03 diciembre 2006


RESUMEN DEL DOCUMENTO "NO A LA MESA DE PARTIDOS"

"La libertad consiste en hacer lo que las Leyes permiten, porque si se pudiera hacer lo que prohíben, todos tendrían ese derecho y ya no habría libertad". (Montesquieu, Del Espíritu de las Leyes)

1ETA reclama una mesa de partidos, lo viene haciendo desde hace 30 años, porque quiere obtener mediante la negociación los dos objetivos que no consiguió en décadas de asesinatos: la autodeterminación y la unidad territorial de Euskal Herria. La mesa de negociación no es una herramienta de paz sino el complemento perfecto de las acciones terroristas.
2La Mesa de Partidos reconoce a la organización terrorista la categoría de interlocutor, supera la ilegalización de su brazo político por el Tribunal Supremo, legitima su trayectoria y sus asesinatos en la misma medida en que deslegitima el sistema democrático y lo desborda y, finalmente, nos acerca al objetivo totalitario de los terroristas.
3Las mesas se negociación y diálogo sólo tienen razón de ser en procesos de transición, para cubrir provisionalmente el vacío de instituciones democráticas que aún no existen en la etapa preconstitucional. Constituirlas en un régimen democrático supone la suspensión de las instituciones democráticas.
4Todas las experiencias anteriores de mesas para la negociación con los terroristas han fracasado como medio para conseguir la paz y la causa del fracaso en todas ellas ha sido la falta de voluntad de la organización terrorista. La única rama de ETA que puso fin a la violencia, no exigió cambios en el marco jurídico-político, no reivindicó su trayectoria delictiva, no pidió la constitución de mesa negociadora alguna.
5Negociar fuera del Parlamento cuestiones que son de su competencia constituye una suplantación de las instituciones democráticas. Hacerlo mientras ETA aún existe supone, además, condicionar el fin del terrorismo al triunfo de sus tesis políticas.
6Una mesa de negociación es un instrumento inútil para acabar con el terrorismo. Las reivindicaciones de los terroristas que se acuerden en la mesa de partidos supondrán menos libertad para una parte de la sociedad vasca. Por otra parte, los nacionalistas, terroristas o no, nunca ponen coto a sus aspiraciones ni fecha de caducidad a sus proyectos. Sus compromisos, en cambio, nunca son definitivos.
7El "derecho a decidir" es una muestra del lenguaje creativo que permite aparentar acuerdos inexistentes. Los nacionalistas entienden por tal el derecho a la autodeterminación. Si un partido no nacionalista acuerda talderecho en una negociación con la reserva mental de que los ciudadanos ya ejercemos ese derecho desde la aprobación de la Constitución, demostrará que no conoce a sus interlocutores. El Estatuto de Autonomía aún vigente está lleno de formulaciones ambiguas que han sido después fuente inagotable de conflictos.
8Ningún país de nuestro entorno democrático admitiría debatir el cambio de su status jurídico-político en una instancia extraparlamentaria. Tarea semejante es de exclusiva competencia parlamentaria. El Parlamento es una institución representativa de la voluntad ciudadana, que está legitimada por los votos y ejerce sus labores conforme a la ley.
9Los miembros del Parlamento están sujetos a obligaciones: a representar a la ciudadanía conforme al mandato recibido de sus votantes mediante el compromiso electoral y el voto; a respetar el marco legal que forman la Constitución y el Estatuto de Autonomía y a seguir el procedimiento, las normas que ordenan la discusión en el parlamento. Los citados textos legales son reformables, pero dentro del mismo Parlamento, con sujeción al procedimiento que las citadas leyes prevén para su reforma y de acuerdo con las normas parlamentarias.Las mesas de partidos no están sujetas a procedimiento legal, ni a normas que ordenen el debate, ni sus integrantes tienen mandato ciudadano para definir nuevas reglas ni otros marcos jurídicos.
10Las decisiones que se adoptan en el Parlamento son precisas, estánclaramente definidas y se toman de manera transparente. La mesa de partidos, en cambio, no es un órgano electivo y por tanto no está legitimada por los ciudadanos, no tiene otras funciones que la que sus miembros quieran definir sin legitimación para ello y adopta sus decisiones sin necesidad de que sus acuerdos sean adoptados a la vista de la opinión pública.
11La mesa de partidos no es un instrumento democrático porque sus miembros pueden actuar al margen de cualquier previsión legal y no están constreñidos por las condiciones que impone el Parlamento, descritas en el punto anterior. Carece de reglas fijadas de antemano y los participantes pueden alterar las reglas del juego a su conveniencia.
12La mesa de partidos es una vieja fórmula que: No sólo es inútil para conseguir paz y normalidad política, sino un síntoma evidente de una sociedad que no ha alcanzado la normalidad en términos deconvivencia democrática. Es ineficaz, porque de ninguna manera puede sustituir al Parlamento en su tarea. Es un atajo aventurero y anticonstitucional, que legitima históricamente al terrorismo al tiempo que viola la Constitución. Es radicalmente contraria al espíritu de la democracia, porque pretende acometer cambios públicos mediante acuerdos privados entre sujetos no legitimados para ello.

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