Cinemática creativa
Santiago González
Contra lo que venían augurando los más catastrofistas de nuestros vecinos, no es cierto que la España plural y diversa haya perdido capacidad de influencia internacional. No hay más que mirar el milagro económico del momento. Zapatero es el Obama de Somalia: una sola decisión suya ha bastado para que nazcan brotes verdes en el secarral del Cuerno de África. Mientras el mundo desarrollado combate como puede el fantasma de la deflación, nuestra inversión en Somalia ha bastado para revolucionar su sector terciario, elevar los precios y el consumo al 1000% y multiplicar las bodas, lo que a buen seguro tendrá su repercusión en el índice de natalidad a medio plazo. No se había visto milagro semejante desde la invención del maná en el Antiguo Testamento.
También se han revolucionado los conceptos científicos. Para estudiar la idea de ‘límite’ las matemáticas del bachillerato sustituirán la antigualla de Zenón de Elea sobre Aquiles, el de los pies ligeros y la puta y cachazuda tortuga, por un nuevo modelo de aporía: la apasionante e inútil persecución del esquife somalí por el helicóptero ‘Sikorsky SH-60 B Seahawk’ de la Armada española.
Hoy la tecnología de los quelonios adelanta que es una barbaridad. Si no entendimos mal al JEMAD, el esquife en el que los piratas realizaron su ominosa huída tardó dos minutos en recorrer 1,7 millas que lo separaban de la playa. El supuesto es heroico: querría decir que la embarcación hizo una media de 51 nudos, que son, para que ustedes me entiendan, 94,45 kilómetros por hora, contando en esa fastuosa velocidad media, la inevitable desaceleración para no comerse la costa, el tiempo que les llevó saltar al agua con su botín a cuestas y lo que tardaran en confundirse con parientes y amigos que les esperaban gozosos y los turistas que gozaban de un luminoso día de playa.
Todo altamente improbable, tal como suena, pero definitivamente imposible si incorporamos a la escena un ‘halcón del mar’ (Seahawk), que dispara a la embarcación. Según cuenta hoy este diario, el helicóptero tenía orden de disparar a la lancha, no a los piratas, razón que llevó a disparar primero a proa, con propósito intimidatorio. Como quiera que los piratas no se dieron a razones y siguieran huyendo, Defensa ordenó fuego más preciso para inutilizar el motor.
Se comprende que una embarcación navegando a casi 100 kilómetros por hora debe de ser un blanco extraordinariamente móvil, difícil de acertar, pero veamos algunas especificaciones de estos helicópteros, según el portal ‘Armada Española’. El halcón del mar puede desarrollar una velocidad máxima de 180 nudos, con seguidor automático de blancos, incluso muy pequeños, cámara de visión nocturna, misil de alcance 17-20 millas, con 50 kilos de carga explosiva y misiles de corto alcance, 4,3 millas, semiguía laser y 8 kilos de explosivo, amén de una ametralladora GAU de 12,7 mm. con mira láser, 2 km. de alcance y una cadencia de 750-850 disparos por minuto. ¿Cómo es posible que se les escaparan?
Nosotros no somos de matar, ya lo dijo el primer ministro de Defensa de nuestra era, pero había algo patético en la imagen del JEMAD, comiéndose disciplinadamente sus conocimientos de cinemática para salvar el ideal pacifista del Gobierno. Estemos atentos al próximo secuestro, porque lo habrá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario