24 enero 2007

Un modelo que cuaja

Santiago González

El socialismo felizmente gobernante hoy en España tiene una deuda considerable con el nacionalismo vasco. Del nacionalismo aprendió a modificar el pasado, a perderle el respeto a la hemeroteca, a excluir a la oposición como vía para perpetuarse en el poder y a transferir sus responsabilidades a la oposición. Nuestros nacionalistas añoran el Antiguo Régimen y no necesitan otro vínculo político con España que el pacto con la Corona, (otra cosa son los económicos).
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Tampoco acaban de verle el fundamento a las moderneces conceptuales de Montesquieu. Atutxa, que se hizo popular entre los constitucionalistas como consejero de Interior, sólo llegó a héroe incuestionable de la familia nacionalista como presidente del Parlamento vasco. Sus lecturas creativas del reglamento, su arbitrariedad al disponer lasvotaciones sobre las enmiendas a los presupuestos enervaron el control del legislativo al Gobierno. Su negativa a cumplir la orden del Tribunal Supremo para que disolviera el grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak dejó claro que el no tenía ningún favoritismo entre los dos poderes que en opinión de algunos tienen como función controlar al Ejecutivo; los ignora por igual.
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El socialismo de Zapatero se ha aprendido al dedillo la artimaña de ser gobierno y oposición al mismo tiempo, de gobernar utilizando en su favor los otros dos poderes de la democracia. No es ya que trate de controlar el órgano de gobierno de los jueces, el CGPJ, pretensión que han tenido todos los gobiernos desde el primero de Suárez, sino que han llegado más lejos que ninguno de sus predecesores en el intento de condicionar a los jueces, recordemos la queja del presidente del Gobierno: "las últimas sentencias judiciales dificultan el proceso de paz" o su intento de condicionar a la sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional al comenzar la vista del juicio que acabó condenando a De Juana Chaos a 12 años y medio por un delito de amenazas terroristas contra cinco funcionarios de prisiones al explicar urbi et orbe que el justiciable estaba "a favor del proceso de paz".
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Sin olvidar, naturalmente, el relevante papel del fiscal general del Estado a lo largo de todo este asunto. Por eso no debe extrañar que Zapatero haya declarado al PNV socio preferente y éste, quince días después, vaya a manifestarse contra el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que ha llamado a declarar como imputado al lehendakari Ibarretxe por haber incluido a la ilegal Batasuna en las rondas de conversaciones con los representantes legítimos de los ciudadanos vascos.
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Respecto al poder legislativo, la actitud del Gobierno ha quedado definitivamente clara tras el acuerdo inducido por el Grupo Socialista para boicotear la actividad parlamentaria del partido de la oposición -a partirde ahora, el calificativo 'principal' podemos considerarlo redundante-. No se trata, como el pacto del Tinell que le sirve de basamento, de un compromiso para no llegar a acuerdos con el PP; el compromiso es para no discutir siquiera las propuestas de la derecha, a la que se condena al ostracismo, al tiempo que se erradica el fundamento mismo de la vida parlamentaria.
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Esto nos ha hecho retroceder mucho en términos de convivencia democrática y está debilitando nuestras instituciones. Lo que atrofia la vida parlamentaria es la pretensión de sustituir la función del Parlamento por una mesa extraparlamentaria, o la negativa a discutir las propuestas de lao posición, no el tono más o menos subido que pueden adoptar algunos debates. Lo que debilita el sistema es la creencia de que el Gobierno es irresponsable frente a los representantes de la ciudadanía a propósito del asunto más grave que tiene la convivencia en España, que la única actitud posible ante los planes del Gobierno, sean cuales fueren, es el acatamiento, aunque el ejecutivo no explique sus propósitos y, en lugar de armar consensos, exija adhesiones.
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La Audiencia Nacional adoptará hoy una resolución sobre la excarcelación de Iñaki de Juana Chaos, otro asunto que va a contribuir a enrarecer aún más la vida pública. Este preso no ha elevado por conducto reglamentario un escrito en el que hiciera constar su pesar por el mal causado y solicitara alguna medida de gracia. Ha planteado un reto mediante una medida de presión, una huelga de hambre que amenaza con llevar hasta su término. Planteadas así las cosas, el Estado no debería ceder. Es muy difícil hacer pasar por caritativa limosna el dinero que a uno le quitan mediante coacción y esto afecta a una característica fundamental del Estado, según la célebre definición de Max Weber en 'El Político y el Científico'
"es aquella comunidad humana que dentro de un determinado territorio, reivindica para sí con éxito el monopolio jurídico de la violencia física legítima".
Por eso, a diferencia de los particulares, el estado no puede acogerse a la eximente de estado de necesidad.
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Es verdad que De Juana había cumplido condena por los 25 asesinatos que tiene a sus espaldas, pero no es menos cierto que dicho cumplimiento ha sido posible porque se le han contabilizado beneficios penitenciarios indebidamente. Por ejemplo, Iñaki de Juana participó en un intento de fuga y el Código Penal de 1973 en su artículo 100º establece que no serán de aplicación los beneficios penitenciarios a aquellos reclusos que hayan intentado quebrantar su condena.
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El artículo 508 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que:
1. El juez o tribunal podrá acordar que la medida de prisión provisional del imputado se verifique en su domicilio, con las medidas de vigilancia que resulten necesarias, cuando por razón de enfermedad el internamiento entrañe grave peligro para su salud.
Dice "por razón de enfermedad", no por intento de suicidio. Si su estado fuera terminal, el Gobierno podría hacer uso de sus atribuciones y decretar su excarcelación, como hizo Aznar con Esteban Esteban Nieto, integrante del mismo comando que Iñaki de Juana Chaos, pero no parece éste el caso. Si se decreta la excarcelación será para que se recupere.
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Entre los partidarios de las analogías descabelladas no se ha hablado mucho del precedente de la huelga de hambre de Bobby Sands, un activista del IRA que murió en la cárcel de Armagh en 1981, tras una huelga de hambre de 66 días, sin que el Gobierno de Margaret Thatcher, ni tribunal británico alguno intervinieran para impedir el desenlace fatal. A Sands le siguieron otros diez activistas, que llevaron su huelga hasta la muerte. Sus reivindicaciones eran las siguientes:
Derecho a llevar sus propias ropas.
Derecho a abstenerse del trabajo carcelario.
Derecho a la libertad de organización.
Derecho a facilidades recreativas y educativas junto con las autoridades de prisión.
Restauración del derecho remisión de pena (perdido debido a la "protesta sucia").
A la luz de la política comparada, había en aquella ocasión mucho terreno para la negociación. No la hubo. Cabe preguntarse si la paz de Stormont habría sido posible si el IRA hubiera ganado aquella batalla. Cabe preguntarse si el mero hecho de que los tres jueces que iban a decidir este asunto hayan pedido la colaboración de los 17 magistrados de la sala de lo Penal en pleno puede producir en los terroristas una impresión inadecuada. Por ejemplo, que uno solo de los suyos ha conseguido rodear a Audiencia Nacional. Si su excarcelación tres semanas después del atentado mortal de la T-4 no les llevará a concluir que, al final, el Estado siempre cede. Basta encontrar la presión adecuada, pero el tal Max Weber era un antiguo. La violencia es ahora un condominio.

16 enero 2007


Fernando Buesa


Pie de foto.-Flores en el escaño vacío de Fernando Buesa, entre los de Nicolás Redondo y Jesús Eguiguren.
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…es necesario evitar errores, errores en la política a seguir para combatir el fenómeno terrorista. Es un error bajar la guardia, no prevenir, no estar alerta o sembrar expectativas excesivas mientras ETA no cese definitivamente en su actividad como organización armada. Convertir la tregua en el objetivo es un error de este tipo, porque no es la tregua, sino el cese definitivo de la violencia lo que debemos perseguir.
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Durante los meses pasados de tregua, ETA no estaba de vacaciones, sino operativa, en tareas de aprovisionamiento, como eufemísticamente dijo en su comunicado, de preparación, en definitiva, para volver a matar si así le convenía o decidía, como efectivamente hizo. Por eso, mientras no desaparezca definitivamente, los medios que otorga el Estado de Derecho a los Gobiernos deben seguir siendo activos y tener el respaldo de los partidos democráticos.
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Es otro error no considerar que la paz es una cuestión que nos concierne a todos, y en consecuencia, pretender que una estrategia acordada exclusivamente entre nacionalistas llevará al desistimiento de ETA, o que la exclusiva intervención del Gobierno de España, sin acordar las medidas a tomar con los demás partidos del arco parlamentario, traerá la solución.

(Fernando Buesa al lehendakari, en el Parlamento vasco, 25 días antes de ser asesinado.)


Sr. Presidente, señorías:

Hoy (…) se cumple justamente un año desde que tratamos por primera vez este asunto de la violencia callejera en el Parlamento vasco en esta legislatura.
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Entonces (…) los grupos parlamentarios nacionalistas se limitaron a promover una resolución que sólo ellos respaldaron en la que se hacía una apuesta a favor de un proceso de paz que habría de realizarse en ausencia de todas las expresiones de violencia. Si aquélla era su apuesta, señores nacionalistas, la han perdido claramente: entonces ETA estaba en tregua y hoy no lo está, hoy ya ha vuelto a asesinar, y sigue en el intento de cometer nuevos crímenes terroristas. Entonces, como ahora, se había desatado una escalada de violencia callejera, entonces como acompañamiento siniestro de la tregua y de su política y hoy como refuerzo de la vuelta a la actividad terrorista de ETA.
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Esta es la situación. La hemos abordado también en otra ocasión, el 5 de noviembre de 1999. Entonces los socialistas les propusimos de nuevo en el debate de la Cámara este asunto para plantearles una reflexión sobre la ineficacia de su política, señores nacionalistas, para erradicar comportamientos violentos.
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Habían suscrito el 18 de mayo anterior, el lehendakari y los grupos parlamentarios que apoyaban al Gobierno, un acuerdo de legislatura que establecía una posición política que incluso se presentó como un activo para la paz, aquella de la apuesta inequívoca por las vías exclusivamente políticas y democráticas y la desaparición plena de todas las acciones y manifestaciones de violencia. Hoy ese acuerdo está en suspenso y eso es bien expresivo de la insuficiencia de su política para atajar estas manifestaciones.
(…)
Y la pregunta es hoy bien clara: ¿Han mejorado las cosas?¿Han conseguido ustedes que haya menos violencia en las calles?¿Han logrado que quienes políticamente no nos identificamos para nada con el nacionalismo tengamos más tranquilidad, más seguridad y más libertad? En absoluto. No han logrado ustedes nada de todo eso.
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Y son ustedes quienes gobiernan, son ustedes quienes gobiernan en Euskadi y quienes tienen la obligación y la responsabilidad de que estas situaciones de violencia sean perseguidas y desaparezcan.
(…)
El lehendakari y su Gobierno nos han defraudado. Ninguna voluntad había, tras las amables palabras del lehendakari, de enmendar errores para combatir eficazmente la violencia callejera. La minoría parlamentaria que le apoya en este parlamento tampoco tiene ninguna voluntad de enfrentarse de un modo exigente con los grupos violentos.
(…)
Estamos hartos de que ustedes se dediquen a darle vueltas al diccionario y a retorcer el sentido de las palabras para ver si encuentran una expresión feliz que sea asumible por Euskal Herritarrok a la hora de plantear sus resoluciones parlamentarias. ¡Dejen de mirar tanto y con tantos paños calientes a su suspendido socio parlamentario, y vuelquen su atención en las ciudadanas y ciudadanos de este país que sufren los ataques y carecen de seguridad y libertad! Ellos son los que tienen derecho a exigirles que paren, con todos los medios legítimos de que dispone el gobierno, esos ataques, y ustedes son los que forman el Gobierno democrático de este país.
(…)
Señorías, de estas cosas hemos venido a hablar esta mañana, sobre estas cuestiones hemos venido a exigir responsabilidades y actuaciones del Gobierno: sobre cómo se protegen los derechos y las libertades de la gente que no piensa como los nacionalistas. Hemos venido también a pedir un pronunciamiento del Parlamento. Y la respuesta que ustedes nos dan, la que ofrece su enmienda, señores del P.N.V. y de E.A., se lo digo con toda la amargura y el lamento, es una simple tomadura de pelo en la que uno no puede ni entrar.
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Gracias.
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(Última intervención parlamentaria de Fernando Buesa, el 18 de febrero de 2000. Al día siguiente, sábado 19, el portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento Vasco acudió a la manifestación convocada por ¡Basta Ya! en San Sebastián. Faltaban tres días para su asesinato.)

13 enero 2007

Rosa Regàs, un detalle

El escritor Iñaki Ezkerra contaba en La Razón que en el año 2001 Rosa Regàs fue a Bilbao a presentar el libro “El niño de los coroneles”, de Fernando Marías, novela ganadora del premio Nadal en aquel año. Tras la presentación, realizada en el Aula de Cultura de El Correo, que dirige el historiador Fernando García de Cortázar, ella, el autor del libro, Ezkerra y otras tres personas fueron a cenar al restaurante Goizeko Kabi. La presentadora tuvo ocasión de ver a los seis escoltas que acompañaban a tres de sus acompañantes aquella noche. Rosa Regàs pasó buena parte de la cena hablando del horror de los regímenes militares de Chile y Argentina.
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Todos los comensales estaban de acuerdo con ella, pero al cabo de una hora de conversación centrada en el espanto de dos dictaduras, afortunadamente ya inexistentes, García de Cortázar se vio obligado a insistir en algo que había dicho ya durante la conferencia: señaló a los escoltas que cenaban en una mesa próxima y observó discretamente: “No hace falta ir tan lejos, mira cómo andamos aquí”.
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El 26 de julio de 2003, con motivo del cincuenta aniversario del asalto al cuartel Moncada, Rosa Regàs firmaba un manifiesto de solidaridad “Con Cuba, contra el imperio, Comunicado de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas”. En él se denunciaba la “Carta abierta contra la represión en Cuba” y a los quinientos “autodenominados intelectuales, artistas y políticos del mundo democrático”. Rosa Regàs y sus intectuales, artistas y políticos adecuadamente homologados, contaban que “como en el caso de Irak, como en el caso de Euskadi, una imparable campaña de demonización orquestada por el poder intenta ahora convencer a la opinión pública de que el gobierno cubano ‘atenta contra la democracia’”.
(Palabra de vasco. Santiago González. Edit. Espasa, 2004)

10 enero 2007

El sábado manifestapena

Santiago González

Tengo para mí que a veces no sabemos valorar los acontecimientos en su justa medida, ni los motivos que guían a nuestros dirigentes en su toma de decisiones. Un suponer, las razones que han llevado a Patxi López a secundar la manifestación convocada por el lehendakari Ibarretxe para el sábado, 13 de enero.

Recordarán ustedes,-y si no para eso estamos,-que Gesto por la Paz estaba preparando la convocatoria de una manifestación contra el atentado de la T-4, para la que se encontraba en tratos con el PNV y el PSE. El lema de marcha iba a ser “Por la paz y contra ETA” y se trataba de incorporar a ella al PP. Pero el lehendakari la cogió al vuelo, se apropió de la convocatoria y la fecha, cambió el lema por otro inspirado en las órdenes mendicantes, “Por la paz y el diálogo”, y la hizo pública.

Josu Jon Imaz trató de disuadirlo, pero en vano, y en esto llegó Patxi López y dijo que no estaba de acuerdo con el lema ni con las formas, pero que se sumaba a la manifestación porque no quería «contribuir a la división entre partidos democráticos y mucho menos a la fractura social, como ocurrió tras el asesinato de Fernando Buesa».

Los críticos a machamartillo, que los hay, argumentarán que una manifestación constituye expresión de una voluntad colectiva que se resume en el lema de la pancarta. Si uno participa de los valores que congregan la marcha, acude y si no, no. Si no está de acuerdo con las maneras, ni le gusta el lema, ¿por qué va?

Puede que le guste el recorrido. O el horario. A mí mismo me dice mi médico que me conviene hacer más ejercicio, andar más. También es verdad que el recuerdo que tiene Patxi López de lo que pasó tras el asesinato de Buesa no tiene una correspondencia estricta con los hechos. Leyendo su declaración parece que la culpa de la división entre los partidos democráticos y la fractura social de entonces fuese de los socialistas. Eso para que digan que ya no se practica la autocrítica en la casa común de la izquierda y el nacionalismo.

En ocasiones, como la presente, en demasía. Porque los hechos no ocurrieron como los recuerda este agnus Dei qui tollit peccata mundi. No hubo una convocatoria del lehendakari que el resto de los partidos se negara a asumir. Lo que pasó fue que llegamos al asesinato de Fernando Buesa con el lehendakari sostenido por un pacto de legislatura con Euskal Herritarrok, el grupo parlamentario de Josu Ternera, y que aquel pacto había resistido la ruptura de la tregua y el asesinato del teniente coronel Blanco.

También pasó que el día del funeral, Ibarretxe se escubulló por la sacristía de la iglesia y que el sábado siguiente, 26 de febrero de 2000, se hizo una manifestación en la que los asistentes del PNV se adueñaron de la cabecera y transformaron la caminata en demostración de apoyo a su dirigente al grito de “Ari, ari, ari, Ibarretxe lehendakari”. Y pasó que al terminar el recorrido, Juan Josué Ibarretxe se marchó con los suyos, sin esperar la llegada de la viuda, los hijos y los compañeros del asesinado dirigente socialista, que aún no habían concluido la marcha.

Batasuna ha anunciado que tal vez se presente en la manifestación del sábado, lo que ha llevado a los socialistas vascos a anunciar que si tal cosa sucediera, se replantearían su adhesión a la misma. Los socialistas deberían considerar que los batasunos tienen más razones que ellos para acudir. Un lema como “Por la paz y el diálogo” es bastante acorde con los propósitos de ETA y Batasuna: no dejarnos en paz hasta que el diálogo transcurra por donde ellos quieran. Por otra parte, han sido los socialistas los que han calificado a Otegi de “hombre de paz”, etiqueta que jamás le han aplicado al presidente de “la derecha extrema”. Al más discapacitado de los votantes vascos, intelectualmente hablando, se le ocurren varios lemas que harían imposible la presencia de Batasuna en la manifestación del sábado.

Por último, hay que anotar en el haber de López que su modus operandi está inspirado en el del líder máximo. Recuerden que en agosto de 2004, los etarras encarcelados Francisco Mujica Garmendia (Pakito), Iñaki Bilbao (Iñaki de Lemona), Iñaki Arakama Mendia (Makario), Karlos Almorza (Pedrito de Andoain ), Kepa Solana y Koldo Aparicio enviaron una carta a la dirección de ETA en la que expresaban su moral de derrota y su propuesta de abandonar la actividad terrorista, en la creencia de que ningún Gobierno central estaría dispuesto a negociar con ellos. Tres meses después, Otegi hizo la propuesta de Anoeta y a los dos meses recibía una respuesta positiva de Zapatero, asegurando que los ciudadanos, por su trayectoria pública, saben hasta qué punto él es "capaz de hacer los esfuerzos por la paz que quieren los vascos y todos los españoles."

Pakito y sus camaradas entraron en fase de melancolía y empezaron a preguntarse cómo habían podido ser tan gilipollas como para haberse creído que el Pacto antiterrorista iba en serio y se volvieron atrás. Demasiado tarde. ETA, que ya había hecho creer al presidente del Gobierno que estaba dispuesta a abandonar las armas, los expulsó por precursores. Fue una gran victoria política de Zapatero sobre ETA. Sobre la parte de la banda que quería rendirse, sí, pero menos da una piedra.

De manera análoga, Patxi López, en vez de apoyar a Josu Jon Imaz, la gran esperanza blanca, contra Ibarretxe, ha preferido reforzar al lehendakari apoyando su manifestación.

La primera vez que el PNV llamó a sus bases a manifestarse contra ETA fue tras el asesinato de tres militares en octubre de 1978. La Ejecutiva del partido guía elaboró una nota en la que llamaba al pueblo vasco a manifestarse y expresar “pública y colectivamente su rechazo absoluto al terrorismo”. Esta fue, según confesión propia, la primera vez que el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, se sumó a una manifestación. Lo contó en un artículo en el que retaba a Patxo Unzueta, Jon Juaristi y Mikel Azurmendi a explicar qué hacían ellos mientras él y su partido se manifestaban contra ETA el 25 de octubre de 1978. Simultáneamente, el Partido Nacionalista Vasco exigió al Gobierno de Suárez y a UCD que no participsen en la manifestación. Anasagasti explicó en una entrevista su malestar por el hecho de que
“el asunto de la manifestación se haya presentado como una manifestación contra el terrorismo (…) Parecía que nos dirigiéramos directamente contra ETA y no es eso. La gente que se quiere aprovechar de esta manifestación para ir contra ETA se ha confundido de manifestación”. (Egin, 14 de octubre de 1978)
¿Contra quien irá la manifestación?, se preguntarían inquietos los lectores de la entrevista. Arzalluz lo explicaba pocos días después en Tafalla, durante su intervención en un mitin:

“la manifestación no es contra ETA, porque siempre ha habido gente que se ha levantado en armas contra la opresión. Madrid sólo entiende un lenguaje: el de la fuerza. La manifestación es para pararle los pies a Madrid”.

Patxi López debería animarse a la vista de estos precedentes: Ese lema “Por la paz y el diálogo” es, en realidad, para pararle los pies al PP, que es el único partido que no quiere la paz ni el diálogo. Está claro, ¿no?

07 enero 2007

Que despierte el leñador
(Fragmento)


En tres habitaciones del viejo Kremlin
vive un hombre llamado José Stalin.
Tarde se apaga la luz de su cuarto.
El mundo y su patria no le dan reposo.
Otros héroes han dado a luz una patria,
él además ayudò a concebir la suya,
a edificarla
a defenderla.

Su inmensa patria es, pues, parte de él mismo
y no puede descansar porque ella no descansa.
En otro tiempo la nieve y la pòlvora
lo encontraron frente a los viejos bandidos
que quisieron (como ahora otra vez) revivir
el knut, y la miseria, la angustia de los esclavos,
el dormido dolor de millones de pobres.
El estuvo contra los que como Wrangel y Denikin
fueron enviados desde Occidente para «defender la Cultura».

Allí dejaron el pellejo aquellos defensores
de los verdugos, y en el ancho terreno
de la URSS, Stalin trabajó noche y día.
Pero más tarde vinieron en una ola de plomo
los alemanes cebados por Chamberlain.
Stalin los enfrentó en todas las vastas fronteras,
en todos los repliegues, en todos los avances,
y hasta Berlín sus hijos como un huracán de pueblos
llegaron y llevaron la paz ancha de Rusia.

Molotov y Voroshilov
están allí, los veo,
con los otros, los altos generales,
los indomables.
Firmes como nevados encinares.
Ninguno de ellos tiene palacios.
Ninguno de ellos tiene regimientos de siervos.
Ninguno se hizo rico en la guerra vendiendo sangre.
Ninguno de ellos va como un pavo real
a Río de Janeiro o a Bogotá
a dirigir a pequeños sátrapas manchados de tortura:
ninguno de ellos tiene doscientos trajes:
Ninguno de ellos tiene acciones en fábricas de armamentos,
y todos ellos tienen
acciones en la alegría y el la construcción
del vasto país donde resuena la aurora
levantada en la noche de la muerte.

Ellos dijeron "Camarada" al mundo.
Ellos hicieron rey al carpintero.
Por esa aguja no entrará un camello.
Lavaron las aldeas.
Repartieron la tierra.
Elevaron al siervo.
Borraron al mendigo.
Aniquilaron a los crueles.
Hicieron luz en la espaciosa noche.

Pablo Neruda (Canto General)

05 enero 2007

En la zona cero, Zapatero

Palabras del presidente del Gobierno durante su visita a la Terminal 4 de Barajas, ayer, 4 de enero de 2007:

ETA, con este atentado criminal y atroz, ha elegido el peor de los caminos posibles. [Ha elegido el mismo camino por el que ha optado siempre] Nada va a conseguir, a nadie va a intimidar. La democracia no se intimida, ninguna de las instituciones democráticas se intimida y mucho menos el Gobierno [salvo que los terroristas consigan que el Gobierno acceda a sus pretensiones en la mesa de negociación]. La Justicia se hará cargo de los autores de esa barbarie que ha costado casi con seguridad [sin casi, con toda] dos vidas humanas y ha provocado una destrucción muy notable. Esas son las reglas del Estado de Derecho, las reglas de la democracia y de la ley. La justicia es un camino fundamental para la paz y para el fin de la violencia. [Obsérvese el parecido semántico de la expresión con "la política es un camino fundamental para la paz y para el fin de la violencia". Pero la Justicia no tiene carácter instrumental. Es la base del Estado de derecho.]

Desde el escenario de la violencia, después de muy pocos días de ese atentado tan grave, [le parecerá que llegar con cinco días de retraso es una muestra de diligencia] aseguro que la energía y la determinación que tengo para ver el fin de la violencia, [ver es un verbo que implica una actitud pasiva. No hace falta emplear energía o determinación para ver. Sólo hace falta no estar ciego y abrir los ojos. Para lo que sí hacen falta la energía y la determinación es para derrotar a ETA, detener a los terroristas y enviarlos a la cárcel] para alcanzar la paz [otrosí digo: ¿energía y determinación "para alcanzar la paz"? Basta dejarse conducir por el proceso], es hoy, si cabe, mucho mayor. Los españoles saben que es una batalla dura, pero saben además que cuentan con la firme determinación de las instituciones del Estado de Derecho para ver el fin de la violencia. [Y dale con la "firme determinación para ver". La insobornable voluntad de quien oye llover.]

Nada ni nadie, ni lo que hemos sufrido el día 30, va a detener el derecho de todos los españoles a que nuestras vidas sean unas vidas sin bombas y sin violencia y tengo el firme convencimiento de que lo vamos a conseguir.

Para el fin de la violencia y la paz voy a poner lo mejor de mí mismo, [lo mejor de sí mismo, ¿qué es? ¿el diálogo?¿la alianza de civilizaciones? La frase ganaría mucho así: "Contra ETA voy a emplear lo peor de mi mismo". Podría empezar por emplear el mismo leguaje que usa al hablar del partido de la oposición.] toda mi determinación, toda la fuerza democrática que los ciudadanos me dieron en su día en las urnas y puedo asegurar que no me va(n) a faltar ni energía ni determinación para lograrlo. Y espero que para ese fin podamos contar, como quieren los españoles, con todos los ciudadanos y todas las fuerzas políticas. [Acaba de fracasar el experimento del final dialogado de la violencia. El presidente debería volver al punto en el que todo se empezó a torcer, encontrar un acuerdo con el principal partido de la oposición (148 escaños) e invitar a sumarse a él a todos los demás partidos (38 escaños) Los españoles quieren el fin del terrorismo. Suponer que quieren el final dialogado del terrorismo sería un exceso de presunción.]

01 enero 2007

Rueda de Prensa en La Moncloa
10 de febrero de 2006


Sr. Rodríguez Zapatero.- Lo he dicho anteriormente: tengo una
convicción, una convicción, sobre que el proceso de la
violencia que tanto daño ha hecho a la sociedad española tiene
un tiempo limitado. Esa convicción parte, ante todo, de la
fortaleza que ha tenido la sociedad española; parte de hechos
objetivos, como es la ausencia de atentados mortales desde
hace ya más de dos años largos; parte de la percepción que el
Gobierno tiene sobre el momento máximo de deseo y de
compromiso a favor de la paz y por el fin de la violencia que
hay en la inmensa mayoría de la sociedad vasca, y parte,
evidentemente, de información que el Gobierno dispone;
información que en su propia responsabilidad, como no puede
ser de otra manera, está en administrarla con prudencia y con
discreción, como, por cierto, ha sido siempre en la
trayectoria democrática.

Lo único que lamentablemente ha cambiado, teniendo unas
expectativas objetivamente mejores en cuanto a la posibilidad
de ver el fin de la violencia, lo único que ha cambiado,
repito, es la actitud de la oposición, cuando tiene desde el
primer día el ofrecimiento de compartir, como compartimos
durante todos estos años de atrás y especialmente en la última
legislatura, lo que representa un esfuerzo colectivo de todos.