30 junio 2010

Sólo son palabras

Santiago González

Vale la declaración preambular de Cataluña como nación, aunque el término ‘nación’ carece de validez jurídica. O sea, vale, pero no vale. “Las palabras han de estar al servicio de la política y no al revés” (Zapatero, junio de 2005)

Rubalcaba ha realizado una valoración sorprendente: si lo tradujésemos al lenguaje del fútbol, el PP habría perdido por 290 a 1. 290 son en su opinión las impugnaciones presentadas por el PP y 1 es el artículo declarado inconstitucional en las cuentas del Gobierno. Ninguna de las dos cifras es cierta. Los populares opusieron 114 enmiendas, no 290. El Estatuto de 2006 consta de un preámbulo, 223 artículos y 15 disposiciones adicionales. Y los declarados inconstitucionales son 14, no 1, amén de otros 29 interpretables. Con la lógica de Rubalcaba podría decirse que el PP, al igual que el TC, considera constitucional la mayor parte del Estatuto: de 239 epígrafes, sólo ha impugnado 114, menos de la mitad.

Si el más listo del Gobierno razona así, no había motivos para grandes esperanzas al oír al ministro de Justicia, que se explayó ayer en Onda Cero. También dijo que tumbar, tumbar, sólo han tumbado uno. También es mala suerte que el artículo que se han cargado entero sea precisamente el de la Justicia, que él había avalado con conocimientos se supone que profesionales. En los otros 13 han cambiado algunas palabras, qué son apenas un centenar de palabras frente a las 38.000 que tiene el Estatuto, sostiene nuestro hombre.

Han eliminado, por ejemplo, la palabra ‘preferente’ para el catalán. Ya no es la lengua normal y preferente. Pero el TC, al retirar el segundo calificativo, deja obscenamente desnudo al primero. ¿Qué es normal? El castellano, ¿es anormal o subnormal en Cataluña? Trate de decir el ministro “soy partidario de las relaciones sexuales normales” ante el ejecutivo Zerolo, a ver qué pasa.

Vamos a ponerle ejemplos más fáciles: cambiar un sí por un no, donde dije ‘digo’, digo ‘Diego’. Una palabra es un mundo. A veces basta el orden para conferir sentido: hombre pobre y pobre hombre, es un ejemplo de mi lejanísimo bachillerato. Otras, basta una coma, y no pensemos en el caso de los números. Se cuenta que Pedro el Grande tenía la misma fórmula para dar el visto bueno a una ejecución que para suspenderla. Bastaba con correr la coma: “Clemencia imposible, ejecución”, en el primer caso, y “clemencia, imposible ejecución” en el segundo. Sí, ministro, es sólo una leyenda y en España no está vigente la pena de muerte.

Baltasar Garzón está acusado de prevaricación por haber confundido una letra con otra, según la ciencia jurídica parda del ministro de Justicia. La L.O.G. Penitenciaria dice en su artículo 51.2 que las comunicaciones de los presos con sus defensores “no podrán ser suspendidas o intervenidas salvo por orden de la autoridad judicial y en los supuestos de terrorismo”. Donde hay una copulativa, ‘y’, el juez leyó una disyuntiva, ‘o’ y ahí empezó todo. Garzón pensaría como Caamaño, total, una letra u otra, qué más da. Los dos deberían saber que la interpretación de la cuestión copulativa viene a ser una jodienda, mayormente.

25 junio 2010

 Consignas contra el burka


Santiago González

El ministro de Trabajo ha terciado en el debate sobre el burka y ha echado mano de la prensa amiga para reproducir una de esas consignas que se hacen pasar por argumentos: “hay más mociones contra el burka que mujeres que lo lleven”.

No es probable. En el peor de los casos habrá empate. Los Ayuntamientos que lo han prohibido lo habrán hecho porque al menos se ha visto uno en la localidad. Por otra parte, bastaría con que el Gobierno al que aún pertenece Corbacho acatara la petición que le hizo el Senado el miércoles y una sola ‘moción’ valdría para todos los Ayuntamientos de España.

Éste es el argumento más poderoso de quienes rechazan el burka sin prohibirlo: hay muy pocos y no es problema. Es el relativismo estadístico. Con este mismo patrón llegaron a comparar algunas almas pías a las víctimas del terrorismo con las del tráfico o los muertos en una noche de inundaciones en la India. El presidente Zapatero fue una de ellas, al decir en Montevideo, el 5 de noviembre de 2006, ante el mismo presidente Uribe que se enfrentó a las FARC, que el cambio climático causa más víctimas que el terrorismo.

El partido de Corbacho aprobó una ley contra la violencia de género (bien hecho, aunque sea una mala ley) a pesar de la irrelevancia del número de víctimas, 3 de cada 100.000, aproximadamente. ¿Crear un problema donde no lo hay? Tal vez el ministro de Trabajo espere a que las víctimas y los burkas igualen al ratio existente entre el número de sus parados y la población laboral española (uno de cada cinco) para empezar a considerarlo como un problema.

Si hay tan pocos, ¿por qué prohibirlos? Quienes así razonan deberían preguntar a la ministra de Igualdad, la gran muda en este debate, por qué se gasta el dinero de los españoles en un “mapa de inervación y excitación sexual del clítoris y labios menores”. Sostiene Aído que no es asunto para tomar a broma y que el estudio es de mucho interés para las víctimas de la ablación. Lo que pasa es que en España, con toda seguridad hay menos mujeres que hayan  sufrido esa brutal amputación que burkas por las calles.

Es mejor erradicar que prohibir, sostiene la etimológica Pajín. 'Erradicar' quiere decir "arrancar de raíz”, según la única acepción del DRAE. La metáfora podría tener sentido en Afganistán, pero es inadecuada en estos pagos. El burka, como el niqab, no ha tenido raíces aquí nunca. Si las tuviera habría muchos en la calle y eso es justo lo que niegan quienes paradójicamente pretenden ‘erradicarlo’.

He tratado vanamente de encontrar algún argumento socialista en defensa de su pasividad ante el burka. Sólo consignas y procesos de intenciones. El PP y sus intereses electorales. CiU y su miedo a la fuga de votos hacia la Plataforma per Catalunya’ antiislamista. ¿Y los alcaldes del PSC que han promovido mociones? Y el PSOE, ¿pensará en el voto musulmán al oponerse a la prohibición? Muy probablemente la respuesta es ‘sí’ para los tres partidos, porque todos quieren ganar las elecciones. El carnicero que nos vende los filetes, no lo hace por nuestra extraordinaria simpatía y don de gentes, sino movido por el ánimo de lucro. Sus intenciones no son en absoluto relevantes. Sí lo es que en el intento de ganarse nuestros votos hagan lo que tienen que hacer y en el de quedarse con nuestro dinero nos dé a cambio buena carne.

En este caso, lo relevante es prohibir una costumbre infame, incompatible con la dignidad y la libertad de las mujeres, y por ende, del género humano. En esta ocasión, aunque sea para ganar votos, el PP y CiU han hecho un gesto progresista y el PSOE no. Y Aído, criatura, ¿qué pensará de esto?

23 junio 2010

Entró, entró

Santiago González

En una de esas duchas escocesas que nos dan las autoridades económicas y la prensa internacional, el presidente del FMI, Strauss-Kahn, ha echado un piropo al Gobierno que ha debido de sorprender a la propia empresa: “Zapatero asienta las bases para dos décadas de crecimiento”. Es comprensible que el citado, y el presidente de EEUU, que ha sido el último en llamar al nuestro para felicitarlo, estén contentos. Al fin y al cabo está cumpliendo las instrucciones que tanto le encarecieron hace un mes Sarkozy, Merkel, Hu Jintao y Obama, “díselo tú, Barack, que a ti te hará más caso”.

No viene mal que las autoridades económicas elogien lo nuestro con razón o sin ella. Ciertamente, ésta es la primera ocasión en la que el presidente Zapatero adopta medidas que tienen algo que ver con las que nuestra economía necesita. Los pronósticos del FMI habían sido calificados de ‘peculiares’ por la vicepresidenta Salgado, pero es muy difícil que en esta ocasión acierten.

El que fue secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, escribía un ‘aquí me quedo’, periodístico en la prensa de la mañana, que preludiaba su abstención al decreto-ley sobre la reforma laboral en el pleno del Congreso de la tarde. Su abstención sumará 173 con las del PP, CiU, PNV, UPyD, CC y UPN. Están, además, los 8 votos negativos de IU, ICV, ERC, BNG y NaBai.

Frente a ellos, los votos socialistas menos uno, 168. El decreto fue aprobado con el pase del desdén, menos votos que abstenciones. Con estos datos, parece que la expresión de Strauss Kahn no tiene otro valor que el meramente protocolario, la buena crianza del invitado hacia el anfitrión que, además, ha seguido las recomendaciones que, entre otros, le hacía el FMI. Por otra parte , veinte años no es nada, lo sabemos por el tango.

Llama la atención el horror a los consensos del presidente, que le ha impedido negociar intensamente con la oposición para obtener un apoyo claramente mayoritario en el Congreso. También fue muy curioso que la agresividad del portavoz socialista estuviese canalizada única y exclusivamente contra el principal partido de la oposición, que se abstuvo para permitir la aprobación del decreto. “Son ustedes el partido del ‘no’”, reprochó a quienes se abstenían, mientras no dijo ni mú a quienes realmente votaron ‘no’, ni al resto de los abstencionistas, que estuvieron tan duros en la crítica como Sáenz de Santamaría. El lenguaje ha de estar al servicio de la política y no al revés y no han de esmerarse en decir la verdad. Como dijo el líder, enmendándole la plana a Juan Evangelista, es la libertad lo que les hace verdaderos.

La reforma laboral ha sido otro éxito del presidente en sus acuerdos de Estado. Los sindicatos, que estaban bastante consentidos, la han recibido como una agresión y la patronal la considera insuficiente. En el camino se ha roto el diálogo social, nada irremediable, pero es una muestra más de la acreditada incapacidad de este presidente para alcanzar un solo acuerdo de carácter nacional en los seis años que lleva en el cargo. Bueno, sí, la Ley de Dependencia; pero no había dinero para aplicarla.









































































































21 junio 2010

Parábola de náufragos

Santiago González

No hubo sorpresas. En el acto litúrgico concelebrado ayer por Batasuna y Eusko Alkartasuna en Bilbao, se produjo un acuerdo de unidad abertzale entre un partido ilegal y otro en camino de convertirse en humo. EA, que llegó a tener siete parlamentarios (gracias a la generosidad del PNV en la elaboración de listas conjuntas, todo hay que decirlo) sólo tiene uno y no es su presidente ni su secretario general).

Las bases de su pacto podrían haberlas redactado Jone y Rufi mano a mano. En algo más de 14 folios sobre el futuro Estado vasco no aparece ni una sola referencia a ETA y sí al conflicto y a las ‘múltiples violencias’ y ‘expresiones de violencia’. El fenómeno ya se ha vivido antes: el partido que ofrece una pista para el aterrizaje de Batasuna, termina usándola para su propio despegue.

El problema está en el otro bando. Se da por hecho que ETA está derrotada, supuesto que se acerca mucho a la realidad, y se precipitan a ofrecer empate o un arreglo que lo parezca. Contra lo que creen algunos la paz sólo podrá venir cuando los terroristas acepten su derrota. ¿Por qué Eguiguren se empeña en enseñar a los abertzales qué hacer para volver a las instituciones, como si a ellos no se les pudiera ocurrir?

Joseba Arregi lo clavó en un artículo publicado en estas páginas el pasado 1 de marzo: “parece que ahora todo se apresta a un escenario en el que es posible hacer política no sólo como si ETA no existiera, sino como si ETA nunca hubiera existido.” EA y Batasuna escriben su comunicado como si ETA no existiera. Eguiguren diseña sus hojas de ruta para poder hacer política como si ETA no hubiera existido.

¿Qué hacemos con Egiguren? Pues en realidad, nada. Todos los socialistas, de Zapatero para abajo, han sostenido en declaraciones y artículos de prensa que ‘el proceso’ de 2006, si bien fracasó, fue un éxito, porque ETA demostró que no tenía verdadera voluntad de paz y esto la ha llevado al punto de ruptura y ha quedado fatal a los ojos de los vascos. Así las cosas, ¿por qué no intentarlo otra vez? Otro par de encuentros de Eguiguren con ETA y Batasuna en Oslo y Ginebra, acabarían de darles la puntilla, rematando airosamente el trabajo empezado hace cuatro años.

Zapatero debería repetir con su experto negociador el breve diálogo del inspector de la Naviera Aznar con el capitán del ‘Monte Zalama’, que tras empotrar el barco una noche contra unos arrecifes, optó por abandonarlo, para ponerse a salvo en el islote cercano. Al clarear el día y despertarse, los náufragos comprobaron que la marea había reflotado el buque y no había rastro de él. Cuando al fin llegaron a Bilbao tras unas aventuras hilarantes, el capitán preguntó con timidez: “Supongo que estoy despedido, ¿no?”, a lo que su interlocutor, bilbaíno cabal, respondió con tono despreocupado: “No, capitán. ¿Por qué? Usted díganos qué barco quiere hundir ahora”.

El problema es que, como todo esto se paga a escote, Jesús parece estar buscando barco para el próximo proceso.

19 junio 2010



Otra canción de Milanés

Santiago González

El presidente de los socialistas vascos se enteró de la tregua de 2006 por la radio del coche. Entonces insertó una casete de Pablo Milanés que llevaba para el momento: “Y me puse a cantarla en silencio, (oxímoron) con mucha emoción por dentro: «Yo pisaré las calles nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentada, y en una hermosa plaza liberada, me detendré a llorar por los ausentes».”

Meses más tarde tuvo que envainarse la canción de Milanés, pero sigue pensando que el ‘proceso de paz’ fue un éxito, más allá de los ‘trágicos accidentes’ que empezaron a producirse en la T-4 de Barajas. De la misma opinión son todos los socialistas con mando en plaza: no puede hablarse de fracaso, porque ETA despreció una oportunidad para la paz (give peace a chance) y eso está en el origen de su debilidad presente. Han demostrado que son unos ‘malquedas’, algo que no les perdonará jamás un pueblo de natural educado como el vasco”.

Las cosas no son así. ETA está débil porque los cuerpos de seguridad han detenido a muchos terroristas, no porque Jesús se sentara frente a ellos a mirarles a los ojos. “El trabajo corresponde a la ilegalizada Batasuna, no al Estado”, comenta sobrado de razón el ministro del Interior. Si el Gobierno les urge a legalizarse, pondrán precio. También el lehendakari ha descalificado sus ocurrencias, tachándolas de “meras opiniones personales”. Meras y personales sí parecen. El más distraído de los observadores puede apreciar una diferencia básica entre la legislatura anterior y ésta, entre el factor de crispación que introdujo en Euskadi la negociación unilateral con ETA y los resultados cuando el Gobierno aplica una política basada en el imperio de la ley y acordada con el principal partido de la oposición. ‘Txusito’, como le llama coloquialmente la izquierda abertzale, tal vez no tiene en cuenta que su partido le debe Ajuria Enea a un PP que no ha reclamado cargos; sólo la política antiterrorista que vienen practicando. ¿Por qué cambiarla y arriesgar el pacto de Gobierno? Sólo un idiota alteraría la estrategia comercial de una empresa que le hace aumentar los beneficios y su cuota de mercado frente a la competencia.

¿Por qué se empeña Eguiguren en hablar como si fuera el portavoz de Batasuna, en explicar la hoja de ruta abertzale y garantizar sus buenas intenciones?¿Por qué cambiar la política que ha permitido detener cinco veces a la cúpula de ETA en los dos últimos años y desalentar a su brazo civil?¿Cómo es posible que nuestro héroe reclame para un acuerdo entre partidos vascos competencias que pertenecen a Gobierno Central, un suponer Instituciones Penitenciarias o la legalización de partidos? ¿Qué hace un fan del ámbito vasco de decisión en un partido como el suyo? La excarcelación de Usabiaga, ¿tiene algo que ver con esto?

Él inspiró un fiasco que debió pagar con su dimisión. No sólo no le animaron a dejarlo; es que se dispone a volver a emocionarse con la canción de Milanés, hay que joderse. Las lágrimas no serán las mismas, ciertamente. “Un proceso como el anterior no se va a dar”, dice el artista: “nadie se baña dos veces en el mismo río”. Ay, Heráclito, cuántas gilipolleces se escriben en tu nombre. La impunidad era esto: que las tonterías salgan gratis. ¿por qué no iba a animarse a repetir, después de todo?

17 junio 2010

Un auto para Usabiaga

Santiago González

La Audiencia Nacional ha ratificado la libertad de Rafa Díez Usabiaga decretada en abril por Baltasar Garzón en uno de los grandes autos que lo convirtieron en estrella. Resumen de lo publicado: Garzón puso en libertad al dirigente abertzale a pesar de apreciar riesgos de fuga y de reincidencia en el delito que motivó su prisión provisional (reconstitución de la ilegal Batasuna). El megajuez apreció razones humanitarias que avalaban su decisión a pesar de los pesares: el cuidado de su anciana madre dependiente. Luego resultó que la condición dependiente de la anciana no estaba acreditada legalmente (tenía pendiente aún la primera cita para solicitar el inicio del expediente). Tampoco en el terreno de los hechos: ni su hijo Rafa es su único asidero (tiene otra hija que reside en el mismo municipio) ni el informe que él aporta sobre su asistencia es compatible con la dependencia: sus visitas se producen a las cinco de la tarde, una hora a todas luces inadecuada para ayudarla en el aseo personal o prepararle el desayuno.

El tribunal ha apoyado el auto de Garzón porque el procesado no ha aprovechado para abrirse. Es un motivo débil, pero no es probable que los jueces de la AN vayan a poner en evidencia a su excompañero en este trance de su vida, ni que la Policía judicial aporte un informe que lo permita. Nada nos dice el auto sobre cómo es él y a qué dedica el tiempo libre. Tampoco sabemos si Usabiaga aprovecha la libertad para reincidir gozosamente en su delito, aunque sea por la buena causa que pregona con entusiasmo Eguiguren: reconstituir Batasuna para forzar a ETA a dejar las armas o disolverse en el intento. Dirán que vaya lío, pero es que la vida moderna es un fenómeno complejo, queridos y queridas.

No está descartada la posibilidad de que sea una experiencia piloto del Gobierno, ahora que va a recortar los dineros para la dependencia. Si excarcelamos a los presos para que atiendan a sus madres, ahorraremos en las ayudas y también en los presupuestos de Instituciones Penitenciarias.

El auto agarra los acontecimientos por el asa que no quema: fían en el médico personal de la madre en contra del alegato de la Fiscalía y el informe de los forenses judiciales: “es autónoma para las actividades de la vida diaria”. ¿Autónoma quiere decir independiente? En la estricta militancia abertzale que practica su hijo, no, pero tampoco hay que dar por sentado que las madres abracen a ciegas y por sistema las causas de sus hijos. Doña Dolores es viuda de guardia civil, no diré más.

Este caso abona el debate que propone Margarita Robles sobre la prescindibilidad de la Audiencia Nacional, un tribunal creado para juzgar asuntos que podían desbordar al juez natural, por su complejidad o la amenaza terrorista. “Yo creo profundamente en los jueces de este país”, ha declarado la magistrada. Yo no, pero prefiero a un juez profesional, con su conciencia entre su deber y el miedo, que ese jardín de infatuaciones en el que los criterios que activan una causa o la esconden en un cajón son menos jurídicos que políticos y están más sometidos a las conveniencias que al calendario.

16 junio 2010


La soledad es esto

Santiago González

No habíamos tenido nunca un presidente con tanta fe en el diálogo como José Luis Rodríguez Zapatero. Ni lo volveremos a tener, probablemente. Recuerden la impresionante reflexión que escribió en el prólogo a un libro de Jordi Sevilla: “Ideología significa idea lógica y en política no hay ideas lógicas, hay ideas sujetas a debate que se aceptan en un proceso deliberativo, pero nunca por la evidencia de una deducción lógica.” No se obsesionen con la etimología, y menos aún con la epistemología; confórmense con la literalidad y admiren su fe sin límites en las virtudes del diálogo.

Siempre supimos que era un dirigente de pocas lecturas. De haber tenido una formación clásica y haber leído a Edward Gibbon y su obra sobre la caída de Roma, sabría que ha vivido en un error y que lo bueno está aún por llegar. Churchill es, a los ojos de muchos, el gran estadista del siglo XX, gracias a las frases de Gibbon que usó con desparpajo, y a un par de decisiones tomadas sin vacilar en el momento histórico adecuado. Zapatero se había jurado no incurrir jamás en el desamor de su pueblo ni en el descontento de los sindicatos. Para ello sustituyó la política económica por las subvenciones y las purgas por placebos hasta que se nos acabaron los ahorros y varios de sus iguales (ustedes perdonarán la hipérbole) le urgieron a emplear una medicina alternativa, porque le enfermo se le iba.

Sus leales Méndez y Fernández, cría cuervos, que tanto inspiraron y acompañaron las medidas en las que el Gobierno fundió el superávit y creó un déficit del 11%, ya le han dado cita previa para una huelga general dentro de tres meses y medio. Con la caja vacía, también ha sido abandonado por los nacionalistas, a los que ya no puede recompensar con regalías que no es capaz de costear. Había puesto tanto empeño en aislar al PP que éste se muestra incapaz de aceptar su caída del caballo y de votar afirmativamente las medidas que ellos mismos propondrían.

Zapatero está en aquel momento fotoshop que lo mostraba al trote por la arena húmeda de una playa en la que no dejaba huella. Era la soledad del corredor de fondo. Sin embargo, no se ha hundido. Pocas veces como en ésta se ha visto tan claro el error de percepción de Alfonso Guerra al motejarlo como ‘Bambi’. No le mueve más objetivo que el poder, pero se aplica a conservarlo con una determinación de pedernal y a contrapelo de los hechos.

No está en su mano recuperar el amor sindical de antaño; la reforma laboral y el ahorro del 1,75% del PIB, más lo que venga, no dan una segunda oportunidad y ya no volverá para él (ni para nosotros, ay) el tiempo del esplendor en la hierba y de la gloria en las flores. Por eso, a lo hecho, pecho, debería hablar al Congreso como Churchill a la Cámara de los Comunes: “No tengo para ofrecer más que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. Aún está a tiempo de convertirse en un gran político conservador, en el Winston Churchill del siglo XXI. Y que no le importe el vacío a su alrededor. Edward Gibbon también tenía una frase para ello: “la conversación enriquece la comprensión, pero la soledad es la escuela del genio”.


14 junio 2010

Pasear a Mrs. Daisy

Santiago González

Rafa Díez Usabiaga, la gran esperanza blanca de la izquierda abertzale, da cuentas al juzgado de la asistencia a su madre que movió al juez Baltasar Garzón a redactar el 26 de abril su último auto, uno de los que le han hecho justamente famoso. Se recordará que el juez concedió la libertad provisional, pese a considerar en su primer razonamiento jurídico que existía riesgo de fuga y de reincidencia.

Hay una querencia lorquiana en el horario: “¡Eran las cinco en todos los relojes!/ ¡las cinco en sombra de la tarde!” La hora a la que mueren los héroes, como Ignacio Sánchez Mejías y tantos de sus antagonistas. “La vacas enviudan a las cinco” tituló el grandísimo Joaquín Vidal su columna en ‘La Codorniz’. Las cinco en punto de la tarde era también la hora a la que el procesado Rafa Díez solía hacerse cargo de su madre discapacitada.

El expediente para la declaración de Dolores Usabiaga como persona dependiente aún estaba pendiente de una cita con la responsable de servicios sociales de Lasarte para solicitar dicha declaración; los vecinos la veían pasear sola; tiene dos hijas, una de las cuales vive en el mismo municipio, lo que exime a nuestro hombre de la pesada responsabilidad de ser único sostén de su madre. Y luego está lo de la cárcel, que cuando estás en ella, no puedes ir de compras al Corte Inglés, ni subir al monte los domingos, ni dispensar los cuidados que necesita tu anciana madre, es lo que tiene, siendo las tres actividades honestas, que quede claro.

Diez días después de excarcelado, el antiguo líder sindical abertzale aún no había visitado a su madre. Sin embargo, cumple puntualmente la obligación que le impuso el juez que otrora tuvo estrella en el Juzgado número 5 de la A.N., de reportar quincenalmente sus desvelos por la anciana dependiente. De las dos semanas que abarca el último informe (24 mayo-6 junio), hizo pira tres, pero en la mayor parte de los restantes, estaba en casa de su madre a las cinco en punto de la tarde, con precisión de reloj japonés, salvo un día que llegó a la seis y otro a las cinco y diez. La duración media de sus visitas era de dos horas o poco más y ocho de los once días. Su función era la de chófer: iba a buscarla para llevarla a San Sebastián a pasear o de compras al Súper.

Dirán ustedes que las cinco de la tarde es hora más bien tardía para el aseo personal y el desayuno de la enferma. Si ésta se puede valer por sí misma o con ayuda de otras personas para los quehaceres indicados y la comida, ¿qué necesidad había de excarcelar a este hijo? Ahorrar dinero en taxis está bien, especialmente en tiempo de crisis, pero no sé si pasear a Mrs. Usabiaga es razón para decretar la libertad provisional. No hay, sin embargo, mayor discapacidad que llegar a anciano y no tener quien te lleve a los sitios.

En el caso más favorable para el juez, su auto revelaría una extraordinaria incompetencia profesional. En el caso de que obedezca a las razones que apunta aquí al lado Ángeles Escrivá estaríamos pespunteando, una vez más, la figura de la prevaricación.

12 junio 2010

El vuelo del halcón

Santiago González

El pasado 1 de marzo, al cumplirse un año de las elecciones que otorgaron a Juanjo Ibarretxe el papel de jefe de la oposición, al que renunció de la misma, el portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento Vasco preguntó al Gobierno el coste de aquella fantasía euskaldun con pregunta que se llamó ‘Plan Ibarretxe’. El Gobierno, que es amigo, ha respondido en tiempo y forma que 1,9 millones de euros.

La mayor parte del dinero fue empleada en la promoción del nuevo Estatuto Político, antes de que este encallara en el Congreso de los Diputados el 1 de febrero de 2005. Como se sabe, Juan Josué no era gobernante tocado por el don de la prudencia, pero a noble y tenaz no había quien lo ganara y siguió con su raca-raca hasta las elecciones que lo sacaron de Ajuria Enea. Entre los datos que hemos conocido figura una partida de 33.470 euros de un viaje al Ulster que realizó 27 días antes de las elecciones, ya convocadas, que perdió. Fue en vuelo privado, un charter fletado para la ocasión, ya que de momento lehendakaritza no cuenta con flotilla de Falcon 900 propia, como Madrid.

Se le escapa la razón a chorros al portavoz Pastor cuando pide explicaciones por el vuelo privado de Ibarretxe para difundir su plan, que para entonces había dejado de ser institucional para ser una iniciativa partidista. Abunda en ello cuando señala que para entonces (febrero de 2009) ya estábamos en crisis.

Lo que pasa es que hace apenas una semana, el Tribunal de Cuentas dirigió una amable, pero seria recomendación al Gobierno de España para que regulase de manera clara el uso de los Falcon 900 tras la polémica surgida por el empleo habitual queb el presidente Zapatero hace de los aviones oficiales para ir a mítines de partido, incluso cuando él no es candidato. Recientemente hemos sabido que el 30 de abril de 2009, la secretaria de Organización del PSOE viajó a Alicante en un Falcón adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores. Un año después, que por mayo era por mayo, cuando hace el calor, es decir, el mes pasado, tres ministros viajaron a Bruselas el mismo día y lo hicieron en tres aviones Falcon que despegaron con media hora de diferencia entre uno y otro. Impresionante lección práctica de austeridad en tiempos de crisis por una parte, y de coordinación interdepartamental por la otra. Para que no crean que todos son iguales, hubo un ministro en este Gobierno que viajó en Iberia a El Cairo. Fue el penúltimo ministro de Cultura, César Antonio Molina, pero no volvió en el vuelo regular que tenía reservado. Allí mismo fue destituido por teléfono (ah, el motorista de Franco) y el presidente envió un avión de la Fuerza Aérea para traerlo. Qué menos que un detalle para un hombre sometido a semejante trance, dejarle probar la erótica del poder, siquiera fuese a título póstumo. A título de ejemplo: el viceprimer ministro británico, que vino el jueves a cenar con nuestro presi, viajo en un vuelo low cost de Easy Jet. Como la Reina.

Los compañeros de Pastor tienen una ocasión de predicar con el ejemplo el próximo martes y votar la proposición no de Ley de la leal oposición para que el uso partidista de aviones oficiales corra a cargo del partido beneficiario del servicio. Urge una moral unívoca, un embudo de forma cilíndrica que no adjudique la parte ancha y la estrecha del instrumento a conveniencia de quien lo maneja.












































11 junio 2010

Como un solo hombr@

Santiago González

Fue una jornada muy dura para Zapatero, que al fin tuvo una agenda a la altura de un presidente europeo: la hora del desayuno con el Papa, la del aperitivo, con Berlusconi; la de la merienda en el Congreso y cena en La Moncloa con el viceprimer ministro del Reino Unido, Nick Clegg. Tómense las referencias en sentido orientativo. En rigor, ni el Papa le invitó a desayunar, ni Berlusconi al vermú, ni en el Congreso hubo alimento más sólido que las palabras. Lo único real fue la cena; menos mal que los ingleses cenan pronto.

La agenda, ya digo, estaba llena de actividad internacional, pero el acto más importante fue doméstico. Se cumplía ayer un siglo del día en que Pablo Iglesias se convirtió en el primer y único diputado socialista en el Congreso y para celebrarlo, el PSOE parafraseó una canción de fines de los setenta: ‘Vamos a tocar un rock and roll a la casa del pueblo’. La letra de ‘Tequila’ decía “a la plaza del pueblo”, pero a ningún edificio le cuadra más el nombre de casa del pueblo que al Congreso de los Diputados.

Había expectación por escudriñar signos de disenso en la vieja guardia felipista que tanto ‘off the record’ proporciona, amparada quizá por un exagerado paralelismo con el senado de Roma en los idus de marzo del año 44 a. de C. Aquí, César era el joven que añoraba la República y hablaba frente a los cadáveres de sus Bruto, Casio, Casca y los demás, que ocupaban la primera fila. A su lado, Felipe González hacía el papel de la estatua de Pompeyo.

Ganó el patriotismo de partido y el viejo líder cerró filas junto al joven en apuros. Él sólo se distancia cuando las cosas van bien pero “cuando el partido está en dificultades porque el país está en dificultades: militancia pura y dura”. Apoyo total en declaraciones abstractas y críticas a cuestiones concretas: animó a combatir la depre colectiva, a explicarse, a trabajar más y mejor, a vincular la productividad y el salario; a reivindicar el trabajo bien hecho, la calidad y la excelencia como virtudes socialdemócratas.

“De depre, nada”, corrigió Zapatero y a partir de ahí enhebró un discurso con más violines de los que nunca tuvo la Orquesta Mantovani. Fue una muestra de autosatisfacción y presentismo: estamos haciendo lo contrario de lo que hicimos y dijimos y eso demuestra lo extraordinarios que somos por hacer las cosas que debemos aunque no nos gusten. ¿Quiere esto decir que nos hemos equivocado en lo que hacíamos y decíamos? Para nada, porque hacíamos y decíamos también entonces lo mejor para España. No como otros.

Contó que tras ganar él mismo en junio de 1986 su acta de diputado por primera vez (como en 1910 lo hiciera Pablo Iglesias, no sé si pillan) vivió una anécdota que consideró muy representativa del sentido de responsabilidad de los diputados socialistas: al votar la investidura de Felipe González, su compañero de escaño había recortado medio folio en el que había escrito “SÍ”, para no correr el riesgo de equivocarse en la votación. No sé ustedes, pero a mí me toca hacer equipo con alguien así y en lugar de pensar: “mírale qué listo y precavido”, habría recurrido al magisterio del conde de Romanones para exclamar: "¡joder, qué tropa!"

08 junio 2010

Prosopopeyas progresistas


La secretaria de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, pronunció ayer una de esas frases que, pronunciadas en el espacio público suspenden todas las conversaciones y congelan los gestos en el aire: "En la Unión Europea se protege más a las vacas que a las mujeres". Prosopopeya se llama esta figura, consistente en confundir cualidades y atribuciones de animales y personas.

La cuestión es que España trata de impulsar la euroorden contra los maltratadores, de manera que una medida ordenada por un juez español, en aplicación de la ley española, sea aplicable por cualquier juez europeo. La petición española está inspirada en la euroorden de busca y captura contra los terroristas y no ha debido de gustar a la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, que lleva meses oponiéndose a los deseos de la Presidencia europea, y que el pasado sábado expresó su posición en términos hirientes:
La presidencia española utiliza la UE como una marioneta al servicio de su interés circunstancial por conseguir efímeras proezas políticas. (...) Espero que las próximas presidencias las formen gentes más razonables.
La Comisión europea y ocho países, entre ellos el Reino Unido, tienen reservas y quieren que el asunto se estudie con más profundidad. Un suponer, que los códigos penales contemplen el delito de manera homologada. Debe recordarse que la euroorden en materia de terrorismo estuvo mucho tiempo en danza, hasta que el ataque a las Torres Gemelas convenció a todos los países miembros a una misma concepción del terrorismo.

La cosa viene de un error previo: el que lleva a Valenciano y sus compañeros a considerar que la violencia sexista es "terrorismo contra las mujeres" y pretender, en coherencia con ello, ampliar los efectos de la euroorden contra los terroristas al campo que nos ocupa. Un maltratador puede ser un asesino y desgraciadamente lo es en muchas ocasiones, pero no es un terrorista. Lo que hace específico el crimen de éste es que para él la víctima es un medio, mientras para el maltratador es el fin. Tal como explicaron hace ya muchos años Sánchez Ferlosio y Juan Aranzadi, la sangre de sus víctimas tiene para los terroristas un carácter simbólico, matan en nombre de causas abstractas: asesinan a un policía para reclamar la independencia de Euskadi y les da igual un policía que otro; incluso les viene bien cualquier transeúnte que acertara a pasar por allí, no hay nada personal en ello.

El asesino 'de género' quiere acabar con la vida, no de cualquier mujer, sino precisamente de aquella a la que culpa de haberle amargado la vida, haberle traicionado o vayan ustedes a saber qué. La cosa es diferente, pero es que también son diferentes las leyes. Puede que los países renuentes consideren que no se debe entregar de manera inmediata a un presunto delincuente a un país en el que el mismo delito se castiga con penas diferentes en función del sexo de quien lo cometa.

Y luego está lo de la vaca. El ejemplo se le ha ocurrida a la señora Valenciano porque la UE tiene aprobadas medidas para que el traslado de animales entre países de la Unión garantice el descanso adecuado a los animales cada ciento tiempo. Quizá la secretaria de Política Internacional del PSOE no se da cuenta de que un objetivo muy principal de esta norma puede ser que los filetes estén luego más tiernos.





07 junio 2010

Pentimento fiscal

Santiago González

En días como éstos en que el personal corriente trata de ponerse a bien con la Agencia Tributaria tenemos que enterarnos del último pentimento del presidente del Gobierno. ‘Pentimento’, título de las memorias de Lillian Hellmann, es un vocablo que denota el cambio de intención del pintor, el brochazo que cubre el trazo original, que a veces aparece con el curso de los años.

La técnica sería perfecta para un gobernante como Zapatero, sino fuera porque no hay pentimento que resista una simple consulta a ‘Google’. La última intención del artista ha sido encargar a su desautorizada vicepresidenta económica un plan para hacer aflorar el dinero opaco de contribuyentes españoles colocado en el extranjero y el dinero negro generado aquí, que obtendrían amnistía fiscal a cambio de que compren deuda española a un precio más barato que el del mercado.

Algún genio anónimo estableció que “un impuesto es una multa que nos ponen por hacer las cosas bien” y la sentencia parece diseñada para el caso que nos ocupa. Pagamos mientras vemos cómo Hacienda premia a quien la defrauda. No es que el Estado perdone a los tramposos la deuda tributaria y la multa que les correspondería, así como las responsabilidades penales si la cuantía de la defraudación alcanzara la categoría de delito. Es que les va a pagar por el escaqueo, aunque menos que a los malvados especuladores del mercado.
Ha bastado menos de una semana para que aflore el trazo original de cobrarles más impuestos a los ricos, esa consigna alegremente demagógica que acuñó el ministro de Fomento y que el lehendakari López hacía suya el sábado con una llamada a que aporten más quienes más tienen.

El pasado 2 de junio nos enteramos de que los gobiernos presididos por Montilla y Antich han subido el IRPF a los contribuyentes catalanes y baleares que ganan más de 120.000 y 100.000 euros respectivamente. Parece que sí van a castigar fiscalmente al personal con ingresos altos, siempre que fuesen honrados contribuyentes que hubieran pagado previa y religiosamente sus impuestos.

Había dos experiencias anteriores: en el primer Gobierno de Felipe González lo hizo Miguel Boyer, mediante un decreto-ley aprobado el 30 de diciembre de 1984, que autorizaba la emisión de pagarés del Tesoro fiscalmente blindados para hacer frente al extraordinario gasto público. Y se recaudó una pasta: más de tres billones de pesetas. En 1991 volvió a poner en marcha la misma idea Carlos Solchaga, pero ninguno de ellos hizo nunca un mal gesto contra los pudientes. A éstos nunca se les ocurrió ‘meter mano a los ricos’, al menos en sentido figurado. Gordon Brown amnistió hace un año, aunque la socialdemocracia británica siempre ha sido más pacata que la nuestra: se conformó con rebajar la multa a los tramposos en un 90%, pero a nadie se le ocurrió darles un por qué. Berlusconi ha aprobado tres, la última de las cuales fue muy criticada en estos pagos, pero les cobró el 5% y recaudó 100.000 millones.

Hacienda somos todos, pero como en la granja de Orwell, algunos somos más Hacienda que otros. Los que pagamos impuestos, ¿no nos habremos ganado el alias de ‘impostores’?

04 junio 2010

Los jueves milagro

Santiago González

Cuando yo era niño, los jueves tenían un gran prestigio como días festivos: Tres jueves hay en el año/ que relucen más que el sol:/ Jueves Santo, Corpus Christi/ y el día de la Ascensión.

De eso hace ya mucho. La Ascensión festiva sólo pueden recordarla los más viejos del lugar. El Jueves Santo ha sido día feriado este año en todas las Autonomías, salvo en Cataluña y la Comunidad Valenciana, que han determinado que en 2010 el jueves santo cayera en lunes de Pascua. En el País Vasco, bendita ubicuidad, cayó en lunes y en jueves. El año pasado fue laborable en Valencia. El año que viene, chi lo sa.

El Corpus sólo se celebraba en unas pocas ciudades españolas, especialmente en Toledo, con su cardenal primado, su cruz procesional, su custodia de Arfe, encargada por el cardenal Cisneros, la Compañía de Honores de la Academia de Infantería en plan presenten armas y el recorrido alfombrado por romero y tomillo. Este año había un problema con el nuevo Reglamento de Honores Militares y la ministra tuvo que hacer compatible la norma creada por su ministerio y las necesidades políticas del presidente Barreda, que -misterios de la España dual, -no quiere pagar en disgusto electoral el deslucimiento de la fiesta. Rajoy estuvo entre el público, por si acaso. Tampoco Newton sabía en qué huerto le iba a caer encima la manzana.

El Gobierno ha resuelto la papeleta en el mejor estilo socialdemócrata, la puntita nada más. Se toca el himno, pero no por banda militar, sino por la Policía Municipal. Tampoco los uniformados presentan armas al Santísimo, como solían, pero los cadetes saludan con el sable desenfundado. Así las cosas todo es interpretable, como explicaba Orwell. Una banda no militar toca el himno al tiempo que pasa la custodia y los cadetes desenfundan los sables. ¿Para qué? Para los progresistas porque suena el himno nacional; para los partidarios de la tradición, porque sale y entra del catedral primada la mismísima hostia consagrada.

La ministra de Defensa se tenía que encontrar tarde o temprano en esta tesitura. El problema no es tanto el laicismo sino una imposición que relativizan a conveniencia para no pisarse la manguera. ¿Para qué proclamarnos laicos y luego santiguarnos a escondidas? Sí es problema que tengamos al frente de la Defensa a una pacifista, empeñada en convertir al Ejército en ‘Soldados sin Fronteras’ y en contar nuestras guerras como misiones humanitarias.

Inconvenientes de un nombramiento por una bonita foto. Hay una historia hermosa de las chicas y las armas entre la niña del póster que pone un clavel abrileño en la boca de un fusil portugués, y el perfil de una ministra embarazada pasando revista a tropas en una foto que recorrió el mundo. La niña crece, el embarazo pasa: sólo el póster y el talento permanecen.

Dentro de unos días, cuando el presidente visite al jefe del estado Vaticano, podrá hacerle el relato que le parezca más agradable a su interlocutor. O no, pero aunque no se nos lograra el encuentro planetario que soñábamos, aún podríamos vender esto como un momento estelar en la historia de la Alianza de Civilizaciones.