por neocón. En esta semana, el grupo socialista acordó esa reforma con CiU, para negarla luego por presiones de IU. Noventa proposiciones para camuflar los restos de naufragio del discurso presidencial, cuánta paja para esconder tan pocas agujas. Los socialistas se aplaudieron por haber ganado casi todas, aunque habría dado igual, porque no eran imperativas. Y sus señorías abandonaron masivamente la cámara, mientras algunas minorías hablaban de los menores inmigrantes, el cine y otras naderías. Olabarría llamaba a Goebbels “ministro franquista” (cuando oigo la palabra ‘cultura’ desenfundo la pistola) ante la indiferencia plácida de los diputados que aún quedaban en el hemiciclo. Y las diputadas, claro. Fin del sexto párrafo. La última cucharada de sopa.

18 mayo 2009

Soraya a La Moncloa

Santiago González

Zapatero debería invitar a Soraya a La Moncloa. Aunque haya quedado la penúltima. ¿Para qué? para regalarle el primero de los 420.000 ordenadores portátiles que piensa repartir entre tiernos escolares de diez años.

Cualquiera que la haya visto pensará que nuestra extremeña está muy crecida para quinto de primaria y tendrá razón, pero sería un gesto simbólico y en ese terreno todo es admisible, que los aspirantes a ganar la copa del Rey abronquen al donante y que esa joven tal lozana aún no haya llegado a la ESO.

La extremeña se ha alzado con el último lugar, exaequo con Finlandia, un país cuyo sistema educativo suele encabezar el ranking europeo en el Informe PISA. Hemos sido los últimos, pero junto a los primeros. No diré más. El que tenga ojos para ver, que vea, y el que tenga oídos para oír, que oiga. Los presupuestos están en marcha y no hay en ellos una partida prevista para 420.000 ordenadores, aunque Zapatero los quiere baratos, como los trajes de Camps, entre 200 y 300 euros la unidad. 

Luego está la conexión por banda ancha para 15.000 colegios a 30.000 euros cada una. Son 450 millones para gastar en una partida para la que Industria tiene presupuestados 7,5 millones para el bienio 2008-2009. Pero aún hay más: ¿qué pasa con la conexión por banda ancha de los escolares en sus casas?¿Cuánto cuestan 420.000 conexiones ADSL? Aquí no faltará quien diga que hay un porcentaje muy elevado de escolares con banda ancha en sus hogares, y es verdad, pero eso nos lleva a otra pregunta: ¿Por qué ha prometido el presidente regalar portátiles a escolares que ya tienen ADSL y, por tanto, acceso a un ordenador con conexión de banda ancha?¿Por qué este afán de aventar dinero público, especialmente en época de crisis? Si responde satisfactoriamente a estas preguntas sólo le falta solucionar nuestra primera carencia educativa: definir un Plan de Enseñanza con el que los escolares puedan sacar provecho de la quincalla electrónica que piensa regalarles.

Era por una buena causa, para demostrar que él se preocupa más que la oposición, la lágrima socialdemócrata. Lo mismo pasó con las medidas para impulsar la industria del automóvil: se puso a tirar del carro antes de negociar el asunto con quienes tenían que arrimar el hombro en las tres cuartas partes del proyecto: el sector y las CCAA. No le sale, claro.

Tampoco acertó en sus medidas para dar salida a los pisos invendidos, al dar un ultimátum a la tropa para desgravar. Se le ha rebotado el 80% de la peña en las encuestas, por mucho que el CIS las haga los domingos en las casas del pueblo a la hora del vermú.

Lo malo es que a éstas y a algunas otras inanidades que su partido va a dejar en cuarto y mitad para negociarlas para mañana con la oposición, esa España plural y diversa, les ha bautizado como “cambio del modelo productivo”. Estaba escrito, con perdón: sus propuestas, alegres como fuegos artificiales, sólo dejan tras de sí oscuridad y olor a pólvora. Urgen acuerdos de Estado. Con el principal partido de la oposición, por supuesto, pero no estaría de más que se pusiera de acuerdo previamente con los suyos. Los experimentos, con gaseosa.


17 mayo 2009

Reajustes

Santiago González

Es ya un secreto a voces que la noche del 1 de marzo pasado, Patxi López se arrancó al proclamar su candidatura a lehendakari, desbordando en su proclama los deseos y las expectativas de su partido. En efecto, la opinión mayoritaria en Ferraz era más bien partidaria de no arriesgar el acuerdo con el PNV que ponía a Zapatero al borde mismo de la mayoría absoluta en el Congreso. La iniciativa de Patxi era incompatible con ella, amén de introducir una contradicción notable en la política socialista: deber el Gobierno vasco al partido con quien se mantiene una relación de hostilidad máxima.

Había una evidente paradoja en la proclamación, que suponía una alianza de facto con el PP; sólo los 38 escaños que sumaban entre ambos le permitirían hacerse con el Gobierno vasco por encima de los 30 que había obtenido en solitario el partido-guía. La proclama de su candidatura por parte de López ponía al PSOE en una encrucijada, obligaba a Zapatero a elegir entre dos males: sartén o fuego.

El primero, la ruptura con el PNV en Madrid, lo que iba a dejar al Gobierno en una incómoda intemperie parlamentaria. La otra alternativa, permitir que Ibarretxe gobernara o aceptar una coalición con él como lehendakari, suponía, en primera instancia, un balance desastroso de derrota en Galicia y en Euskadi. En segundo lugar, podía pasarle factura por avalar tácita o expresamente, el Gobierno de Ibarretxe.

Así que a lo hecho, pecho. Pregúntense qué han hecho ustedes durante estos diez años para que hayamos tenido que aceptar el apoyo de estos, viene a ser la respuesta académica a la pregunta de los nacionalistas sobre cómo es posible que gobiernen con el PP. El mismo Zapatero respondió así a Erkoreka en el Debate sobre el Estado de la Nación.

Las cosas cambiarán durante la legislatura. Erkoreka ya anticipaba ayer que “la realidad nos obligará a todos, poco a poco, a resituarnos y a establecer las relaciones ordinarias o normales de comunicación”.

El segundo candidato en la lista del PSOE a las europeas consideró ayer “imprescindible” el entendimiento con el nacionalismo vasco, para atribuir al acuerdo de Jaime Mayor y Nicolás Redondo un carácter “excesivamente foráneo y frentista, inclusive cargado de tintes de revanchismo antinacionalista, que no son los perfiles del socialismo vasco de los últimos ocho años”.

Depende. Todavía está en las videotecas la advertencia que la consejera de Bienestar Social en el socialismo vasco de ahora mismo hizo al PNV en aquella campaña electoral: “no gobernaremos con ellos aunque cambien”.

Todo parece indicar que el análisis de Erkoreka es básicamente correcto. Tendrán que asumir que están en la oposición, eso ya es un hecho. A partir de ahí, tratarán de recuperar la centralidad política que tuvieron hasta Lizarra. Ya gobernaron con Basagoiti en Bilbao hace diez años y su portavoz en Madrid acaba de abrir la puerta a pactos con el PP si se centra. ¿Le gustaría al PSE reorientar su política de alianzas hacia el PNV? Puede, pero lo que con toda seguridad querrá es retener la lehendakaritza y no parece que el nacionalismo vaya a estar por la tarea. Habrá que estar atentos a las decisiones que tome el lehendakari hasta el verano.

15 mayo 2009

Un Fuenteovejuna plural


Santiago González


Para los espectadores vascos de la final de Copa no hubo nada raro en el hecho de que las cámaras de TVE conectaran con San Mamés cuando los Reyes acababan de entrar en el palco del Mestalla y comenzaba a sonar el himno nacional. Pasa todas las Nochebuenas en su televisión autonómica: mientras el resto de las cadenas conectan con el Palacio de la Zarzuela a las nueve de la noche para retransmitir el mensaje real, ETB inicia un ‘teleberri’ con asuntos propios. Eso no quita para que al día siguiente, su primer bloque informativo se dedique a las reacciones de los partidos vascos al discurso que no se emitió la víspera.

La mayoría, pues, no lo echó de menos hasta el final del descanso, cuando nos pidieron excusas por un “error humano” y, para reparar la pifia, emitieron el himno al comienzo del segundo tiempo, en diferido, aunque bajaron el sonido ambiente y subieron el volumen de la música para disimular la cencerrada.

“Errare humanum est” escribió Séneca en sus Controversias, aunque él no llegó a conocer nuestras televisiones públicas en general y TVE en particular. Errores humanos ha habido siempre en Televisión. Algunos graves, como aquel inmortal Ce-Ce-O-O de Urdazi, otros veniales y redimidos por el sentido del humor, como el inserto de sendas fotos de Rajoy entre dos planos de torturas en Abu Grahib y para ilustrar el suicidio de un etarra, o aquella de Acebes en medio de una información sobre los vuelos clandestinos de La CIA.

Fernández de la Vega le explicó la cuestión al portavoz de la oposición en el Senado, el 23 de noviembre de 2006: "Le voy a decir por qué la política de comunicación ha cambiado: ha cambiado porque no mentimos; las huelgas son huelgas. No ocultamos; las manifestaciones son manifestaciones. No manipulamos; Comisiones Obreras es Comisiones Obreras, no CCOO. No excluímos a nadie, porque el líder de la oposición está en todas las radios y en todas las televisiones... Los ciudadanos quieren que se les hable, como mínimo, con respeto a su inteligencia". Así lo dijo, en primera persona del plural, como si fuese la directora de los Servicios Informativos del Ente.

La pitada masiva al Rey y al himno son, al parecer, “hechos aislados” y no es función de Televisión Española difundir una imagen distinta a la España plural, diversa y unida, que con tanto empeño dibuja en el aire el presidente Zapatero. "Voy a hacer una España tan federal que nos os váis a querer ir", dijo a la tropa de ERC la legislatura pasada, no vayan a creer que su portentosa capacidad de predicción se limita al terrorismo y a las cuestiones económicas. Él y su portavoz, la vicepresidenta De la Vega, han dicho en innumerables ocasiones que gracias a ellos “España está más cohesionada que nunca” y los hechos no les quitan la razón del todo. La mayor parte de las hinchadas de ambos clubes se unieron en la gran y fraternal pitada que dedicaron al unísono al jefe del Estado y al himno nacional. ¿Hay alguna expresión más acabada de la unidad de España que ese rechazo común y compartido al Rey, antes de partirse el alma por ganar una copa que lleva su nombre?

13 mayo 2009

Rara política social

Santiago González

Los discursos parlamentarios del presidente acabarán definiendo un género: alegres y chispeantes al principio, producen el efecto levemente estupefaciente de los fuegos artificiales. Lo que queda al final es oscuridad y olor a pólvora. El tono fue acre entre Zapatero y Rajoy, que cada vez son más Robert de Niro y Depardieu al final de ‘Novecento’, adaptación bipartidista del duelo goyesco. Sus respectivas peñas, mal educadas, jalean más el contundente garrotazo que la finta habilidosa de la esgrima.

Zapatero propuso medidas que él mismo había votado en contra cuando las proponían partidos de la oposición. La ventaja del orador es que no distingue las palabras y eso le lleva a acertar incluso cuando se equivoca. Reconoció haber errado en las previsiones, pero se trata de un hecho irrelevante: todos se equivocaron y, lo más importante, no ha tenido consecuencias negativas: “porque ese error no le ha impedido (a mi Gobierno) reaccionar dentro de sus posibilidades”.

Esta razón le eximía de escudarse en cualquier otra. Haber previsto en los presupuestos para 2009 un crecimiento del PIB del 1,1% y perder seis meses después el 2,9% es un error de previsiones que no tiene consecuencias prácticas. La política económica para el ciclo de las vacas gordas, vale igual para tratar con las escuálidas. La política económica como el bálsamo de Fierabrás. Asombroso.
Por eso llama ‘Plan E’ al encuadernado de medidas sueltas y contradictorias en las que ve un cambio de modelo productivo, confunde la enseñanza con la compra de cachivaches y las medidas sociales con el reparto de cheques lineales, en una idea extravagante de la redistribución. “Los cheques portátiles”, se quejó el diputado Joan Herrera con magnífico pleonasmo; no se conoce el caso de cheques raíces o cheques mostrencos.

Nadie, salvo Zapatero, mantiene hoy que la devolución de 400 euros del IRPF o el regalo de 2.500 a toda parturienta, desde la altiva princesa a la que pesca en ruin barca, sean medidas de política económica, esto es, sirvan para inducir cambios en el comportamiento de los agentes. Los 400 euros son calderilla para un directivo empresarial y por ello, inanes, aunque sí servirán para expandir la demanda en manos de un mileurista con mujer y dos hijos. La princesa se empreñará o no por otras razones, pero ese cheque no va a contribuir al aumento de la natalidad en las familias con posibles. ¿Qué decir de la renta de emancipación? El efecto más notorio de esas medidas ha sido el aumento del déficit, (y del alquiler) sin afectar las variables económicas, micro, ni macro.

“Menos ladrillos, más ordenadores”, había dicho en Vistalegre, y ayer lo puso a limpio: el curso próximo, los niños de 5º de Primaria tendrán ordenador portátil. La causa de nuestras plusmarcas en fracaso escolar no se debe a falta de gadgets, el problema está en el sistema y en los planes educativos. Por otra parte, un porcentaje alto de escolares tienen ya portátil en casa. ¿Por qué gastar dinero público en regalarles uno? Ciertamente es mejor un ordenador que un ladrillo: tiene más posibilidades y abulta menos en la mochila, aunque el ladrillo salga más barato, váyase lo uno por lo otro.

11 mayo 2009

Otra vez en campaña

Santiago González

Se mire como se mire, los actos políticos de ayer son ya el comienzo de la campaña para las europeas y los dos barandas de los principales partidos se agarraron a lo mejor que tenían para enseñar, lo único que les ha salido bien en lo que llevamos de año y aun desde antes: sus respectivos lehendakaris. La recuperación de la mayoría absoluta que permite gobernar a Alberto Núñez Feijóo en Galicia, ha sido mano de santo para aplacar la grillera en que se había convertido el PP desde el pasado año, y un respiro para Rajoy.

La investidura de Patxi López como primer lehendakari no nacionalista ha sido un respiro para los dos. Dentro de un orden en el caso de Zapatero, porque esta victoria le tira de la sisa cada vez que sube a la tribuna del Congreso el diputado Erkoreka, dispuesto a lucir la temible navajita plateá de su oratoria. El triunfo de López no ha dado al PP consejerías, que es lo que mayormente se aprecia en los partidos, pero ha asentado a Antonio Basagoiti y el pacto del Tinell ha empezado a diluirse en la vida cotidiana aunque el PSOE no comprenda esa razón.

Los miles de socialistas congregados ayer en Vistalegre, por ejemplo, pero dedicaron la mayor ovación al lehendakari. Cosas de la vida, el pacto con el PP que le dio la investidura, le impidió estar a tono con sus anfitriones y este detalle puso en su intervención y en su figura un aire de estadista que le favorece mucho frente a la demagogia adolescente y sectaria de los adoradores de Obama. 

Zapatero estuvo en su papel al agradecer a Eguiguren, Ares y Rubalcaba su labor en el proceso de lucha contra ETA o en el proceso de paz con ETA o en el proceso para una paz dialogada, que de todas estas maneras se ha llamado lo que han hecho los citados a lo largo de los años. A uno le gusta más el diálogo tal como lo practica el ministro del Interior de un año a esta parte que el lío que se montó Eguiguren a partir de 2002. Parece que dirigirse a ellos con fórmulas simples, del estilo: “Buenas, quedan ustedes detenidos y aquí mi primo les va a leer sus derechos constitucionales”, da mejores resultados que la multiplicación de informes de verificación, mesas e interlocutores.

El presidente se salió cuando tocó su tema: Obama y él. No faltará quien le recuerde sus carcajadas críticas contra el PP, por “agarrarse, para salir del rincón de la historia, sometiéndose [risas] al imperio americano. [Más risas.] (…) Hay un cambio en el viento de la historia, sopla en una dirección, y el que no vaya detrás de Estados Unidos no pinta nada. Es la condensación de todos los complejos ideológicos de la derecha. Es una derrota total, una entrega total del país, pero vestido de patriotismo. Es lo más contradictorio. Es lo más antipatriota.” (‘Madera de Zapatero’. Suso de Toro, RBA, 2007. Págs. 157 y 158).

Es verdad que él espera que salgamos de la crisis económica de la mano de Obama. Del rincón de la historia ya salimos cuando Bush le invitó al G-20, según dijo el 14 de noviembre Mª Teresa Fernández de la Vega. Aznar copiaba a Bush. Ahora es Obama quien le copia a él y es Zapatero quien va a ayudar a EEUU a salir del pozo negro republicano. Estamos en campaña. Laus Deo. 

09 mayo 2009

Limpios y decentes


Santiago González


El senador Anasagasti ha escrito en su blog que se ratifica en su “asco por una democracia como la española que manipula de manera tan burda la realidad y en su deseo de ver pronto en Ajuria Enea un/a Lehendakari del PNV” . La secretaria general del PP, en un gesto impremeditado que revela falta de madurez política, ha pedido su dimisión. No es justo porque no valora el extraordinario compromiso que supone esta confesión de Anasagasti, un hombre que entre sus 27 años en el Congreso de los Diputados y los cinco que lleva en el Senado, ha completado 32 años de trabajo en una empresa que le asquea. Y sin embargo resiste en ella por sentido del deber hasta la edad de la jubilación y más allá. Admirable.

¿Cómo no iba a sentir asco un hombre de bien? Lean esta anotación de ayer mismo en su blog:
“Ibarretxe ha callado, ha sonreído, ha entregado su gobierno, habiendo ganado, al perdedor López (…) y se ha ido con su mujer, la discreta Bego, y sus hijas, a su casa, mientras los morreos entre López y la nueva “primera dama” eran todo menos un ejemplo de discreción y de sindéresis.”

Esa ‘primera dama’ entrecomillada era ya una declaración de principios, pero lo de ‘los morreos’ supone una vuelta irremediable a los orígenes, al antimaketismo sabiniano y su extravagante fobia al baile ‘a lo agarrao’:
“Ved un baile bizkaino presidido por las autoridades eclesiásticas y civil y sentiréis regocijarse el ánimo al son del "txistu", la alboka o la dulzaina y al ver unidos en admirable consorcio el más sencillo candor y la loca más alegría; presenciad un baile español y si no os causa náuseas el liviano, asqueroso y cínico abrazo de los dos sexos queda acreditada la robustez de vuestro estómago”.

El presidente del EBB, que faltó a la ceremonia, manifestó a Radio Euskadi: “no es de recibo que nos hablen ahora de mano tendida, cuando después del 1 de marzo tendimos la mano al PSE y nos la rechazó. La mano tendida de ayer es una mano sudada porque ya la ha utilizado con el PP”.

También el maestro lo había previsto: “El aseo del bizkaino es proverbial. (Recordad que, cuando en la última guerra andaban hasta por Nabarra, ninguna semana les faltaba la muda interior completa que sus madres o hermanas les llevaban recorriendo a pie las distancias)”, escribió Sabino Arana en 'Bizkaitarra' en 1895, mientras “el español apenas se lava una vez en su vida y se muda una vez al año.” Además, ahora sudan. ¿Cómo extrañarse de que 114 años después los verdaderos bizkainos sigan siendo tan mirados para el roce con el español?

Hay algo que no cuadra con tanto tiquismiquis. En estos días los tres diputados forales de Hacienda, jeltzales ejemplares los tres, empiezan a recibir las declaraciones del IRPF. No se tiene noticia de que le hagan ascos, no ya a las liquidaciones socialistas, sino a la de “aquellos trece” del PP, a los que Egibar condenaba al Reino de los Réprobos. Debe de ser que la Hacienda es incompatible con el sabinianismo estricto. O que los tres diputados forales son más del estilo Vespasiano, aquel emperador a quien afearon haber gravado con impuesto los mingitorios. Se llevó un puñado de sestercios a las fauces y dijo concluyente: “non olet”. Anasagasti, bienvenido al siglo XXI.
Ilustración.-Bizkaino en su aseo proverbial de cada mañana a pesar de no necesitarlo.

08 mayo 2009

Jurar por duplicado


Santiago González


La tradición, en contra de lo que cree el pueblo llano, ya no es cosa que requiera el paso y el poso de los siglos sobre la costumbre. El efecto paso del tiempo se consigue desde hace mucho con técnicas artesanales. Esto ya lo sabía el nacionalista Juan de Ajuriaguerra en 1936, cuando escribió la fórmula de juramento que dio en llamarse tradicional. El burukide de Otxandio escribió un texto que ya era antiguo cuando lo leyó por vez primera el primer lehendakari del Gobierno Vasco, el 7 de octubre de 1936. La sintaxis y el lenguaje produjeron en la fórmula el mismo efecto que el betún de Judea para dar aspecto de arcón centenario al mueble que nos hizo el carpintero del barrio.

“Ante Dios humillado, en pie sobre la tierra vasca, bajo el árbol de Guernica, con el recuerdo de los antepasados, juro desempeñar fielmente mi mandato”. Cualquiera que lo lea creerá que es una transcripción del fuero viejo de Vizcaya y que así juraban los lehendakaris en la Edad Media.

El segundo lehendakari de nuestra historia, Carlos Garaikoetxea, recuperó la tradición en 1980, aunque debió de darle apuro un texto comprometido con Dios, la tierra, un árbol y los muertos, y lo matizó en 1984 con una invocación postiza que escribió Gorka Knörr: “ante vosotros, representantes del pueblo”. La fórmula usada ayer por Patxi López procede del ajuriaguerrismo, enriquecida por el gorkaknörismo y otras aportaciones posteriores, que, con buen criterio, suprimieron la humillación ante Dios, introdujeron una referencia a la Ley, y cambiaron “representantes del pueblo” por “representantes de la ciudadanía vasca”.

El acto contó con la dirección artística de José Ibarrola, o sea que estuvo bien. Cambió el txistu por el oboe, y el crucifijo y la biblia por un Estatuto encuadernado para la ocasión, pero no se rompió nada más. Se mantuvo la curiosa costumbre de jurar (o prometer) por duplicado, aunque se cambió el orden: la primera vez en el interior de la Casa de Juntas, ante los parlamentarios. La segunda, bajo el roble, en la calle.

Éste es un pueblo de tradición muy juradera: aquí se hacía jurar a los Fueros los Reyes de Castilla y los aborígenes no paraban de jurar. El primer documento del nacionalismo, un discurso de Arana tras una cena en Begoña en 1893, se llama ‘el juramento de Larrazábal’. Las encendidas invocaciones a Dios del texto de Sabino no fueron del agrado de todos los comensales. Uno de ellos, Ramón de la Sota, dijo: “Dejémosle a Dios, que está muy alto para que se ocupe de nosotros”. Dos veces juró nuestro primer lehendakari, Aguirre, como se ha contado ya, dos veces juraron los demás y dos ha prometido Patxi López.

No hubo aplausos nacionalistas para el nuevo lehenkari, ni la mínima cortesía parlamentaria. Tampoco los tuvo Ibarretxe en su día. Ni siquiera Basagoiti recibió el martes el aplauso agradecido de los socialistas a los que entregaba su voto para que formaran Gobierno. Hubo una diferencia entre las juras ‘old fashion’ y la promesa de ayer. El público era distinto ahora: aplaudieron a su lehendakari, pero no insultaron a la oposición, como la claque de 2001 y 2005. Menos da una piedra.





06 mayo 2009

Don Erre ke Erre




Santiago González

Se anunciaba una sesión de investidura con dos candidatos a lehendakari. En realidad sólo hubo uno, que hizo un discurso apropiado para la ocasión, a saber: una exposición del programa que piensa desarrollar durante los cuatro próximos años. Fue el candidato socialista, el ya lehendakari López.

Había expectación por conocer cuánto esfuerzo había invertido Ibarretxe en un programa que sabía derrotado de antemano. Ha de tenerse en cuenta que este hombre confesó haber elaborado el famoso Plan que llevó su nombre escribiendo ocho borradores y trabajando en todos ellos al mismo tiempo.

No hubo tal. Era un discurso de candidato a líder de la oposición, si no fuera porque jamás se había visto a ningún dirigente opositor tan encorajinado, con tanto rencor en la memoria. Situó los orígenes del acuerdo que va a permitir gobernar a López en 2001, cuando Mayor Oreja y Nicolás Redondo acordaron “desalojar al nacionalismo de la Lehendakaritza”, habráse visto, qué descaro. Es un “quítate tú para ponerme yo”dijo en su día.

El pacto PSE-PP no es, en su opinión, “un acuerdo para construir sino una cruzada para destruir”. El concepto había sido utilizado hace tiempo, aunque en formulación menos maniquea: fue en el pacto que firmaron en el verano de 1998 ETA, PNV y EA, autodenominados como “fuerzas favorables a la construcción de Euskal Herria”, frente a los “partidos que tienen como objetivo la destrucción de Euskal Herria y la construcción de España (PP y PSOE).” Es evidente que en el texto antiguo se atribuía a socialistas y populares capacidad de destruir, sí, pero también alguna habilidad para construir, aunque fuera España. Tampoco entonces se les llamó “cruzados”. Puede que el lenguaje no fuera tan duro, bien porque en su redacción no participó Ibarretxe, bien porque ETA no tenía necesidad de agredir con calificativos, pudiendo hacerlo a tiros o con una bomba-lapa.

Fue un candidato a dirigente de la oposición, ya digo, aunque de una oposición extraparlamentaria. Estuvo sectario, maniqueo y excluyente. Ibarretxe fue ayer una figura patética, un personaje de ese subgénero de la comedia cinematográfica que antes llamábamos “españolada”. Su obstinación, su pertinacia en el error de los diez últimos años recuerda al personaje de Paco Martínez Soria en la película que da título a esta columna y que Televisión española programa casi todos los sábados. Fiel a sí mismo hasta el final, que desveló en su última intervención, abandona la política.

No había otra salida. Su partido no le había confiado la tarea de dirigirle en el tiempo nuevo. Es lo que pasa con los pueblos elegidos: Juan Josué vale para entrar en la tierra prometida, pero para vagar por el desierto, que es lo que ahora toca, les hace falta un Moisés.

Su obstinación le impidió lo razonable, decir adiós con buenas maneras y llevarse un aplauso unánime del Parlamento. No fue posible. Fiel a sí mismo hasta el final, parece haber inspirado su despedida en una astracanada, también española, dicho sea sin afán de molestar, “La venganza de don Mendo”: “Fuera ocioso./ Ved cómo muere un león/ cansado de hacer el oso”.


04 mayo 2009

Presidente en campaña

Santiago González

Zapatero va a arrimar el hombro y a tirar del carro al mismo tiempo, por usar las dos metáforas más caras a la secretaria de Organización de su partido. En la próxima campaña intervendrá cuatro veces más que en las europeas de 2004, que resolvió con tres mítines aquí y uno en Francia. Durante las pasadas autonómicas vascas y gallegas intervino en siete mítines en dos semanas, un puente aéreo Madrid-Bilbao-Santiago.

Ahora va a participar en diez o doce, como si fuera el candidato, aparte de convertir el Debate sobre el Estado de la Nación en un acto más de la campaña. “Será que tiene mucho tiempo libre”, dirán algunos resabiados ante este riguroso ejercicio de responsabilidad. Después de convertir la lista en un desván, en el que se amontonan: amables cantamañanas, como el primero de la lista, desechos de tienta, como la tercera, o favores a terceros, como la sexta, con políticos razonables y decentes, pero descatalogados, como el segundo y el séptimo, ha decidido echar una mano para evitar lo peor.

Es verdad que tanto mitin quita tiempo a las tareas de Gobierno. Habrá quien vea en esto una ventaja, que prefiera viajar al desastre a velocidad de crucero, como antes del cambio de Gobierno, a esta NEP, (Nueva Economía Política) que anunciaba la vicepresidenta primera con palabras temibles: “no se trata de cambiar el rumbo, sino el ritmo”, lo que hizo escribir a Rosa Díez: “no corran, que es peor”. A velocidad de crucero, también acabaríamos llegando, pero más tarde que a toda máquina y ahorrando combustible. 

Además, quienes así opinan, no valoran la versatilidad del presidente, acostumbrado a anunciar grandes acciones del Gobierno en actos estrictamente partidarios: la OPA a Endesa en el mitin de Rodiezmo, la negociación con ETA en un encuentro con concejales socialistas y así, convirtiendo el muro que separa lo público de lo privado en una membrana peligrosamente permeable.

“Le gustan las campañas electorales”, ha dicho Pajín muy fundamentadamente. Zapatero se lo había contado a Suso de Toro en tono épico: “En el mitin lo importante no son los discursos, sino los aplausos (…) Y creo mucho en el mitin. El mitin es: «Yo le convoco a usted aquí. Y usted viene a escucharme»”. Poder hablar de economía y de política a gente de tu misma sensibilidad y compromiso... Es como maximizar funciones, como la renta, el empleo o el gasto público sin necesidad de someterlas a restricción alguna. La economía sin problemas y las medidas sociales sin límites. 

¡Que tiempos aquellos en los que un gobernante podía reducir el Banco de España a una máquina de hacer billetes!¡Qué argumento para salir de la Unión Monetaria! El mitin es devolver la libertad a la política y la economía, secuestradas por el principio de contradicción. El Parlamento es otra cosa, claro, lleno de gente que en lugar de ayudar a los pobres quiere hacer más ricos a los poderosos y liberar el despido para aumentar el paro. El mitin sobre el estado de la Nación no va a tener tanta gracia, porque sólo le aplauden los suyos. Menos mal que no tiene límite de tiempo y sí, en cambio, la última palabra. 

02 mayo 2009

Cambio de tercio

Santiago González

Estamos viviendo una semana acotada entre dos martes históricos: el pasado, en el que Ibarretxe se despidió de la afición demostrando que no siempre es propio de la condición humana aprender de los errores, y el próximo, en el que, salvo imprevistos será investido el primer lehendakari no nacionalista en la historia de Euskadi.

Hubo un precedente fallido el 13 de mayo de 2001. Y en la etapa preautonómica fue también una jornada histórica aquel 17 de febrero de 1978 en el que Ramón Rubial fue elegido presidente del Consejo General Vasco gracias al decisivo e incierto voto del diputado de UCD Juan Echanove Tuero, que después de ocho empates y otras tantas vacilaciones, acabó votando al candidato socialista.

Aquel día, los socialistas vascos tuvieron la ocasión de sentirse tratados como intrusos. Otro tanto ocurrió el 14 de julio de 2001, durante la segunda jura de Juan José Ibarretxe como lehendakari en la Casa de Juntas de Guernica, mientras los simpatizantes del PNV insultaban a los parlamentarios del PP y el PSE por haberse atrevido a discutir al partido-guía los derechos de primogenitura. El pueblo elegido se constituía en turba con el mismo lenguaje e idénticas actitudes que sus cargos tenían que sufrir de las huestes de Herri Batasuna en juras anteriores o en la Salve donostiarra.

El senador nacionalista Iñaki Anasagasti anotaba en su blog los efectos de la resaca electoral el 6 de marzo pasado “ETA no ha desaparecido y volverá a matar si Patxi López es elegido lehendakari en vez del legítimo Ibarretxe". La propia ETA anunciaba el 11 de abril que el próximo Gobierno de Patxi López pasaba a ser “objetivo prioritario” de sus acciones terroristas.

Esta fue una de esas ocasiones en que el discurso nacionalista no es más que un relato sentimental, sin relación alguna con los hechos, aunque a ETA le sirve como coartada. Repasemos el estado de la cuestión en torno a las elecciones del 13-M de 2001, en las que Juan Josué Ibarretxe heredó la vara de mando del anciano y cansado Moisés en las alturas del monte Nebot.

El 6 de mayo, en plena campaña electoral, ETA asesinó al presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad en presencia de su hijo. Once días después del rotundo triunfo de Ibarretxe, el 24 de mayo asesinó al director financiero de ‘El Diario Vasco’, Santiago Oleaga. El 28 de junio hizo explotar una bomba en la calle López de Hoyos de Madrid, causando graves heridas al general Justo Oreja, que falleció un mes más tarde de resultas de las mismas. El 10 de julio, mató con un coche bomba al policía nacional Luis Ortiz de la Rosa en el barrio madrileño de Aluche.

El 14 de julio, aniversario de la toma de La Bastilla, el lehendakari legítimo a los ojos de ETA, según Anasagasti, juró su cargo en la Casa de Juntas de Guernica. El acto fue acompañado por los incidentes menores ya descritos. ETA expresó su beneplácito con dos asesinatos: a las diez de la mañana, una bomba-lapa bajo su furgoneta acabó con la vida del concejal de UPN en Leiza, José Javier Múgica. A las ocho de la tarde, tres pistoleros acribillaron a tiros en Lauburu (Guipúzcoa) al jefe de la Unidad de Inspección de la Ertzaintza, Mikel Uribe.

Así está el tema, mal que le pese a Anasagasti.