07 agosto 2007

Formación del Espíritu Nacional


El juez Navarro (Joaquín Navarro Estevan) publicaba en un año tan relativamente reciente para la cronología del franquismo como 1969 un libro de texto de “Formación Politico-Social y Cívica” para niñas de 5º curso de enseñanza primaria. En el libro consta que fue publicado por Editorial Almena. Almagro, 36 Madrid. Depósito legal: M. 11.449. 1969. En la contraportada se deja constancia del mandante y el precio del ejemplar: Delegación Nacional de la Sección Femenina del Movimiento. 75 pesetas.

Joaquín Navarro Estevan, simpatizante de Ibarretxe y de su plan, define en la primera lección “Qué es y por qué existe la provincia”. El primer epígrafe dice: “Tu familia, tu municipio y tu comarca son realidades naturales”.

“No todos pueden ser nombrados Gobernadores. Se han de reunir, aparte de la capacidad y la preparación naturales, algunas condiciones: ser español, tener más de veinticinco años, haber hecho una carrera universitaria u ocupado un alto puesto. Y, sobre todo, algo que debiera tener la mayor importancia en cualquier persona que ocupe un cargo público: una gran capacidad de servicio, de entrega a los demás.

El Gobernador civil tiene muchas facultades y muchos deberes. Ha de cuidar de que se cumpla en la provincia que dirige todo lo que disponga el gobierno para el bien del país, ha de nombrar a los alcaldes de los pueblos que tengan menos de 10.000 habitantes (en los que tengan más los nombra el Ministro de la Gobernación) (…) tiene que fomentar la Agricultura, la repoblación forestal, la enseñanza, el turismo; preocuparse de que la provincia entera tenga suficientes centros médicos y esté suficientemente abastecida de alimentos; mantener el orden público, etc.

Tiene también que atender las peticiones de los municipios que integran la provincia y tratar de que todos ellos tengan una verdadera igualdad de oportun idades de desarrollo, progreso y prosperidad. (…) Aparte de sus tareas como Gobernador, éste, al ser al mismo tiempo Jefe provincial del Movimiento, representa en la provincia esa comunidad de los españoles en unos mismos ideales que es el Movimiento y a la organización que le sirve de base.”[1]

La lección 18 lleva por título “Las falsas interpretaciones del hecho regional: separatismo y uniformismo” y el primero de sus epígrafes reza: “Los regionalismos cultural, jurídico y administrativo, son aceptables, aunque, sobre todo el último, discutibles”. El segundo tampoco tiene desperdicio: “Falseamiento del hecho regional en la interpretación separatista” y su contenido es el siguiente:

“Sin embargo, existen ciertas ideas sobre la región que, aunque mantenidas por muy pocos, sí pueden significar un peligro grave para la unidad y la integridad nacionales.

Entre ellas se encuentran las ideas separatistas. Las de aquellos que entienden que algunas regiones tienen diferencias tan acusadas con el resto del país que deberían ser, al margen de España, países independientes. Y ésta es la más falsa interpretación del hecho regional.

Consiste, precisamente, en creer que una nación, un país, no puede contener elementos muy diversos, muy distintos entre sí, como son las regiones en el caso español.

“Que esta región es muy distinta –dicen los separatistas-, pues que se separe del tronco nacional.” Es ésta una posición torpe y estrecha, que olvida algo tan simple (vosotras ya lo sabéis) como que la existencia de la región está precisamente basada en la variedad, en ser algo distinto y diferente dentro de la superior unidad nacional.

Es como pretender que dentro de una nación todo debe ser igual, que no deben existir variedades y peculiaridades entre sus hombres y sus tierras.

Si lo que dicen los separatistas fuera verdad, España dejaría de existir, ya que es una de las naciones de mayor variedad, de más ricas diferencias entre sus hombres y entre sus tierras. Pero es absolutamente falso, una lamentable equivocación.

El regionalismo separatista ni es aceptable ni es respetable para ningún buen español.”[2]

( 'Palabra de vasco'. Santiago González. Ed. Espasa, 2004)

[1] Joaquín Navarro. Formación Político-Social y Cívica. Ed. Almena. Págs. 25 y 26.

[2] Ibíd. Págs. 87 y 88.

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