17 enero 2011

Menos humos


Carlos Herrera


Aún soy incapaz de prever si la aplicación de Ley Antitabaco promulgada por el gobierno socialista español derivará en un recalentamiento del malestar producido por sus evidentes excesos, con protestas, insumisión y “revuelta” incluidos, o si, finalmente, será deglutida sin más problemas que algunos chispazos iniciales por la totalidad de la población. No fumar en los bares hará que los fumadores permanezcan menos tiempo en ellos, pero también que los no fumadores lo hagan de forma más satisfactoria. No hacerlo en los restaurantes provocará que aquellos que gozan de un cigarrillo tras la comida dejen de pedir el café y la copa y se busquen la vida en el exterior. Mientras haya terrazas y el frío –o el calor— no sean extremos, los aspiradores de humo tendrán una salida, siempre que no acaben prohibiendo hacerlo también ahí, cosa que no habría que descartar. Quien les habla, ex fumador de cigarrillos y ocasional fumador de puros no tiene problema por ello: España no es Noruega y goza de un clima lo suficientemente benigno como para aliviarse en el exterior de un local. Lo particularmente rechazable de su concepción proviene de aspectos concretos altamente absurdos: no poder fumar en las terrazas de bares que estén relativamente cerca de un puñado de toboganes –a los cuales no llegaría el humo ni con cañones de nieve artificial--  es una estupidez de corte neoyorquino, ciudad en la que a un amigo le llamaron la atención por fumarse un cigarrillo cerca de las puertas giratorias de un hotel; según el estólido conserje podría entrar alguna brizna de humo por el revoloteo de la puerta y alcanzar el interior del Hall. Si a ello se suma la absurda invitación a la delación efectuada por la ministra de la cosa, se presume en el ambiente ese escenario tan del gusto del gobierno de nuestras carnes: el enfrentamiento de ciudadanos. Teóricamente, ni siquiera podría un sujeto fumarse un cigarro en su balcón si éste es un primer piso y está próximo a los dichosos “parques infantiles”. Ya ven.


No soporto los moralismos sobrevenidos ni los integrismos irritados, y esta ley, en lugar de conciliar intereses, aviva no pocos demonios irascibles. Muy acorde con un gabinete que dice proteger a la infancia pero sólo si ha salido ya del canal del parto.

18 comentarios:

Eladio J. Fdez.Nieto dijo...

Nada que objetar, el texto es coincidente con mis opiniones. Pero lo que no entiendo es su no publicación por el diario oficial, la negativa a escuchar opiniones distintas a la propia, no lo entiendo. Bueno, realmente sí lo entiendo, sí.

Esteban dijo...

Esa si es una estilográfica, la de D. Carlos, me rio yo de ls "Montblanc". Pero claro, es mucho nivel para un vuelo tan bajo como el de la "avutarda prisaica".
Saludos.

Sancho Quijano dijo...

El sábado de excursión por Aliste, Zamora, y terminamos el dia con una estupenda cena, se me olvidaba éramos 47 personas. Los fumadores después de dar cuenta a las viandas salieron a la calle a darse el placer de fumar un cigarrillo. Al dueño, también camarero, le pregunté ¿Qué... nota lo de la Ley del Tabaco? contestación: En la clientela no , pero yo que soy un gran fumador agradezco estar mas de 8 horas trabajando sin humos.
Es una anécdota real como tantas que se publican en los periódicos unos a favor y otros en contra.

El quid de la Ley 28/2005 de 26 de diciembre de medidas sanitarias frente al tabaquismo está en la respuesta que demos a la pregunta: ¿el humo del tabaco es una agresión importante a la salud de los NO FUMADORES o es simplemente una molestia como puede ser el ruido de cualquier bar?

Si son cierto los datos, del tipo que dicen, que uno de cada cinco muertes relacionadas con el tabaco se producen entre quienes no fuman; banalizar, auque sea ingeniosamente estos estudios, como hacen prohombres de la talla, entre otros muchos, de Savater, Francisco Rico de la DRAE o de Fernando R. Lafuente, es una irresponsabilidad por su parte y la Ley es necesaria ( art. 43 de la Constitución) aunque haya que limar exceso como los que desescribe Carlos Herrera en un artículo vetado en El País.

En cambio si los efectos del humo del tabaco son simples molestias, aunque desagradables, como los ruidos que puede haber en un bar, entonces si tienen razón los mencionados anteriormente y otros muchos para indignarse con la susodicha Ley.

Por mi experiencia de antiguo fumador me inclino a pensar que el humo del tabaco es una agresión en toda regla, inconsciente, esto es: los que fuman no se dan cuenta del alcance de acto involuntario de arrojar humo a otras personas.
En mi blog argumento de manera mas detallada: http://la-replica.blogspot.com/

Sancho Quijano dijo...

El sábado de excursión por Aliste, Zamora, y terminamos el dia con una estupenda cena, se me olvidaba éramos 47 personas. Los fumadores después de dar cuenta a las viandas salieron a la calle a darse el placer de fumar un cigarrillo. Al dueño, también camarero, le pregunté ¿Qué... nota lo de la Ley del Tabaco? contestación: En la clientela no , pero yo que soy un gran fumador agradezco estar mas de 8 horas trabajando sin humos.
Es una anécdota real como tantas que se publican en los periódicos unos a favor y otros en contra.

El quid de la Ley 28/2005 de 26 de diciembre de medidas sanitarias frente al tabaquismo está en la respuesta que demos a la pregunta: ¿el humo del tabaco es una agresión importante a la salud de los NO FUMADORES o es simplemente una molestia como puede ser el ruido de cualquier bar?

Si son cierto los datos, del tipo que dicen, que uno de cada cinco muertes relacionadas con el tabaco se producen entre quienes no fuman; banalizar, auque sea ingeniosamente estos estudios, como hacen prohombres de la talla, entre otros muchos, de Savater, Francisco Rico de la DRAE o de Fernando R. Lafuente, es una irresponsabilidad por su parte y la Ley es necesaria ( art. 43 de la Constitución) aunque haya que limar exceso como los que desescribe Carlos Herrera en un artículo vetado en El País.

En cambio si los efectos del humo del tabaco son simples molestias, aunque desagradables, como los ruidos que puede haber en un bar, entonces si tienen razón los mencionados anteriormente y otros muchos para indignarse con la susodicha Ley.

Por mi experiencia de antiguo fumador me inclino a pensar que el humo del tabaco es una agresión en toda regla, inconsciente, esto es: los que fuman no se dan cuenta del alcance de acto involuntario de arrojar humo a otras personas.
En mi blog argumento de manera mas detallada: http://la-replica.blogspot.com/

Santi Palmeiro dijo...

Antes de la edad oscura, los bares eran para fumar, beber y charlar.

Gyoni dijo...

Esta norma más que una ley parece un autentico tratado de hipocresía. El denominar a ese engendro ley antitabaco supone un eufemismo puesto que no va contra el tabaco sino contra sus usuarios –fumadores-, ya que a día de hoy la producción, venta y consumo del mismo es legal.
Lo que crea bastante inquietud es el por qué se permite fumar a los moradores de determinados lugares (establecimientos penitenciarios, psiquiátricos y en residencias de mayores o discapacitados), ¿qué se esconde detrás de esas excepciones?

Ahora mismo, en el blog de Gyoni: Malos Humos

mafernaro dijo...

Hola, vivo en Australia, y aqui, como ahora en Espana no se puede fumar en los lugares cerrados incluidos los restaurantes, bares y pubs. Sin embargo, a diferencia de Espana, tampoco se puede fumar en las terrazas de estos lugares y los fumadores se han de alejar de las puertas de hoteles, facultades, hospitales, etc, ... al menos 20 metros. Pues a todo esto... nadie protesta. Los bares, restaruantes y pubs estan llenos hasta la bandera, los lugares de trabajo relucen por la ausencia de humos, y si sales de fiesta, y a no ser que te hayas passdo un poco con la bebida.., vuelves a casa oliendo a rosas. A eso lo llamo yo calidad de vida, de una larga vida....

Saludos,

Manuel

Sancho Quijano dijo...

"El denominar a ese engendro ley antitabaco" dice Gyoni, pues no, su nombre es: "Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo" aunque en rigor sería añadir ...de los NO FUMADORES"
Y al cobitaquero (De compartir bitácora)que habla de "edad oscura" le comento ...Y para tener duelos, reyertas y para conspirar. Aunque en mi opinión la "edad oscura" se termina con la luz de la información veraz que se pueda contrastar. Y los datos que conozco es para poner los pelos de punta, entiendeme, a los no fumadores, El que decide fumar y conoce los riesgos puede hacerlo, no está prohibido. Te recuerdo que todo producto tipificado de peligroso esta reguladol donde y el como se debe usar.

Ancheta dijo...

El último párrafo de este artículo de Herrera no viene a cuento. No me extraña que no se lo hayan publicado. Yo tampoco lo hubiera hecho. Es más, estoy convencido de que lo ha escrito con la intención de que el artículo fuera rechazado y pasar a la categoría de los "censurados". Por lo visto Herrera tiene necesidad de afianzarse en el "circo mediático". El sabrá.

Sancho Quijano dijo...

¿Carlos Herrera quiere decir en el ultimo párrafo de su articulo, que este “gabinete” se preocupa de la salud de los niños pero no de la salud de los fetos? Si es así, se equivoca. A las mujeres embarazadas no fumadoras, feto incluido, les afecta el humo del tabaco especialmente.
El marmitón Sancho Quijano avisa: son aguas procelosas el mezclar y no distinguir infancia y/o niño con feto y /o embrión

jose luis dijo...

Me asombra –y me da ternura– lo claras que tienen las cosas algunos de mis semejantes.

Así, a Antxeta, como no opina al respecto lo mismo que Herrera en su último párrafo, no sólo le parece normal que la censura lo censure (me imagino a "antxeta" ejerciendo de preclaro censor y me digo: ¿porqué no? Al menos leo, que él "también lo hubiera censurado"), también tiene claro hasta el convencimiento, el cuadro motivacional que ha movido al censurado: quería el "necesitado" autor alcanzar la excelsa "categoría" de los censurados y afianzar así su posición en el circo de los medios.

Si de la ignorancia se dice que es atrevida (pero digna al fin y superable, añado yo), del pensamiento único: previsible, uniforme, impersonal y, sobre todo, preclarísimo, sólo me cabe pensar que es patético, ridículo y, sobre todo, injusto. Además de insuperable. De ahí mi ternura.

José Luis

jose luis dijo...

Pues anda que el marmitón (¿?) Sanchez Quijano (qué "cervantina" proximidad ¿no?) sí que ya, no es sólo que me enternezca, es que pagaría dinero por que me explicara lo que él sabe y yo desconozco referente a procelosos peligros. Claro que a lo mejor tengo suerte y me lo explica aquí, gratuitamente.

Por favor: ¿quiere explicarme –de alguna manera– cómo podré evitar el peligro de mezclar y no distinguir entre infancia y/o niño y feto y/o embrión? ¿Qué es lo que no debo confundir cuando sobre ello piense?

¡Uffff! ¡Muchísimas gracias por anticipado!

José Luis

JL. Seisdedos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ancheta dijo...

Estimado José Luis,

Si usted es director del Observatore Romano (sic) y le pide a un periodista un artículo sobre el uso del incienso en el interior de los templos y éste le envía un texto que termina pidiendo aborto libre y gratuito, ¿lo censura o no lo censura?

Enternézcame usted a mí y diga que no.

Sancho Quijano dijo...

Carlos Herrera introduce al final de su articulo la frase: “un gabinete que dice proteger a la infancia pero sólo si ha salido ya del canal del parto” De esta manera, mezcla en el debate los peligros del humo a los no fumadores con legislación sobre el aborto ¿o no?.si es no retiro trodo lo escrito de esta discusión.

Y es en este contexto cuando escribo: “son aguas procelosas el mezclar y no distinguir infancia y/o niño con feto y /o embrión” y a lo mejor tenía que haber escrito: es peligroso mezclar churras con merinas porque así no sale ni buen queso ni buena lana. Y me parece que es obvio que un feto no es un niño, es un embrión y por lo tanto llamar asesinato u homicidio al aborto está solo a un paso, y sería sencillamente falso. Independientemente de la moral de cada uno. Te aconsejo, para tratar de entendernos, que veas las definiciones de infancia, niño, feto, embrión, aborto y moral en el DRAE, diccionario real academia de la lengua.

jose luis dijo...

Estimado Antxeta:

Y ¿ése "(sic)" en su enunciado?

A mí, la censura que me gusta es la propia. La que aplico a mis pensamientos, hechos y dichos, es decir, a lo que desde fuera de mí, visto por otros, aparece como "mi conducta".

La autocensura es una práctica muy recomendable siempre y en cualquier circunstancia. Por ejemplo: leemos un artículo y sus contenidos se nos hacen diversamente polémicos: con unos estamos de acuerdo, con otros "en absoluto". Estos últimos, hasta nos irritan. Bien. Decidimos expresar libremente en un escrito nuestra opinión o comentario al mismo.
Primer acto de provechosa autocensura: antes de empezar a escribir: ¿he entendido cabalmente lo que ha escrito el autor? y ¿qué creo que ha querido decir pero no ha escrito?. Entender estas dos cuestiones previas lo más claramente que podamos nos ayudará a que lo que escribamos sea más nuestro y, en general, nos evitará muchas equivocaciones.

Veamos, si no: cuando dice usted: "El último párrafo de este artículo de Herrera no viene a cuento", está queriendo decir (creo): "La última frase de este ..... a cuento", porque la primera frase de las dos de ese párrafo final no es si no la tesis principal de su artículo: " ... , y esta ley, en lugar de conciliar intereses, aviva no pocos demonios irascibles". Todo buen artículo ha de encerrar una idea principal o tesis. Y es obvio que la de Herrera viene del todo "a cuento". ¿La censuraría usted? Yo no.

Por último, como apoyo argumental y recurso literario, relaciona Herrera su tesis con la conducta –sobradamente "vista" por la sociedad española– de este gabinete y le parecen "muy acordes" ambas: la conducta y la ley de que se trata. Podría, Herrera, haber escrito: "Muy acorde con un gabinete que dice defender a los trabajadores pero no sabe crear empleo y no paga sus deudas contractuales a los autónomos", y obtener el mismo efecto. ¿Le habría parecido igualmente censurable?

De tal modo, que tomando lo accesorio por lo principal, censura usted el artículo completo.
Pues, ..... usted sabrá.

No le puedo enternecer porque el supuesto que me plantea es del todo inverosímil.

Si quiere, puede reflexionar previamente sobre la distinta naturaleza y función social que vienen a cumplir El PAÍS y L´OSSERVATORE ROMANO.

Un cordial saludo.

P.D. En italiano: L´OSSERVATORE ROMANO; en español: EL OBSERVADOR ROMANO; "Observatore Romano" no existe.

jose luis dijo...

Pues ..... si cumple lo que dice sería un héroe para mí, pero ... en fin, no es fácil. Lo digo porque mi respuesta a su "¿o no?", es NO. Primero porque Herrera no está en debate alguno. Él escribe sobre lo que le han pedido y escribe un artículo que titula "Menos humos" (en irónica referencia al exceso de éstos que él ve en la ley de que se trata) y lo hace con su personal estilo siguiendo la estructura literaria propia de un artículo. En la literalidad de éste no responde a nadie, no interpela a nadie, no debate con nadie: sólo analiza y da su opinión. No "mete" él nada "en el debate"; eso lo hacen, luego, otros.

sancho quijano: cuando se hace una cita no es admisible mutilarla sin dar aviso de ello. A su cita de Herrera: “un gabinete que dice proteger a la infancia pero sólo si ha salido ya del canal del parto” le faltan estas tres palabras previas: "Muy acorde con". Si no desea citarlas no pasa nada, pero entonces debe poner puntos suspensivos entre las comillas y las palabras utilizadas: " ... un gabinete que dice .../... canal del parto". Si no, el lector no puede contextualizar bien lo que lee.

Una alegría me ha dado su recomendación, pues amo desde niño los diccionarios todos y ¡cómo no! al DRAE especialmente. En él leo que el aborto: "Puede constituir eventualmente un delito". También leo, que EMBRIÓN "En la especie humana (es), producto de la concepción humana hasta fines del tercer mes de embarazo" y que, en general, un embrión es un: "SER VIVO en las primeras etapas de su desarrollo, desde la fecundación hasta que el organismo adquiere las características morfológicas de la especie (a la que pertenece)". A partir del tercer mes y hasta el alumbramiento, el embrión pasa a llamarse FETO.

Cabe argumentar (de hecho algunos lo hacen) que el embrión y el feto no son aún "alguien" y por ello cuando se les destruye no se interrumpe la vida de "nadie". Pero ello encierra un cinismo casi inhumano.

Yo lo siento por usted, sancho quijano, pero si lee lo que dice el DRAE de las voces "asesinar" y "homicidio" no tendrá la menor duda de que el aborto (el libre) cumple todas las condiciones del asesinato. Independientemente de lo que pensemos y de nuestras morales y de toito, toito, tó. Personalmente, pienso que "el factor" del asesinato es, siempre y en todo caso, el abortador (excepto en casos de aborto terapeútico y natural u orgánico) y no así la abortante, quien tendría otros grados de implicación que se me escapan.

Ya sé que un niño no es un joven, y que un anciano no es un embrión y que un feto de hembra humana no es una coliflor. ¿Y qué? La cuestión esencial es si el hombre tiene derecho o no a interrumpir la vida de otro ser vivo de su especie. Sea cual sea el momento de su desarrollo no es otra cosa que un ser humano vivo.

A menudo vemos en los parques públicos ciertas zonas del terreno delimitadas por estacas y protegidas con cinta plástica. Dentro del perímetro suele verse uno o más letreros que rezan: "PROHIBIDO PISAR". Es bonito ver cómo todos respetamos el césped recién sembrado y aún no emergido. Sabemos que donde se pise el terreno, ahí no nacerá un día el césped, hoy aún semilla. Y todos entendemos que es bueno no impedir que lo plantado prospere ......

Un placer, sancho quijano.

Sancho Quijano dijo...

He estado de viaje
José Luis te contesto en mi web, enlace abajo, porque no he sido capaz de incrustarla para que se publique,
Saludos
http://sanchoquijano.blogspot.com/2011/01/contestando-jose-luis-en-el-vivero.html