31 octubre 2009

Las fiestas y los medios

Santiago González

El Ayuntamiento de Bilbao ha abierto un expediente para la inhabilitación de dos comparsas, con el fin de impedir que vuelvan a participar en próximas ediciones de la Aste Nagusia, la Semana Grande bilbaína. La exhibición de fotografías de terroristas condenados por asesinatos y otros delitos graves incumple la Ordenanza de Fiestas, según el informe elaborado por la Ertzaintza a propósito de los hechos. Dos de las cinco txoznas investigadas, Txori Barrote y Kaskagorri, transgredían clamorosamente, no ya la ordenanza, sino el más elemental principio de convivencia. Además de las fotos de etarras, el informe policial daba cuenta de que en Kaskagorri se mostraba símbolos de la banda terrorista, como su anagrama y el eslogan ‘Bietan Jarrai”.

Secretos a voces. Hace unos años, el historiador Manu Montero acuñó una genial paráfrasis de una de las frases más conocidas de Carl von Clausewitz: “En Euskadi, las fiestas son la continuación de la guerra por otros medios.” Y con otros medios, habría que decir. Las Euskal jaiak son unas fiestas con singularidades extraordinarias. No es la menor de todas ellas, que la Coordinadora de comparsas forma parte relevante de la Comisión municipal de Fiestas, en pie de igualdad con los representantes del Consistorio (cuatro y cuatro) aunque el presidente de la comisión, (en este caso presidenta) tiene voto de calidad.

Recuerdo haber visto hacer turno de barra en Kaskagorri a un mocetón llamado Juan Luis Camarero López. El 20 de agosto de 1993, este individuo reconoció en el interior del espacio festivo a un ertzaina de libranza, Ander Susaeta, que, vestido de particular y sin armas paseaba entre las txosnas mientras se celebraba un concurso gastronómico. Hay momentos, como dejó escrito Pavel Kohout en ‘La hora estelar de los asesinos’ en que todos los gatos son pardos y un psicópata agarrado a una bandera se transforma en un líder patriótico. A Camarero lo secundaron veinte individuos de su pelaje y entre todos propinaron al agente una paliza salvaje, que todo el mundo pudo ver en los telediarios gracias a las cámaras de seguridad.

Después de permanecer huido durante un tiempo, camarero fue detenido y condenado a seis años de prisión. Kaskagorri ya mostraba por aquel entonces fotos de terroristas presos y Camarero fue noticia por una sorprendente grabación en la que daba cuenta de su admiración por un terrorista islamista que se había echado de amigo en la cárcel: “Tiene unas ganas de matar yanquis que mecagüen la leche. ¡Increíble! Es un tío superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima. Yo me llevo superbien con él. (…) Todo lo que sea guerra, de puta madre. Para él, hay cosas que nosotros hacemos muy mal. Según él, tú pones la bomba y no tienes que avisar. Tiene que haber muchos muertos. Y ésa es la historia, otro concepto».

Ayer, en la televisión pública vasca, una autodeclarada jurista se mostraba en contra de la decisión municipal, porque eso suponía negar la libertad de expresión a quien quiera criticar la dispersión de los presos. No sabía que no son los fines, sino los medios, que si la Policía detiene a un atracador en el momento de aligerar de la cartera a un ciudadano con la sirla no está criminalizando la petición de limosna. El violador no se distingue del amante por los fines, sino por los medios. A eso se referían Von Clausewitz y Montero.

28 octubre 2009

Se bastan solos

Santiago González


El secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, dijo ayer que los afiliados de su comunidad (al PP) están de manera abrumadora con la presidenta Aguirre, “quien eso no lo entienda, no conoce la realidad del partido”.


Poco habría que comentar sobre el particular si el asunto fuera eso, particular, y que se tratara del próximo congreso, cuando quiera que sea que se celebre. Lo malo es que en toda esta bronca no se habla de la dirección del partido, sino de la presidencia de Caja Madrid, que es la cuarta institución financiera de España.


Granados habría formulado mejor la cuestión si se planteara qué piensan los clientes de la caja, no los afiliados al partido. Keynes dejó escrito que nada hay tan tímido en la vida como un millón de dólares, pero no hace falta tener tanto. Con tener en una cuenta en la Caja entre 1.000 y 100.000, bastaría para asistir a este disparate entre la perplejidad y el pánico, al pensar con qué criterios se están tomando decisiones importantes que afectan a los ahorros de toda la vida y a nuestro plan de pensiones.

Sorprendentemente, las declaraciones en torno al tema de Leire Pajín, nuestra Hipatia de Benidorm, abundan en la lógica de Granados, al terciar ayer en la polémica para exigir que "de una vez por todas" Esperanza Aguirre, ponga "encima de la mesa" el nombre del candidato a la presidencia para poder "valorar esa candidatura de forma oficial". El miércoles, Zapatero hizo saber que no tenía reparo al nombramiento de Rodrigo Rato y esto es casi un consuelo.


Es normal. Ellos pusieron al frente de Caja Castilla-La Mancha a Hernández Moltó, para que materializase los sueños de gloria del poder autonómico. Véase el resultado.


¿Para esto le pagamos a esta chica los 7.500 euros mensuales como ex secretaria de Estado, (hasta julio de 2010) los 5.000 como secretaria de Organización, (que también pagamos nosotros) y los 4.948,93 que cobrará como senadora, cuando los populares valencianos dejen de comportarse como ‘gremlins’? Para descalificar al PP son mucho más eficaces Cobo y Granados, hay trabajos que se hacen mejor con recursos propios.


En justa compensación, externalizan algunos cargos. Ayer, Ricardo Costa se sentía aún secretario general del PPCV, mientras su partido anunciaba que lo daba de baja como afiliado. ¿Son compatibles amabas circunstancias? Sí, si el Partido Popular hubiese decidido privatizar la gestión de sus órganos de dirección, que todo podría ser, tal como están las cosas.


Durante la ocupación alemana de Bélgica, los fascistas de León Degrelle afeaban su conducta a los invasores y les exigían: “Nazis: quitad vuestras sucias manos de nuestros sucios judíos”. Lo que falta en este lío es una manifestación de impositores de Caja Madrid coreando la consigna: “Políticos, quitad vuestras sucias manos de nuestro sucio dinero”. Mientras, los votantes deben prepararse, debemos prepararnos, para responder en 2.012 a la gran pregunta: “¿Qué prefiere usted: la incompetencia suma del Gobierno o el extraordinario carajal de la oposición?” De momento, el PP, como los piratas de Astérix, no necesita a los galos ni a los socialistas para hacer el ridículo. Ya se las apañan ellos solos para hundir su propio barco.

26 octubre 2009

Romancero de ausencias

Santiago González

Lo más notable del festejo convocado ayer por el lehendakari fue el capítulo de ausencias, que el nacionalismo lleva por un camino de perfección. Ni el alcalde de Bilbao, ni siquiera el diputado general de Alava sentado, ay, sobre una minoría tan precaria. Por no estar, no estuvo ni el híbrido Odón Elorza. La presencia nacionalista fue solo empresarial. Josu Jon Imaz, ex del EBB y presidente de Petronor y Mario Fernández, ex vicelehendakari y flamante dirigente máximo de la BBK.

Dos ‘maverick’, que es el nombre que pusieron en Texas a las reses que se apartan del rebaño y pastan solas. Imaz lo pagó con su salida del EBB hace 25 meses. A Mario Fernández lo recuerdo en una entrevista que le hizo en RNE Luis de Benito hace 23 años. Allí lamentó que el nacionalismo se moviera entre la mitificación del pasado y la ensoñación del futuro. Entre ambos, añadía, “está la ancha vaguada del presente sobre el que no tiene nada que decir”.

En eso estamos tantos años después. En la fiesta del Estatuto, en la que el nacionalista Fernández aceptó la invitación del lehendakari López y éste hizo un discurso institucional, conciliador y bienintencionado, en el que trató de abrir un portillo al nacionalismo; una vaga posibilidad de reforma: no va a hacer una "defensa numantina de un texto concreto", porque en política "no hay textos sagrados intocables" y el autogobierno es una forma política abierta, como la democracia y no hay "nada inmutable", porque las cosas "no se deciden de una vez para siempre". Es una perífrasis que responde al mismo concepto que el proyecto de reforma redactado por Emilio Guevara hace unos años.

Vano esfuerzo melancólico. Decíamos ayer, como quien dice (y como Fray Luis de León) que el PNV sólo ven en el texto de Guernica la banqueta de ordeñar. Expliquémonos. El Estatuto para un nacionalista no es lo mismo que la Constitución para un demócrata: un contrato social entre los ciudadanos vascos que permite la convivencia en un régimen de libertad y autogobierno. Ésta es su principal característica, la de una ley que hace de los vascos ciudadanos. Los nacionalistas creen que es solamente un pacto de los vascos con el Estado, donde la representación de los vascos la detenta únicamente una minoría nacionalista.

Faltan 35 ó 36 competencias, dijo el presidente Urkullu y esa es el principal motivo de que se nieguen a celebrar su incumplimiento. Extraordinaria falacia. Si el Estatuto está muerto (o agonizante) como sostienen, no es porque falten esas competencias, sino porque ‘sólo’ faltan de transferir esas materias. El Estatuto de Guernica ha muerto de éxito. Imaginemos que a lo largo de este año se concretan y se transfieren las competencias que faltan, con las valoraciones del PNV. ¿Alguien puede imaginarse que a partir de entonces los jeltzales acudirán como un solo hombre al festejo institucional cada 25 de octubre?

La vieja piel de toro será la de una vaca seca y curtida y el nacionalismo reclamará, ya lo está haciendo, una becerra nueva para seguir ordeñando. Pero estamos ante otra representación del PNV. Si el asunto fuera en serio no podría entenderse que sus diputados le hayan salvado los presupuestos al mismo Gobierno que niega esas 35 ó 36 transferencias, que ya no llevamos bien la cuenta.

24 octubre 2009

Piratas de edad incierta

Santiago González

Veintitrés días después del secuestro del atunero ‘Alakrana’ por piratas somalíes, el asunto está extraordinariamente embarullado, aunque no cabe descartar la posibilidad de que se complique aún más. Antecedentes: no es la primera vez que esto le pasa a un pesquero vasco. El precedente del ‘Playa de Bakio’ está en la memoria de todos y también su resolución: el pago de un rescate que fue negociado por agentes del CNI y permitió que los periodistas tituláramos ‘Final feliz’ donde habríamos debido escribir ‘suspiro de alivio’. Evidentemente, la negociación y el pago de una cantidad incierta de dinero que pudo rondar el millón de dólares, pero que el Gobierno no quiso concretar, fue el ‘happy end’ que esperaban los secuestrados y sus familias.

La vida moderna es un fenómeno complejo y las cosas rara vez son lo que parecen al primer vistazo. Ahí tenemos a la justicia española en fascinante debate sobre la edad de uno de los secuestradores de un barco que no quiso faenar dentro de las aguas protegidas. La prueba dental dice que el increíble joven de la edad cambiante tiene más de 18, luego es culpable. Sostiene, sin embargo, el juez Pedraz que existe una probabilidad muy alta, seguridad plena, lo que se dice plena, no hay sobre este extremo, razón que lleva al juez a ratificarse en la idea de que es menor y devolverlo al juzgado de menores. Siempre será preferible una impresión certera que una probabilidad no total, aunque sea alta”. ¿Acaso no tienen las pruebas de ADN un margen minúsculo de error? y, ¿qué es, al fin y al cabo, la mayoría de edad? La frontera ficticia de una fecha, una hoja volandera del calendario. La verdadera edad es la del corazón, ¿Cómo se siente Abdu Willy, adolescente o maduro? Ayudaría mucho que el piratilla dijera, por ejemplo, que es virgen. Sería un criterio atendible.

Alguna polémica ha habido sobre el hecho de que reclamen protección del Ejército español los vascos independentistas. Irrelevante, salvo que los partidos españoles se tomen tan en serio las fantasías independentistas del nacionalismo vasco que estén de acuerdo en considerarles no españoles.

Fue notable la metedura de pata de la consejera del ramo, Pilar Unzalu, al acusar a los alcaldes convocantes de la manifestación de “utilizar el dolor de las familias”. No está mal, en cambio, la decisión del Ministerio de Defensa de permitir que los barcos pesqueros lleven fusiles de asalto para protegerse de los piratas. Es lo normal cuando se tiene un Gobierno y un Ejército pacifistas, que hay que dotar de armas de guerra a los pescadores.

La paz y la libertad dialogada es lo que tienen. Montesquieu explicó en ‘Grandeza y decadencia de los romanos” acerca de la paz, que no se puede comprar, porque quien la vende está después en mejor posición para venderla de nuevo. Es el eterno problema de negociar con los terroristas y especies afines, ya sea la paz o el rescate de un secuestrado: que después tienen más recursos morales o económicos para volver a las andadas. Cabe preguntarse si alguno de los lanzagranadas de los secuestradores del ‘Alakrana’ pudo ser comprado con el rescate del ‘Playa de Bakio’. La única edad cierta para los secuestrados y sus familias es la de su cautiverio: veintitrés días.

23 octubre 2009

La banqueta de ordeñar

Santiago González

El próximo domingo se cumplen treinta años del día en que los vascos aprobaron en referéndum el Estatuto de Autonomía. Como es habitual en todo partido nacionalista, la fecha conmemoraba una derrota. Como el 11 de septiembre para los catalanes, los nacionalistas vascos eligieron para votar su autonomía el 140 aniversario del 25 de octubre de 1839, fecha del famoso decreto de Espartero que ratificó el abrazo de Vergara que puso fin a la primera guerra carlista y constituyó la primera ley abolitoria de los fueros en el martirologio del nacionalismo.

El caso es que se acercaba la fecha conmemorativa y el PNV anunció que no estaría presente como partido en la recepción que el lehendakari López había convocado para la ocasión. No se descarta que algunos burukides asistan en función de sus responsabilidades institucionales: quizá el alcalde de Bilbao, que tiene algo de ‘maverick’, tal vez el diputado general de Alava, por ver de apuntalar lo suyo, pero lo que es el partido comunión, estaría ausente.

Ninguna novedad. La característica esencial del PNV es el don de la ubicuidad hasta tal punto de superar al PCUS en los desfiles del Primero de Mayo: estaban entre los manifestantes y también en la tribuna. En realidad se acercan al mismísimo concepto de Dios Padre. Estar dentro y fuera, ser Gobierno y oposición al mismo tiempo, ese es el secreto.

Hace doce años, el 18 de octubre de 1997, se inauguró el museo Guggenheim de Bilbao. El PNV de Ardanza fue el anfitrión en el acto con los Reyes. También practicaron la ausencia activa, como Arzalluz, Anasagasti y compañía. Se manifestaron en contra: las juventudes del partido, EGI, escribieron una carta de protesta al “señor Borbón” y se concentraron para protestar por lka visita en el exterior del museo. Ricardo Ansotegi aprovechó aquel sábado para acudir a la Casa de Juntas de Guernica, junto al secretario general de ELA y los hoy detenidos Rafa Díez Usabiaga y Arnaldo Otegi. Allí, José Elorrieta extendió el acta de defunción del Estatuto de Guernica: “El Estatuto ha muerto. Lo han matado los centralistas”.

Más o menos como ahora. El PNV estará dentro y fuera, arriba y abajo; dejarán (probablemente) algún verso libre en los actos, mientras los demás se niegan a asistir, porque celebrarlo sería celebrar su incumplimiento. Su última aportación ha sido impedir que 13 asociaciones cívicas celebraran el sábado el aniversario en la Casa de Juntas de Guernica, so pretexto de que ellos la habían reservado antes, hecho que no se comunicó en su día a los solicitantes.

Es la sensación de vértigo que experimenta el nacionalista ante el consenso. En 1977 se celebró el primer ‘Aberri Eguna¡ (Día de la Patria) unitario de la historia vasca. Aquelmismo año instituyeron el Alderdi Eguna (Día del Partido) para poder estar a solas. El Estatuto no es para ellos una Ley que permite la convivencia democrática de los vascos en un régimen de autogobierno y libertades, sino algo puramente instrumental, la herramienta que permite extraer competencias y dinero. El Estatuto de Autonomía es para un nacionalista como la banqueta de ordeñar la vaca para un ‘baserritarra’. Convendrán en que, mirado así, es difícil encontrarle poesía.

21 octubre 2009

Queremos saber

Santiago González

La incorporación de ‘Dignidad y Justicia’ y la AVT a la lista de personas y entidades que se oponen al archivo de la causa que se sigue por el chivatazo a ETA, va a hacer un poco más inverosímil su cierre, si es que tal se produce, al juez Garzón.

Este grave asunto es conocido por el nombre de ‘Bar Faisán’, en parte por el teatro de operaciones, en parte porque los bares siempre han sido en Euskadi instituciones con más tirón popular que las bibliotecas, como les digo una cosa les digo la otra.

Las asociaciones citadas se suman al partido de la oposición y al de la diputada solitaria en la negativa al carpetazo, en la que también coinciden cuatro sindicatos policiales (SUP, USP, CEP y SPP) y el inspector Carlos G. el investigador del caso que no orientó adecuadamente sus pesquisas, según se deduce del escrito de la Fiscalía.

¿Quién podría tener interés en cerrar un caso con tantos puntos de interés? No estamos ante un asunto baladí, sino ante lo que, con toda probabilidad, constituye un delito de colaboración con banda armada, quien quiera que lo haya cometido. Estamos lejos de haber llegado a un punto en el que es imposible la investigación, tal como podría deducirse de una lectura muy apresurada del escrito del fiscal. Queremos saber. La oposición, la Policía, las víctimas (a la AVT le costó 4.000 euros personarse en este asunto) y un sector muy importante de la opinión pública. El investigador principal del caso sobre el que ha caído la sombra de la sospecha, quiere que se sepa.

Es más que probable que el fiscal será partidario de reorientar una investigación infructuosa por un camino que lleve a resultados. Para qué vamos a hablar del ministro del Interior; cómo no pensar que arde en deseos de saber quién de entre sus funcionarios fue capaz de tamaña villanía (y si no lo hubo, de hacer que resplandezca el buen nombre del Cuerpo y el de todos y cada uno de sus funcionarios). El juez no tendrá interés en que descarrile ningún sumario suyo, menos aún en un momento en que tiene asunto pendiente ante el Tribunal Supremo. ¿Es causa suficiente que hayan pasado ya más de tres años de los hechos sin resultados apreciables? Los sumarios tienen una vida útil más larga que los yogures y es conclusión muy insatisfactoria un carpetazo sin que un delito grave, ciertamente cometido, termine sin procesamiento alguno, cuando son tan pocos los presuntos. El misterio de la habitación cerrada nunca es tal. O se descubre al culpable o hay truco del narrador.

No digamos en qué punto de la investigación estaríamos ya si a los largo de estos tres años se hubieran producido esas filtraciones que tantas portadas resuelven cada día a los periódicos o si se abriera el sumario para que el público satisfaga su legítima curiosidad.

Queremos saber. Hace ya más de treinta años, Baudrillard escribió en ‘Cultura y simulacro” que las masas se resisten escandalosamente a la comunicación racional. Se les da sentido, quieren espectáculo”. O por decirlo con uno de los airosos juegos de palabras de la viceprimera: el chivatazo del Faisán necesita un Ric Costa a toda costa. Más sencillamente, alguien que se coma este marrón.

19 octubre 2009

La roja insignia del valor

Santiago González

Hace ya bastantes años, cuando las opciones sexuales alternativas no gozaban de tanto prestigio como el que disfrutan hoy en día, me llamó la atención un excelente artículo de Juan Goytisolo en la difunta revista ‘Triunfo’. “Demos la vuelta de una vez a su miserable discurso”, era su título y mantenía en todo su desarrollo un tono conmiserativo y buenista hacia las personas que tienen otros gustos en materia sexual. Bastante tenían con lo suyo, no era propio de gente cabal condenarlos al ostracismo. Sólo en el último párrafo advertía el desprevenido lector que el artículos se estaba refiriendo a una minoría heterosexual en un mundo gay.



Creíamos que nuestro juez hiperactivo había enterrado el sumario del Faisán en el cajón de los sumarios perdidos, donde el sol no brilla nunca. La discreción no es la compañía más habitual del juez, azote de los dictadores vivos y aun de los difuntos, de corruptos dirigentes del PP y de capitalistas rusos. De todas estas actividades tuvimos noticia puntual por medio de los medios. Él tomaba las adecuadas para preservar el secreto de los sumarios que instruía, pero tarde o temprano el genio tiende a escaparse de la lámpara. Ya lo dejó escrito Miguel Hernández en ‘Vientos del pueblo’, aun sin conocer a nuestro héroe: “¿Quién al huracán le puso/ jamás ni yugos ni trabas/ ni quién al rayo detuvo/ prisionero en una jaula?”



Justo en el sumario de chivatazo no hubo fugas y esto alimentó la creencia de que era un sumario vacío, sin imputados o imputeados. Hagan el favor de mirar esto a la luz del candil que nos ha revelado día tras día las miserias del caso Gürtel. El Ministerio del Interior pone a investigar el chivatazo a un inspector jefe sobre el que se ciernen las sospechas del cante en sustitución del comisario que había dirigido la pesquisa con el juez Grande-Marlaska. Se puede deducir que cuando se sustituye a un policía por otro de rango inferior se muestra desdén por la investigación. Nada más incierto. Si el ministro puso en la tarea al ya famoso inspector Carlos G Punto (o viceversa) fue seguramente con la esperanza de que se derrotara al ver en el espejo la evidencia de su culpa.



Supongamos ahora que un diario nacional abriera cada día con un titular como los que siguen: “Imputado el director general de la Policía en el chivatazo a la trama financiera de ETA”, “Imputado el jefe superior de Policía del país Vasco en etc.” “Imputado un inspector de Vitoria en la trama etc.”. Ayer mismo podría haberse publicado este otro: “Imputado en el chivatazo del Bar Faisán elegido vocal de la Ejecutiva alavesa del PSE”, y lo que les rondaré.



Carlos G. fue condecorado por el Gobierno. ¿Con carácter preventivo? Así se autocondecoró Bono. Así han premiado a Obama. Recibió la distinción porque iba a detener a quienes robaron la coca en la Comisaría de Sevilla. Es mucho mejor que lo premiaran por eso que por el informe del Caso Faisán que debía de estar escribiendo aquellos días. No sería lógico que un ministro condecorase a un policía por acusar de complicidad con terroristas a un jefe superior y al director general de la Policía. Sin ningún fundamento, según el fiscal. Mucho tendría que gustarle a Rubalcaba la aporía.

17 octubre 2009

Diez años no es nada (Tango)

Santiago González

El PNV irá a la manifestación que recorrerá esta tarde San Sebastián para protestar por la detención de Arnaldo Otegi, Rafa Díez Usabiaga, Rufi Etxebarria y el resto de los dirigentes abertzales. Parece que fue ayer cuando Zapatero decía que Otegi “ha hecho un discurso por la paz y abre una etapa distinta en Euskadi” y cuando el lehendakari López definía a Usabiaga como “el que corta el bacalao en la izquierda abertzale”.

Se han cumplido diez años y diez meses desde aquel 9 de enero en que Arzalluz, Garaikoetxea y Otegi posaban mano sobre mano bajo un paraguas, al arrancar la manifestación unitaria para exigir al Gobierno de Aznar el acercamiento de los presos etarras a cárceles del País Vasco.

Diez años y diez meses después, el PNV vuelve por donde solía, a hacer piña con los suyos, incluidos unos batasunos, que según Garzón vuelven a ser ‘entorno etarra’ y no ‘izquierda abertzale’ como los había considerado en el auto del 26 de enero de 2007, en el que se negó a imputar a Otegi durante el llamado ‘proceso de paz’.

Naturalmente es el suyo un nacionalismo reivindicativo insobornable, aunque perfectamente compatible con los intereses de Euskadi. Mientras sus dirigentes se manifiestan contra la política antiterrorista de Zapatero en Donostia, el inteligente Erkoreka ha concluido en Madrid la negociación para apoyarle los presupuestos 2010, no porque le parezcan una herramienta útil para hacer frente a la recesión. Será a cambio de que las normas forales sobre la fiscalidad adquieran rango de leyes, como si las Diputaciones fuesen Parlamentos, 456 millones y las políticas activas de empleo para empezar a hablar, alguna rebajilla y ¿no me va a dar usted un pañuelo para el niño?

Es verdad que la historia no se repite nunca exactamente, ya lo dijo Heráclito, y la manifestación de esta tarde podría corear un lema alusivo a la foto del 99. “No estamos todos; faltan los presos”, podría ser un grito unitario y razonablemente exacto. La foto de Arzalluz entonces, con Garaikoetxea y Otegi, y la requisitoria que aquella manifestación de Bilbao suponía para Aznar no eran incompatibles con que los cinco diputados del PNV en el Congreso hubieran votado a favor de los presupuestos del PP para 1.999 y que, diez meses después, volvieran a votar afirmativamente los de 2.000, mientras fabricaban la coartada retrospectiva de que el PNV se echó a Lizarra por culpa de la intransigencia del PP.

La presencia de los cinco burukides territoriales en la pancarta puede proporcionar una impresión engañosa, por parcial, aunque tal vez debería suscitar una reflexión al ministro del Interior y a su jefe directo: ¿Por qué hacemos pactos con estos, en vez de buscar un acuerdo nacional con el partido de la oposición? (Ver Pactos de La Moncloa).

La verdadera actitud del PNV estaba magistralmente descrita por José Hernández en los versos de ‘Martín Fierro’: “de los males que sufrimos/ hablan mucho los puebleros,/ pero hacen como los teros/ para esconder sus niditos:/ en un ‘lao’ pegan los gritos/ y en otro tienen los ‘güevos’.”

15 octubre 2009


Zelig, estadista


Santiago González

El viaje del presidente del Gobierno por el universo mundo, tenía un no sé qué de déjà vu, algo que sonaba extraordinariamente familiar. Desde el sancta sanctorum de la democracia americana, el Despacho Oval de la Casa Blanca, hasta el Museo del Holocausto de Jerusalén; desde el Muro de las Lamentaciones hasta el Mausoleo de Arafat en Ramala, todo nos era conocido.

Era Zelig. La primera secuencia de esta maravilla de Woody Allen muestra a la psiquiatra Eudora Fletcher, recorriendo en coche descubierto la Quinta Avenida. Junto a ella va quien parece Charles Lindberg después de su hazaña trasatlántica, aunque en realidad es un paciente suyo llamado Leonard Zelig, el increíble hombre cambiante, que, huyendo de los nazis y sin saber pilotar un avión, ha conseguido cruzar el Atlántico en un tiempo record y volando cabeza abajo.

También aparece vistiendo el uniforme de las SS en la presidencia de una concentración nacionalsocialista en Munich, justo detrás de Hitler. Otro plano y el fenómeno está entre dos rabinos ultraortodoxos, mientras le crecen las barbas y los tirabuzones a la vista del espectador.

La memoria de los espectadores españoles reconstruye las dos legislaturas de Zapatero como una sucesión de planos parecida. Lo vimos con las JJSS en Valencia, aceptando encantado la imposición de una keffia, el pañuelo palestino que es atavío muy propio del radicalismo juvenil. Ayer, con la misma propiedad, se dejaba imponer la kipá, el casquete ritual con que se cubren el occipucio los varones judíos en determinadas solemnidades, para depositar una ofrenda floral ante la llama perpetua del recuerdo. ¿Qué diferencia hay, después de todo, entre el Monte del Recuerdo y el más conocido entre nosotros Monte del Olvido?

No faltará quien tache de oportunismo esta facilidad para armonizar con ambiente. Falso. Se trata de la más alta expresión de la empatía, ponerse dentro de la piel del otro en el más estricto de los sentidos.

Ayer, en el libro de honor del museo del Holocausto, escribió: “Seis millones. Seis millones. Barbarie, dolor, memoria. Paz, paz”. ¿Cabe más hermoso laconismo? Esta plegaria laica depura mucho un estilo que ya mostró el 8 de mayo de 2005, en el 60 aniversario de la liberación de Mauthausen: “nunca más, nunca más, la opción totalitaria, el horror, el crimen por el crimen. Nunca más la guerra de la locura, nunca más el fascismo, el nazismo”. Aquella no fue la guerra de la locura, sino, como dijo hace unos meses su amigo Barack, en el aniversario del Día D, “todos sabemos que esa guerra fue esencial (…) la ideología nazi era el mal”.

Pero nadie puede igualarle como mediador, ni como estadista: comprende por igual a las dos partes. Y tiene experiencia acreditada en “mojarse por la paz” metáfora que empleó ayer y que habían acuñado los socialistas vascos para la negociación con ETA: “el Gobierno socialista es el que más se ha atrevido a mojarse por la paz” (M. Buen, 5-8-2006). Es verdad que aquí todavía le llueve a alguno en los alrededores del bar Faisán, pero en Oriente Próximo puede acreditar sus virtudes de estadista en un experimento con gaseosa. Aquello no tiene remedio y tampoco lo puede empeorar.

14 octubre 2009

Zp, top of the world

Santiago González

Algunos años después, frente el número 1.600 de la Avenida Pensilvania, el presidente Zapatero había de recordar el día en el que su madre respondió afirmativamente en el lecho de muerte a la pregunta de si creía que él, su hijo favorito, iba a llegar a presidente del Gobierno. Son momentos decisivos en una relación materno-filial, sólo superados en el ‘Edipo, rey’ de Sófocles, y por el cine, mayormente Pasolini y Raoul Walsh. “Look at me, mom! Top of the world!” (Mírame, mamá. ¡En la cima del mundo!) gritaba Cody Jarrett/ James Cagney en la secuencia final de ‘Al rojo vivo’.

Es consolador para una madre ver que su hijo se ha convertido en un hombre de provecho. Por eso, no hay varón que al vivir su minuto de gloria, o al menos su misterio gozoso, no haya pensado para sus adentros: “¡si mi pobre madre pudiera verme!” En la cima del mundo estuvo ayer José Luis Rodríguez Zapatero. La conjunción de las órbitas planetarias que había augurado la protoastrónoma de su partido, Hypatia de Benidorm, para el 1 de enero, se ha adelantado dos meses y medio. Ya el encuentro previo con Nancy Pelosi había producido sus efectos: "el bienestar de millones y millones de personas en todo el mundo depende de la relación de colaboración entre España, como país de la UE, y EEUU", dijo nuestro presidente con aplomo, apenas hora y media antes de entrar en el Despacho Oval.

Es verdad que no encabeza el ranking de nuestros presidentes en visitas a la Casa Blanca y que es el que más ha tardado en llegar (cinco años y medio). Le preceden: José Mª Aznar, que fue invitado dos veces por Clinton y siete por Bush Jr.; Felipe González, una vez con Reagan, tres con Bush Sr. y una con Clinton; Suárez, una vez con Carter. Calvo Sotelo no llegó a ser invitado, quizá porque sólo estuvo un año y ocho meses en el cargo.

No hubo rueda de prensa en el famoso ‘Rose Garden’ de la Casa Blanca, the top of the top, distinción que sí tuvieron recientemente el primer ministro irakí, Nouri al-Maliki y Lee Myung Bak, presidente de Corea del Sur, por poner dos ejemplos. Pero sí hubo comparecencia conjunta ante la chimenea del despacho oval, que tampoco es mal sitio, aunque lamentablemente estuviera apagada.

Fue, al decir de Elena Valenciano, “un encuentro entre iguales”, que se expresó en compromisos bilaterales tan firmes como inconcretos. Enviaremos más guardias a Afganistán y recibiremos encantados a míster Marshall cuando acabe la crisis. Aceptaremos a cuenta dos o tres presos de Guantánamo. Nuestro presidente declaró que “hemos recibido grandes lecciones históricas [de EEUU] desde los Padres Fundadores hasta el momento actual”. Hace apenas dos años creía que esas lecciones eran pasto de la derecha española: “Es lo que yo llamo el complejo retardado del nacionalismo español. Es agarrarse, para salir del rincón de la historia, sometiéndose [risas] al imperio americano. [Más risas.] (…) Es la condensación de todos los complejos ideológicos de la derecha. Es una derrota total, una entrega total del país, pero vestido de patriotismo. Es lo más contradictorio. Es lo más antipatriota.” (JLRZ en ‘Madera de Zapatero. Retrato de un presidente’. Suso de Toro, págs. 157 y 158).

Nunca es tarde, qué quieren que les diga. Enhorabuena, presidente.

12 octubre 2009

Hay un 'confite'

Santiago González

Siempre he sido un entusiasta del método deductivo: la Policía no es tonta: aquí hay colillas, luego han fumado. Esto, la Policía Judicial, que es la base, o sea, que calculen lo fino que debe de hilar la Fiscalía. Cuando un fiscal escribe en su informe que el cante lo han investigado los mismos que investigaban la financiación de ETA, es de suponer que no lo dice a humo de pajas. Si además añade que la hipótesis incriminatoria es una mera cábala policial no apoyada por ningún elemento externo y que el pasma boquilla revela a su informado algunos datos que sólo podían conocer los investigadores, porque no habían sido escritos en ningún informe, pues ya me dirán.

Cabe pensar que la Fiscalía es consciente de lo que se deduce de su escrito, aunque no esté puesto explícitamente en la papela: la mejor forma de que un investigador no encuentre una evidencia es que se ponga a mirar con insistencia al lugar en el que sabe que no la va a encontrar. Durante la larga instrucción del chivatazo del Faisán hemos creído erróneamente que el juez instructor tenía el caso durmiendo el sueño de los justos. No era verdad. Lo que pasa es que se estaba investigando a unos imputados que en estos tres años no han tenido una conversación telefónica anormal ni han dado señal ni indicio alguno de responsabilidad en el queo al etarra. Transcurrido un más que razonable periodo de tiempo en diligencias infructuosas, el fiscal concluye que no hay datos y pide el archivo de la causa.

El juez comprobará que no hay base para acusar a los investigados, por lo que muy probablemente aceptará la sugerencia del fiscal. Lo hará uno de estos días, aunque conocida la debilidad estética de Garzón por los grandes palacios barrocos, es probable que lo haga en coincidencia con otro asunto de gran interés mediático. Alguna actuación espectacular contra ETA o el hallazgo, al fin, de los huesos del poeta en el barranco de Víznar.

Dos comisarios han señalado hacia alguno de los policías que investigaron los dos asuntos. Son indicios, de acuerdo. Podrían estar movidos por las ganas de ajustar cuentas a quienes han investigado con doblez a unos compañeros, aceptémoslo. Pero esta hipótesis es la única que no desemboca en la aporía, que no choca abiertamente con el sentido común. No sería descabellado, que una vez fallida la búsqueda del confite en el lugar en que no estaba, se busque ahora en el que sí puede estar.

Un investigador debe centrarse en la causalidad, que es negar por principio la casualidad. Lo primero que piensa un policía de alguien que estaba en el lugar de los hechos es que es un posible sospechoso, no un viandante casual. Más claro aún: si anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo más probable es que sea un pato, no una gallina afónica que haya vivido asilvestrada entre una manada de gansos salvajes.

Por lo demás, si ustedes confiaban en que la Justicia iba a hallar al responsable, debo comunicarles una noticia que cuestionaba seriamente tal posibilidad: ¡es ciega! ¿Quiere esto decir que hemos pasado tres años de balde? No. Este caso le ha servido a Garzón para encontrar la forma de calafatear sus sumarios. A partir de ahora no tendrán ni una gotera, ya verán.

10 octubre 2009

Enaltecimiento

Santiago González

Quién nos iba a decir que cinco años después, ante el auto de procesamiento, el portavoz Arnaldo Otegi había de recordar el día que inauguró lo que el presidente del Gobierno llamó ‘el proceso’.

Era el 14 de noviembre de 2004. Ante los 15.000 batasunos que llenaron Anoeta, el portavoz subió al estrado para cerrar el mitin. Cubrió con la kufiya que llevaba en la mano el atril del orador en señal de homenaje a Yasser Arafat, fallecido tres días antes en un hospital de París. Y dijo: “Hoy, un portavoz ilegal de un partido ilegal, celebra un acto ilegal”. Tenía razón. Batasuna había sido ilegalizada el 27 de marzo de 2003 por sentencia del TS en la que se ordenaba la prohibición de todos su actos. Y sin embargo, allí estaban, en un polideportivo cedido por el alcalde de San Sebastián, celebrando un mitin publicitado desde dos semanas antes, sin que la Delegación del Gobierno ni el consejero de Interior se dieran por enterados.

El orador estrella homenajeó a Arafat. La víspera se habían cumplido 30 años de la inolvidable comparecencia del líder palestino en la Asamblea de la ONU, en la que dijo: "Vengo con el fusil de combatiente de la libertad en una mano y la rama de olivo en la otra. No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano".

Era una amenaza elíptica, pero las almas pías no pierden ocasión de embobarse con las metáforas. A casi todo el mundo debió de parecerle que Arafat ofrecía paz con una mano y libertad con la otra. Otegi parafraseó: "la izquierda abertzale se presenta hoy aquí con un ramo de olivo en la mano. Que nadie deje que se caiga al suelo." No dijo lo que escondía en la otra mano. Elipsis sobre elipsis. Supongamos que un individuo entra en un banco y le dice al cajero: “tengo una bolsa vacía en una mano y una pistola en la otra. Tú verás”. El ramo de olivo era una oferta para la constitución de dos mesas negociadoras, a buen seguro lo recuerdan ustedes, porque este mitin fue el acto fundacional de lo que el Gobierno y sus servicios de propaganda llamaron ‘el proceso de paz’. Exactamente dos meses más tarde, el portavoz ilegal escribió una carta abierta a Zapatero, proponiéndole ser “el Tony Blair español”. No se había visto nada parecido desde que la Komintern halagó los bajos instintos al mentecato de Largo Caballero llamándole “el Lenin español”.

Surtió efecto. Al día siguiente, 15 de enero, el presidente del Gobierno le respondió en un acto de su partido en San Sebastián: “Los ciudadanos saben hasta qué punto soy capaz de hacer esfuerzos por la paz que quieren los vascos y todos los españoles, que tenemos que ganar con el esfuerzo de la razón como vamos a demostrar en los próximos tiempos".

Así fue, queridos y queridas, como empezó aquel esperpento que se convirtió en la columna vertebral de la primera legislatura en la era Zapatero. Ahora, tanto tiempo después, el juez Eloy Velasco ha decretado la apertura de juicio oral a Arnaldo Otegi por enaltecimiento del terrorismo en aquel acto que tantas esperanzas suscitó en el Gobierno y sus aliados, en tantos medios de comunicación, en el vuelo de tantas togas y en tantas almas bellas. Y resulta que era un delito. Cómo no comprender la perplejidad que debe de sentir Otegi. Hay que joderse; pero es que hay que joderse, oigan.

09 octubre 2009

Corrupción ante el espejo

Santiago González

La corrupción en los partidos recuerda el juego de los hermanos Marx en ‘Sopa de Ganso’: Groucho y Chico, vestidos con idénticos camisón y gorro de dormir y con el mismo bigote pintado se copian las cucamonas frente al vano de una puerta como si un solo Marx hiciera gestos ante un espejo inexistente.

La apertura de los primeros 17.000 folios del caso proporcionan un material inabarcable, aunque la información confluye: docena y media de golfos del PP que tenían responsabilidades institucionales, han prevaricado a favor de la banda comandada por Correa y han desviado hacia sus bolsillos una cantidad de dinero público estimada en 6,3 millones de euros. Hay en la lista alcaldes, consejeros y parlamentarios autonómicos y el ex tesorero del partido.

Parece una cantidad de dinero suficiente para mejorar considerablemente el nivel de vida de los 18 beneficiarios, aunque de lo visto no pueda deducirse (por ahora) que estemos ante un caso de financiación irregular del PP, por más que la desenvoltura del agit-prop gubernamental esté a punto de acuñar el golpe definitivo contra el partido de la oposición: “ésta es, aquí se ve, la Filesa del PP”.

Los 17.000 folios han sido un acicate suficiente para sacar a Rajoy de la placidez. Los tres diputados madrileños implicados han pasado al grupo mixto, ya que no han querido devolver el acta y parece que Ricardo Costa ha sido designado candidato voluntario para comerse el marrón. Menos es nada, aunque no creo que sea suficiente.

Está Camps. No hace falta suponerle culpable de nada. Aun aceptando la hipótesis de que él se pagara los trajes de Milano, aun considerando que pudo no enterarse de los trajines que se traía su amigo Álvaro Pérez con su secretario general. “No tenía las amistades adecuadas”, era el responso laico que Philip Marlowe reza por el chófer del general Sternwood, mientras sacaban su cuerpo ahogado de la bahía de San Francisco. La responsabilidad política debería bastar para que Camps disuelva las Cortes valencianas y convoque elecciones. Como poco.

Y de él para abajo, todos los manchados por el contacto de la trama. La corrupción es otro asunto que debiera merecer política de estado, aunque a los ciudadanos no les importe tanto como la recesión y el paro. Debería abrirse un debate nacional, tarea imposible, porque ninguno de los dos partidos ve el asunto en otra perspectiva que la maza de agredir al otro.

Queremos saber. Por ejemplo, si los de la lista son los últimos beneficiarios o son comisionistas por cuenta del partido. Queremos saber si la condonación de la deuda de 6,54 millones de euros del PSC, que hizo la Caixa a finales de 2004 al primer secretari Josep Montilla, tiene algo que ver con que el ministro de Industria, José Montilla, avalara en 2005 la OPA de Gas Natural-La Caixa sobre Endesa.

Llama la atención la benevolencia social (injusta) que merece la corrupción de partido frente a la indignación (justa) que merece la que provocan los corruptos de la iniciativa privada. La corrupción de los individuos es una enfermedad grave. La de los partidos es terminal, porque es el acta de defunción de la democracia misma.

07 octubre 2009

¿Caso cerrado?

Santiago González

Viene a resultar que durante la investigación de la financiación de ETA que se desarrollaba en el 4 de mayo de 2006, un tipo que dijo ser policía se acercó al propietario del bar Faisán, en la frontera de Behobia, y le pasó un teléfono. Al otro lado de la línea, otro policía advierte al sospechoso de que ande con tiento, que tiene el teléfono controlado y que si piensa pasar la frontera con nueve botellas (millones de las antiguas pesetas en clave) lleve botellas de vino de verdad. En aquellas fechas, instruía las diligencias el juez Fernando Grande-Marlaska, por hallarse Garzón en su aventura americana.

El titular vuelve a su juzgado el 30 de junio y el caso Faisán deja de ser noticia hasta ayer mismo, al pedir la Fiscalía el sobreseimiento y archivo de la causa. Es la primera vez que una investigación del juez Garzón con gancho mediático permanece en el más riguroso secreto de sumario, sin filtraciones ni alharacas en cada diligencia. Esto demuestra que cuando quiere, puede.

Llama la atención que los autores del informe policial, sean, segúm el escrito del fiscal, “los que intervinieron en la previa investigación de la trama de financiación y formaban parte del dispositivo policial que se puso en marcha los días 3 y 4 de mayo de 2006”. Hace ya casi veinte siglos que Juvenal escribió en una de sus ‘Sátiras’: “¿Quién vigila a los vigilantes?”
El escrito considera indemostrable la culpabilidad de los tres imputados: el director general de la Policía, El jefe superior de Policía en el País Vasco, en el papel de ‘Garganta profunda’ y un inspector de Vitoria (ya ascendido a comisario), como el hombre del móvil. Uno de sus argumentos principales es que el comunicante de Elosua da a éste algún detalle que “sólo se podría saber por alguien que estuviese familiarizado muy de cerca con la investigación, ya que no se ha hecho constar en ningún informe”.

Así las cosas, tal vez la investigación debería haberse encomendado a otros agentes menos cercanos. Qué decir de las diligencias de reconocimiento: “Hasta en dos ocasiones han resultados baldías”. La primera, con álbum fotográfico; la segunda, con rueda, practicada en enero de 2009, en la que, “de forma concluyente, Elosúa no reconoció a ninguno de los componentes de la rueda, entre los que se encontraba el Inspector de Vitoria.”

O no quiso reconocer. No era una víctima tratando de reconocer a su agresor, sino un presunto delincuente tratando de no identificar a su cómplice, si de ello se iba a derivar un perjuicio para ambos.

La Fiscalía concluye que no concurren claros indicios incriminatorios que acrediten la participación de persona alguna en los hechos”, por lo que pide “el sobreseimiento provisional y el archivo de la causa”. Claro que hay indicios de la participación de personas (al menos dos) en los hechos. Lo que el fiscal debió escribir es que no ha podido establecer su identidad.

La cuestión es si las van a seguir buscando o si el sobreseimiento provisional es un eufemismo que significa carpetazo. No hay muchos hitos comparables al caso Faisán en la historia de la criminalística española: el crimen de los Galindos y el asesinato de Marta del Castillo. Bueno, y el caso Redondela y el de los marqueses de Urquijo y la desparición del Nani, entre otros. Qué nivel, Maribel.
¿Caso cerrado?

Santiago González

Viene a resultar que durante la investigación de la financiación de ETA que se desarrollaba en el 4 de mayo de 2006, un tipo que dijo ser policía se acercó al propietario del bar Faisán, en la frontera de Behobia, y le pasó un teléfono. Al otro lado de la línea, otro policía advierte al sospechoso de que ande con tiento, que tiene el teléfono controlado y que si piensa pasar la frontera con nueve botellas (millones de las antiguas pesetas en clave) lleve botellas de vino de verdad. En aquellas fechas, instruía las diligencias el juez Fernando Grande-Marlaska, por hallarse Garzón en su aventura americana.

El titular vuelve a su juzgado el 30 de junio y el caso Faisán deja de ser noticia hasta ayer mismo, al pedir la Fiscalía el sobreseimiento y archivo de la causa. Es la primera vez que una investigación del juez Garzón con gancho mediático permanece en el más riguroso secreto de sumario, sin filtraciones ni alharacas en cada diligencia. Esto demuestra que cuando quiere, puede.

Llama la atención que los autores del informe policial, sean, segúm el escrito del fiscal, “los que intervinieron en la previa investigación de la trama de financiación y formaban parte del dispositivo policial que se puso en marcha los días 3 y 4 de mayo de 2006”. Hace ya casi veinte siglos que Juvenal escribió en una de sus ‘Sátiras’: “¿Quién vigila a los vigilantes?”
El escrito considera indemostrable la culpabilidad de los tres imputados: el director general de la Policía, El jefe superior de Policía en el País Vasco, en el papel de ‘Garganta profunda’ y un inspector de Vitoria (ya ascendido a comisario), como el hombre del móvil. Uno de sus argumentos principales es que el comunicante de Elosua da a éste algún detalle que “sólo se podría saber por alguien que estuviese familiarizado muy de cerca con la investigación, ya que no se ha hecho constar en ningún informe”.

Así las cosas, tal vez la investigación debería haberse encomendado a otros agentes menos cercanos. Qué decir de las diligencias de reconocimiento: “Hasta en dos ocasiones han resultados baldías”. La primera, con álbum fotográfico; la segunda, con rueda, practicada en enero de 2009, en la que, “de forma concluyente, Elosúa no reconoció a ninguno de los componentes de la rueda, entre los que se encontraba el Inspector de Vitoria.”

O no quiso reconocer. No era una víctima tratando de reconocer a su agresor, sino un presunto delincuente tratando de no identificar a su cómplice, si de ello se iba a derivar un perjuicio para ambos.

La Fiscalía concluye que no concurren claros indicios incriminatorios que acrediten la participación de persona alguna en los hechos”, por lo que pide “el sobreseimiento provisional y el archivo de la causa”. Claro que hay indicios de la participación de personas (al menos dos) en los hechos. Lo que el fiscal debió escribir es que no ha podido establecer su identidad.

La cuestión es si las van a seguir buscando o si el sobreseimiento provisional es un eufemismo que significa carpetazo. No hay muchos hitos comparables al caso Faisán en la historia de la criminalística española: el crimen de los Galindos y el asesinato de Marta del Castillo. Bueno, y el caso Redondela y el de los marqueses de Urquijo y la desparición del Nani, entre otros. Qué nivel, Maribel.

05 octubre 2009

Estrellas invitadas

Santiago González

El VI Congreso del PSE se clausuró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbao con brillantez y un rotundo éxito político de Patxi López. Los más viejos del lugar no recordaban un refrendo tan alto a una gestión política: el 97,4% de los votos. Hasta la llegada de López, los suyos estaban atravesados por la maldición de los territorios históricos que los dividía, 53 contra 47% entre guipuzcoanos y vizcaínos. Lo fue con Benegas, también después con Jáuregui y más tarde con Nicolás Redondo. Ni siquiera Zapatero había llegado a tanto nivel de aceptación interna en el 36º Congreso del PSOE, celebrado cuatro meses después de haber ganado la Presidencia del Gobierno (96,1%).

López ha afrontado la reválida partidaria siete meses después de las autonómicas y la ha pasado con sobresaliente. No sólo por haber conseguido por primera vez la lehendakaritza, sino por haber gobernado desde entonces por encima de las expectativas. Este congreso, era, en consecuencia, un apoteosis de Patxi López.

Por eso, lo único inadecuado en este festival socialista fueron las estrellas invitadas. Leire Pajín el sábado, y Pepe Blanco ayer, dedicaron sus discursos a hacer vudú contra el PP de manera casi monográfica, trayendo al congreso de sus colegas vascos una reyerta que les resultaba ajena. Porque, una vez dicho todo lo anterior del lehendakari López, es preciso no olvidar que tiene su cargo gracias a la generosidad del PP, que le ha prestado los escaños que le faltaban para llegar a Ajuria Enea,-nada menos que 13,-sin reclamar ni una viceconsejería a cambio. Esto no es natural en nuestro ambiente.

El problema que plantearon Pajín y Blanco en sus intervenciones es de difícil solución: Si los del PP son unos tipos tan indignos de confianza, tan corruptos e impresentables como los retrataron el número 2 y la número 3, ¿querrá esto decir que los socialistas están dispuestos a pactar con gentuza con tal de pillar cacho? “Todo es bueno para el convento”, se justificaba el buen prior mientras cargaba una puta al hombro.


Hay algo que no cuadra en este asunto. Quizá por eso, y a pesar del estricto conrol que la organización mantuvo sobre la imagen del Congreso, con los periodistas encerrados en su corralito con un reportaje televisivo que les servían ya editado por la organización y un CD con fotos para los gráficos, las imágenes oficiales mostraron a Patxi López abstraído durante las intervenciones de los dos citados y reprimiendo a duras penas un bostezo mientras hablaba el orgullo de Benidorm.

En el PSE, el malestar inicial del pacto ha sido sustituido por la doctrina Eguiguren, a saber, es precisa una legislatura más con el PP para que le cambio arraigue. Es verdad que la ponencia inicial ha sido matizada para defender alianzas “con quienes mejor defiendan el proyecto de cambio. O sea, blanco, en botella y con una etiqueta que dice: “Central Lechera Asturiana”. Salvo que el PNV haya cambiado tanto que considere lógico haberse dejado madrugar Ajuria Enea por un partido con cinco escaños menos y se muestre dispuesto a propiciar un cambio que destierre para siempre el patrimonialismo y la obsesión identitaria que fueron sus arraigadas señas de gobierno.

04 octubre 2009

Estrellas invitadas

Santiago González

El VI Congreso del PSE se clausuró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbao con brillantez y un rotundo éxito político de Patxi López. Los más viejos del lugar no recordaban un refrendo tan alto a una gestión política: el 97,4% de los votos. Hasta la llegada de López, los suyos estaban atravesados por la maldición de los territorios históricos que los dividía, 53 contra 47% entre guipuzcoanos y vizcaínos. Lo fue con Benegas, también después con Jáuregui y más tarde con Nicolás Redondo. Ni siquiera Zapatero había llegado a tanto nivel de aceptación interna en el 36º Congreso del PSOE, celebrado cuatro meses después de haber ganado la Presidencia del Gobierno (96,1%).

López ha afrontado la reválida partidaria siete meses después de las autonómicas y la ha pasado con sobresaliente. No sólo por haber conseguido por primera vez la lehendakaritza, sino por haber gobernado desde entonces por encima de las expectativas. Este congreso, era, en consecuencia, un apoteosis de Patxi López.

Por eso, lo único inadecuado en este festival socialista fueron las estrellas invitadas. Leire Pajín el sábado, y Pepe Blanco ayer, dedicaron sus discursos a hacer vudú contra el PP de manera casi monográfica, trayendo al congreso de sus colegas vascos una reyerta que les resultaba ajena. Porque, una vez dicho todo lo anterior del lehendakari López, es preciso no olvidar que tiene su cargo gracias a la generosidad del PP, que le ha prestado los escaños que le faltaban para llegar a Ajuria Enea,-nada menos que 13,-sin reclamar ni una viceconsejería a cambio. Esto no es natural en nuestro ambiente.

El problema que plantearon Pajín y Blanco en sus intervenciones es de difícil solución: Si los del PP son unos tipos tan indignos de confianza, tan corruptos e impresentables como los retrataron el número 2 y la número 3, ¿querrá esto decir que los socialistas están dispuestos a pactar con gentuza con tal de pillar cacho? “Todo es bueno para el convento”, se justificaba el buen prior mientras cargaba una puta al hombro.

Hay algo que no cuadra en este asunto. Quizá por eso, y a pesar del estricto conrol que la organización mantuvo sobre la imagen del Congreso, con los periodistas encerrados en su corralito con un reportaje televisivo que les servían ya editado por la organización y un CD con fotos para los gráficos, las imágenes oficiales mostraron a Patxi López abstraído durante las intervenciones de los dos citados y reprimiendo a duras penas un bostezo mientras hablaba el orgullo de Benidorm.

En el PSE, el malestar inicial del pacto ha sido sustituido por la doctrina Eguiguren, a saber, es precisa una legislatura más con el PP para que le cambio arraigue. Es verdad que la ponencia inicial ha sido matizada para defender alianzas “con quienes mejor defiendan el proyecto de cambio. O sea, blanco, en botella y con una etiqueta que dice: “Central Lechera Asturiana”. Salvo que el PNV haya cambiado tanto que considere lógico haberse dejado madrugar Ajuria Enea por un partido con cinco escaños menos y se muestre dispuesto a propiciar un cambio que destierre para siempre el patrimonialismo y la obsesión identitaria que fueron sus arraigadas señas de gobierno.

02 octubre 2009

La canción del pirata

Santiago González

El castillo del Morro de Santiago de Cuba alberga un Museo de la Piratería, que es apenas una muestra de reproducciones fotográficas de grabados antiguos, organizada con criterios muy pedagógicos y algo doctrinarios. La introducción es una guía por los siglos dorados de la piratería en sus distintas modalidades y procedencias: corsarios, bucaneros, filibusteros y berberiscos. Al llegar al final del siglo XIX, los visitantes se encuentran con la Enmienda Platt, un apéndice a la Constitución cubana durante la dominación estadounidense y a partir de ahí, el imperialismo. En ese punto, el escrito hace una recapitulación del tema: “Así es como se resumen las dos grandes etapas de la historia de la piratería: la piratería clásica y la piratería contemporánea.”

No sé si se habrá actualizado el censo histórico de piratas en Cuba para incluir, no ya a los virtuales o ‘hackers’, sino a los que, entrado el siglo XXI han convertido una parte del océano Índico en una zona altamente peligrosa para la navegación y la pesca. Últimos hechos: Ayer, el atunero de Bermeo, ‘Alakrana’, fue asaltado por piratas somalíes. Defensa ha contado que se hallaba fuera del área protegida por la ‘Operación Atalanta’ y el portavoz del PNV en el Congreso ha pedido explicaciones a quienes votaron contra su iniciativa parlamentaria para incorporar a cada pesquero cuatro infantes de Marina armados. La medida es discutible. ¿Bastan cuatro infantes con armamento convencional para poner en fuga a unos piratas dotados de medios sofisticados?¿Quién les manda? ¿Irá precedido cada secuestro de un tiroteo con bajas?¿Cuál es la masa crítica de seguridad? El Gobierno, propiamente dicho, prefiere que los armadores contraten vigilantes privados. Lo mismo que en el caso precedente, pero peor. También quiere tener agrupados a los atuneros españoles para protegerlos, como ha hecho Francia con los suyos, mientras los atuneros temen que pescar en flota reduzca significativamente las capturas.

La piratería es asunto internacional que no se puede atajar mediante legislaciones nacionales. La piedad por el niño interior que hay en cada pirata somalí, tampoco resulta práctica, aunque las causas de los delincuentes gocen de mucho prestigio entre nosotros. Las web amigas han insistido en su condición de antiguos pescadores conducidos por el hambre y la desesperación hasta la piratería. Ha llegado a describírseles como nacionalistas enragés tras la esquilmación de su pesca por las potencias extranjeras o ecologistas cabreados por los vertidos tóxicos que esas mismas potencias hacen en el Índico.

La disuasión y la represión en dosis armónicas son irrenunciables desde que Julio César inauguró el método con los piratas cilicios que lo secuestraron en su juventud. Lo mismo hicieron 21 siglos después Sarkozy y Obama, tras los secuestros del ‘Le Ponant’ (abril de 2008) y de Richard Phillips, capitán del ‘Maersk Alabama’ (abril de 2009). Como se recordará, el Gobierno negoció el rescate del ‘Playa de Bakio’. Dejamos muy buena impresión a los piratas; “los españoles, unos caballeros”, se dirán entre ellos, pero el éxito les anima a repetir y el dinero que les dimos les ayuda a hacerlo con mejores medios materiales.

Polvos añejos

Santiago González

Uno de los expertos internacionales contratados por el Gobierno vasco en 1986 para elaborar un informe sobre la violencia que nos costó 600 millones de las pesetas de la época y fue depositado con mimo en un cajón, se llamaba Hans Horchem y era alemán. Este hombre, que acabó siendo contratado con el PNV como asesor de seguridad, hizo una apreciación notable tras su toma de contacto con “el problema vasco”: una de las cosas que llamó mucho su atención era que las líneas que delimitaban el terreno del juego político en Euskadi eran elásticas. Veintitrés años después la cosa sigue igual, poco más o menos.

Hernani es un pueblo de poco más de 18.000 habitantes, situado a 11 kilómetros de San Sebastián y una de las plazas fuertes del terrorismo etarra y su entorno. En las elecciones de mayo de 2007, su representación municipal quedó como sigue: ANV, 8 concejales; PSE, 3; PNV y EA, 2 cada uno; Aralar-EB, 1 y PP, 1. Aralar y Madrazo hicieron posible que Marian Beitialarrangoitia, cabeza de la lista más votada fuera uno de los 43 alcaldes de la marca blanca de Batasuna que salieron de esas elecciones.

“ANV cumple inicialmente todos los requisitos legales”, había dicho la vicepresidenta De la Vega un mes antes. “En este caso, como en todos”, añadió, “el Gobierno aplicará a rajatabla la Ley de Partidos Políticos(…) Batasuna no estará en las elecciones porque no cumple la ley". La Audiencia Nacional condenó a la alcaldesa de Hernani a un año de prisión y siete de inhabilitación por un delito de enaltecimiento del terrorismo el pasado 3 de junio y esa condena la convierte en “inelegible e incompatible”, para cargo público, según la Junta Electoral Central. Por eso, el delegado del Gobierno va a instar al Ayuntamiento la destitución de su alcaldesa.

Cabe la posibilidad de que los concejales de ANV, e incluso su tonto útil, se nieguen, lo que llevará seguramente a la Delegación del Gobierno a plantear un recurso contencioso-administrativo, según la hipótesis más probable: negarse a acatar es lo que más les sale de su natural y el recurso las da más tiempo con su alcaldesa detentando su cargo.

Tras el asesinato de Uría, la vicepresidenta anunció el 5 de diciembre de 2008 que el gobierno promovería las refomas legales necesarias para impedir que representantes de los partidos políticos ilegalizados puedan gobernar los Ayuntamientos. De tales reformas no hay noticias. Tampoco las hay de que el Ejecutivo haya instado a buscar pruebas de complicidades terroristas ayuntamiento por ayuntamiento, con el fin de poder aplicarles de uno en uno el artículo 61 de la Ley de Bases de Régimen Local, en plan Marbella style.

Pocas dudas caben sobre la actitud del Gobierno de Zapatero hacia el terrorismo en esta legislatura, pero todo deja rastro, ay, aquellos polvos del camino, -polvos de la carretera, incluso polvos del molino que alcanzaron el vuelo de las togas durante el llamado proceso de paz. Se impone paciencia y barajar, aunque la decisión del delgado del Gobierno no es inútil. El tiempo juega en contra de ellos y estas cosas les dan mucho quehacer. Y qué pensar.