24 marzo 2010

Palabras de más

Santiago González

Hay años en los que no está uno para nada, debió de pensar Jaime Mayor Oreja antes de hacer sus últimas declaraciones sobre ETA y el Gobierno. Expuso ayer el ex ministro del Interior su “certeza” de que el Gobierno está negociando con ETA, que Zapatero y la banda terrorista “no son adversarios, sino aliados potenciales” y que la segunda ayudará al primero a ganar las elecciones.

Era mucho decir para un desayuno, si bien es verdad que en sus apreciaciones, o tal vez habría que decir en sus pálpitos, sólo ha cometido errores de dos clases: de oportunidad y de fondo. Los errores de oportunidad política son los siguientes: Ha ido a cometerlo precisamente el día en que el presidente del Gobierno, tan renuente a funerales en ocasiones anteriores, anunció desde el primer momento su decisión de asistir ayer a los que se celebraron en París por el policía Jean-Serge Nèrin. Contradice la política sobre el terrorismo de su partido desde que el Gobierno y el PSOE se empeñaron en combatir a ETA con las herramientas clásicas, tras el fiasco de la fantasía negociadora. Proporciona sal gorda mitinera a los Alonsos, Blancos, Pajines etc. Y divide a su propio electorado en torno a la cuestión, sin aclarar definitivamente, de tensiones internas no resueltas tras la marcha de María San Gil.

Hay otras que son más de fondo, como digo. Se trata de los hechos. No hay un solo dato que permita tener a nadie ‘la certeza’ de que el Gobierno y ETA están negociando. En rigor, los indicios ni siquiera permiten albergar una sólida creencia.

Otro factor es la memoria. Mayor debería recordar el largo periodo en que el partido-guía de los vascos ejercía de tal en Ajuria Enea, ya fuera en solitario, ya en compañía de otros. Uno de los argumentos más empleados entonces por Arzalluz, probablemente su acusación más grave contra la izquierda abertzale, era que con las acciones de ETA, con la kale borroka, etc. fortalecía políticamente a Mayor Oreja. No parece lógico, ni justo ni decente que sea precisamente Jaime Mayor quien acabe usando análogo argumento sobre el no probado compromiso de ETA para ayudar a Zapatero a ganar las elecciones. La única diferencia es que con esa acusación, Arzalluz trataba de desprestigiar a ETA, mientras el portavoz europeo del PP intenta desacreditar a Zapatero. Parece.

Seguramente le pasa esto por creer al presidente del Gobierno. "Hoy podemos decir que el proceso de paz, tan denostado, hizo mucho daño a ETA y mucho bien a la democracia", dijo Zapatero durante la entrevista que le hicieron en la tele el pasado 8 de marzo. Llegados a este punto, parece que el presidente del Gobierno emite esos signos negociadores de los que habla Mayor Oreja. Si ese es su balance del ‘proceso’, no se entiende que no haya vuelto negociar. ¿Qué gobernante renunciaría a un instrumento que “hace mucho daño” a la banda terrorista “y mucho bien a la democracia”?

¿Disculpa esto al portavoz del PP en el Parlamento europeo? En absoluto. Las palabras del presidente nunca van a llevar a ningún sitio, son puro ‘bullshit’. Los actos de Zapatero son lo único que importa, y por esta vez, ayer estuvo donde tenía que estar.

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