16 octubre 2006


Luz, más luz

Santiago González


Durante la campaña electoral que precedió a las primeras elecciones democráticas, el humorista Peridis publicó una tira en la que se veía a una Pasionaria, vuelta tres meses antes del exilio, junto a su fiel secretaria, Irene Falcón. Ambas miraban el televisor, por cuya pantalla desfilaban los distintos candidatos que concurrían a las elecciones. Al terminar, Pasionaria pregunta: "Irene, ¿cuándo salen los nuestros?", a lo que responde la secretaria: "Pero Dolores, ¡si ya han salido!" "Vaya por Dios", replica Ibarruri. "Me habré quedado dormida."

A veces, mi respetado Patxi López, me pasa como a la histórica dirigente comunista y algunos de los conceptos de su última entrevista me han debido de llevar a un dulce duermevela, al tiempo que extendían la niebla y la confusión por mis pobres entendederas.

Decía usted que el futuro hay que definirlo entre todos "y eso implica
entender parte de las razones del adversario". Al leerlo, tuve una sensación de 'déjà vu' y acudí en busca de las fuentes. La frase es deudora de una expresión de Juan María Ollora: "un proceso de paz supone repartir la razón entre los protagonistas del conflicto."

Ollora, que participó en las conversaciones del PNV con Herri Batasuna del 92, publicó en 1996 un libro que inspiró mucho a Jesús Eguiguren y a lo que, pese a todo, siguen llamando "proceso de paz". Sostenía Ollora que el Estatuto había dejado de ser una referencia para la construcción nacional, y que eso obligaba a redefinir las instituciones, al derecho de autodeterminación y a "negociar con ETA más allá de la legalidad democrática".

En eso están ustedes diez años después. Eso es la mesa de partidos. Un antecesor suyo en el cargo dijo que "el derecho de Autodeterminación en manos de los nacionalistas tendría como primer ejercicio la limpieza étnica". Un presidente del Gobierno explicó que "la autodeterminación que necesita esta sociedad es autodeterminarse de las pistolas, las bombas, de la violencia y el chantaje", expresión que completó el pasado 22 de febrero en el Congreso, al responder al líder de la oposición, que insistía en pedir garantías de que el Gobierno no iba a aceptar el derecho de autodeterminación: "Creo que lo he dicho claro. No sé si no escucha o no le
interesa escuchar lo que dice el presidente del Gobierno. No. ¿Otra vez quiere oírlo? No". Usted mismo dijo durante la última fiesta de la Rosa que "Paz no es autodeterminación, ni soberanía, ni territorialidad". Ahora lo llamarán derecho a decidir, pero Eguiguren escribió lo que implica en su libro: incluso "una consulta que puede afectar al propio vínculo con el Estado".

¿Y dice usted que se inspiran en la 'Ley de la Claridad' canadiense? En fin, consuélese pensando que a todo hay quien gane: ahí está la última metáfora náufraga del gran Madrazo, que ayer llamaba a hacer esfuerzos "para que la mesa no encalle, no se bloquee y llegue a buen puerto". E la nave va, naturalmente, aunque no sepamos dónde.

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