22 julio 2007

6.-Vivir en vasco

El nacimiento de la Radiotelevisión vasca, EITB, fue acompañado por uno de los eslóganes que más se ha repetido para expresar un deseo ferviente que constituye el desiderátum de todo buen euskaldun: vivir las veinticuatro horas del día en euskera. Esta expresión, mil veces repetida, es el walhala de los buenos vascos y a su búsqueda se aplican con mimo las instituciones y no pocos particulares.

Un ciudadano vasco puede, cualquier día de su vida, levantarse oyendo Euskoadi Irratia o Radio Euskadi, según tenga la mañana (Euskadi Irratia es en euskera y Radio Euskadi, en castellano). Cuando coincide con sus hijos, generalmente transige y oye Euskadi Gaztea, versión euskaldun de Los 40 principales. Una mañana, nuestro héroe imaginario, se levantó con cierta querencia por las lenguas romance y conectó Radio Euskadi. Oyó el anuncio de una marca de café colombiano, que patrocinaba la tertulia de la mañana: “Lo que nos interesa aquí… lo que nos preocupa aquí… Y el café que nos gusta aquí: Café Baqué.”

Antes de ir a la oficina, aún tenía tiempo de conectarse a Internet para echar un vistazo a los periódicos por medio de Euskalnet, calentarse un café en la cocina amueblada por Euskococinas, llamar a través de Euskaltel a Eusko Asesores con el fin de que le aconsejaran sobre la posibilidad de invertir en euskobonos. También solía asesorarse en estas cuestiones por medio de Eusko Finanzas o de un par de amigos que tiene en Eusko Kutxa y en la Caja Rural Vasca. Nota que hace un poco de frío y comenta con su mujer la necesidad de pedir un presupuesto a Euskalgas para sustituir la calefacción eléctrica por una de gas ciudad. Tampoco descarta la posibilidad de encargar a Eusko Klima la instalación de un equipo de aire acondicionado.

Podría aprovechar la coyuntura para que Euskal Ventanas o Euskalvent les cambiase las ventanas por otras con rotura de puente térmico. Su mujer le insiste en que deberían hacer una reforma a fondo de la casa, así que decide pedir sendos presupuestos a Euskopinturas para cambiar los colores de las habitaciones, a Euskal Muebles para renovar el tresillo y a Euskalmármol para alicatar los cuartos de baño.

Este héroe de nuestro tiempo viste un chaquetón de Euskalpiel, compra su coche en Euskalmotor y una vez que tuvo que reponer el parabrisas roto de su coche, lo hizo en Euskalglass. La bici de sus hijos es de Euskalbike; revela las fotos de las vacaciones en Euskalcolor o en Euskalprint y encarga sus gafas en Euskal Optika. Cuando no usa su propio coche, se desplaza en Eusko Tren o en Eusko Tran, aunque tampoco descarta el uso de otros medios públicos de transporte como el autobús, pese a que los nombres de las empresas que los explotan tengan un inequívoco e incomprensible regusto local: Bizkaibus y Bilbobus. Alguna vez, por causa de fuerza mayor ha alquilado un coche sin conductor en Basko Rent.

Trabaja en una empresa de servicios de reciente constitución que se llama Euskoser, donde en esos días les está instalando el equipo informático Euskal Informatika Sistemak. Entre los objetivos empresariales del ejercicio está la obtención del certificado de calidad ISO 9002, que le extenderá Euskalit. La secretaria le informa de que tiene varias llamadas: de Euskal Phone, Euskalagro, Euskaltax, Eusko cervezas y una de su primo Koldo, desde la Euskal Etxea (Casa Vasca) de Boise (Idaho). Ese día tendrá mucho trabajo y no podrá salir a comer, así que encarga una ‘cuatro estaciones’ a Eusko Pizza y llama a su mujer para pedirle que congele la chuleta con ‘euskal okela’ o euskolabel que pensaba comerse a mediodía y para que le grabe la etapa de la Euskal Bizikleta en Euskal Telebista. Espera que esta edición la gane, como es habitual, el equipo Euskaltel Euskadi, hermosa redundancia. Para mejorar su nivel de euskera se ha matriculado en un euskaltegi y leía Euskaldunon Egunkaria hasta que lo cerró un juez de la Audiencia Nacional. Lee en Gara (Euskal Herriko Egunkaria) que la Universidad pública (Euskal Herriko Unibertsitatea) tiene problemas para pagar al personal docente unos complementos salariales llamados euskotramos. Antes, para ir a Madrid volaba en Euskal Air hasta que la compañía quebró.[1]

(Santiago González. Palabra de vasco. Ed. Espasa, 2004)

[1] Todas las firmas que se citan se corresponden con los nombres de compañías realmente existentes, cuya dirección y teléfono figuran en la guía telefónica, salvo, naturalmente, la de las dos empresas cuyo cese de actividad se cita de manera expresa.

1 comentario:

FJ dijo...

¡Euskal-genial! Qué falta de originalidad para dar nombres a los negocios, vamos, un auténtico euskoñazo.

Saludos