Rosa Regàs, un detalle
El escritor Iñaki Ezkerra contaba en La Razón que en el año 2001 Rosa Regàs fue a Bilbao a presentar el libro “El niño de los coroneles”, de Fernando Marías, novela ganadora del premio Nadal en aquel año. Tras la presentación, realizada en el Aula de Cultura de El Correo, que dirige el historiador Fernando García de Cortázar, ella, el autor del libro, Ezkerra y otras tres personas fueron a cenar al restaurante Goizeko Kabi. La presentadora tuvo ocasión de ver a los seis escoltas que acompañaban a tres de sus acompañantes aquella noche. Rosa Regàs pasó buena parte de la cena hablando del horror de los regímenes militares de Chile y Argentina.
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Todos los comensales estaban de acuerdo con ella, pero al cabo de una hora de conversación centrada en el espanto de dos dictaduras, afortunadamente ya inexistentes, García de Cortázar se vio obligado a insistir en algo que había dicho ya durante la conferencia: señaló a los escoltas que cenaban en una mesa próxima y observó discretamente: “No hace falta ir tan lejos, mira cómo andamos aquí”.
Todos los comensales estaban de acuerdo con ella, pero al cabo de una hora de conversación centrada en el espanto de dos dictaduras, afortunadamente ya inexistentes, García de Cortázar se vio obligado a insistir en algo que había dicho ya durante la conferencia: señaló a los escoltas que cenaban en una mesa próxima y observó discretamente: “No hace falta ir tan lejos, mira cómo andamos aquí”.
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El 26 de julio de 2003, con motivo del cincuenta aniversario del asalto al cuartel Moncada, Rosa Regàs firmaba un manifiesto de solidaridad “Con Cuba, contra el imperio, Comunicado de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas”. En él se denunciaba la “Carta abierta contra la represión en Cuba” y a los quinientos “autodenominados intelectuales, artistas y políticos del mundo democrático”. Rosa Regàs y sus intectuales, artistas y políticos adecuadamente homologados, contaban que “como en el caso de Irak, como en el caso de Euskadi, una imparable campaña de demonización orquestada por el poder intenta ahora convencer a la opinión pública de que el gobierno cubano ‘atenta contra la democracia’”.
El 26 de julio de 2003, con motivo del cincuenta aniversario del asalto al cuartel Moncada, Rosa Regàs firmaba un manifiesto de solidaridad “Con Cuba, contra el imperio, Comunicado de la Alianza de Intelectuales Antiimperialistas”. En él se denunciaba la “Carta abierta contra la represión en Cuba” y a los quinientos “autodenominados intelectuales, artistas y políticos del mundo democrático”. Rosa Regàs y sus intectuales, artistas y políticos adecuadamente homologados, contaban que “como en el caso de Irak, como en el caso de Euskadi, una imparable campaña de demonización orquestada por el poder intenta ahora convencer a la opinión pública de que el gobierno cubano ‘atenta contra la democracia’”.
(Palabra de vasco. Santiago González. Edit. Espasa, 2004)
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