24 octubre 2007



¿Un lehendakari virtual?

26-10-99 Santiago González

Así, a ojo, parece usted una buena persona, lehendakari y estoy seguro de que pone todo su esfuerzo en cumplir bien el alto cometido que le toca desempeñar. Por eso, desde el mayor de los respetos a su persona y a su cargo, me gustaría explicarle la perplejidad en que me hallo desde el pasado viernes, cuando su voto, junto a los de todos los parlamentarios nacionalistas, derrotó una proposición no de ley que defendía la vigencia del Estatuto de Autonomía.

Vigencia es, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (con perdón), la cualidad de vigente y vigente, en su única acepción, es adjetivo que “aplícase a las leyes, ordenanzas, estilos y costumbres que están en vigor y observancia”

¿Comprende, lehendakari, la causa de mi zozobra? si su voto hubiera valido para declarar no vigente el Estatuto de Gernika, gran parte de los actos que usted realiza cada día carecerían de sentido. Un suponer, esta mañana se habrá despertado en su residencia de Ajuria Enea, que lo es porque así lo dice una ley que desarrolla el artículo 4º del Estatuto. Si se ha asomado al balcón, habrá podido ver el mástil en que ondea la ikurriña, que es la bandera oficial de la Comunidad Autónoma porque así lo dispone el artículo 5º.1 del Estatuto. Habrá podido ver a los ertzainas que velan por su seguridad, agentes de una Policía Autónoma, cuya creación se fundamenta en el artículo 17 del Estatuto. Una vez llegados a este punto, lehendakari, tal vez fuera conveniente reformar el artículo citado, con el fin de sustituir la expresión “Policía autónoma” por “Policía autonómica”, por ser la primera un contradiós en toda sociedad democrática.

Después va a presidir la reunión habitual que los martes celebra el Gobierno vasco, cuyas funciones, junto a las suyas propias, describe el Estatuto entre los artículos 29º y 33º. Allí aprobarán seguramente el proyecto de Presupuestos para el año 2000, antes de enviarlo al Parlamento vasco, que los votará y convertirá en ley porque le faculta para ello el artículo 25º del Estatuto.

Después del consejo, el portavoz del Gobierno comparecerá en rueda de Prensa para explicar lo tratado y entre los medios asistentes, habrá profesionales de la radio y la televisión públicas vascas, cuyas necesidades económicas, unos 12.000 millones de pesetas anuales, sufragamos a escote los ciudadanos de este país. Esto es así porque así lo dispone al artículo 19 del Estatuto.

Por decirlo de una manera gráfica, lehendakari: si el Estatuto no tuviera vigencia, su gobierno sería una ilusión, un imposible metafísico; Euskadi, un país virtual y usted, en vez del legítimo inquilino de Ajuria Enea, sería un okupa en el palacete del paseo de fray Francisco. Okupas serían también los consejeros en sus despachos de Lakua, los ertzainas en Arkaute o los directivos de EITB en Iurreta, por poner sólo unos ejemplos. Si el Estatuto no está vigente, perderíamos mucha autonomía, pero nos ahorraríamos una pasta en sueldos, coches oficiales y edificios, usted lo sabe mejor que yo, que su fuerte son los números. Si no hubiera Estatuto, lehendakari, usted seguiría de alcalde en Llodio, al menos hasta que su partido y el resto de sus apoyos parlamentarios decidieran que la Ley de Bases de Régimen Local había dejado de estar vigente.

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