ZP Y NAVARRA EN
LA CADENA SER
(18 de abril de 2006)
-Carles Francino.- Y en todo este proceso que se abre a partir del alto el fuego permanente que anuncia ETA, ¿Se puede prever algún cambio de status jurídico-político de Navarra?
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José Luis Rodríguez Zapatero.-Ni la violencia, como hemos dicho, puede condicionar la política, ni la ausencia de violencia tampoco puede condicionar la política. Ahora tenemos sólo un objetivo que es el final de ETA y a partir de ahí, la política y la democracia, afortunadamente, cobrarán más fuerza y más vida en Euskadi. Quienes van a recibir y a notar mayor bienestar serán, no sólo personal sino también democrático, van a ser los que han tenido más dificultades, más limitaciones para ejercer la libertad, para hacer de la palabra el único instrumento de defensa de las ideas; van a ser quienes han estado amenazados, quienes han estado con temor, quienes han tenido muy complicado hacer vida política y participar políticamente. Esos partidos van a ser los que más van a ampliar el campo de sus posibilidades políticas.
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Por tanto, la política va a seguir, sólo hay dos elementos que marcan el camino de la política, que por cierto marca el camino de cualquier reto que tengamos por delante en un país democrático: la legalidad y la democracia, y si me apura, conociendo la historia de Euskadi, el presente de Euskadi y sobre todo pensando en el futuro de Euskadi, además de la legalidad, la defensa de cada proyecto político en el marco de la legalidad que siempre acaba en democracia con una decisión que los ciudadanos renuevan periódicamente, la democracia será la pauta y en este caso una democracia plena si se acaba la violencia.
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Además de eso, desde mi punto de vista, Euskadi necesita renovar un gran consenso político sobre lo que tiene para construir, de manera unida entre la gran mayoría de las fuerzas políticas, por delante. Son tres retos de gran dimensión, pero si conseguimos el primero, el fin de la violencia con voluntad positiva y con paciencia democrática, confiando en la democracia y en el Estado de derecho, habremos abierto la puerta para los otros dos grandes retos: la refundación de la convivencia social que nos garantizará a medio plazo nunca más la violencia en Euskadi, nunca más ninguna idea se puede defender con la violencia, y también, la refundación de un consenso político sobre la Euskadi del futuro en una España abierta, moderna y que permite todas las identidades, que da una gran libertad a lo que representa ser vasco, a la historia de Euskadi y, por supuesto, grandes posibilidades a su futuro.
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