Tele okupada
Santiago González
El parlamentario jeltzale Luke Uribe-Etxebarria se ha convertido en martillo parlamentario de los okupas que dirigen EITB desde que el Parlamento (vasco, claro) cambió de signo y la nueva mayoría constitucionalista sustituyó al nacionalismo felizmente gobernante durante los últimos 30 años.
El diputado del PNV es periodista de formación, lo cual viene a explicar en alguna medida su vocación interpelante. No toda, claro. Hace falta haber desarrollado un sentido muy patrimonial del país para considerar que todos los cambios realizados en el organigrama de la casa por el nuevo director general son purgas ideológicas. Es preciso argüir en su favor que este detalle lo revela como un nacionalista moderado. Si hubiera sido radical los habría tachado de ‘genocidio laboral’ o ‘exterminio catódico’.
Por otra parte, todo puesto de trabajo ocupado por un nacionalista, aunque sea de manera interina, se convierte en un bastión de la función pública. El mero transcurrir del tiempo produce un milagro de transustanciación y convierte en funcionario al eventual. Cuántos familiares de ilustres burukides han consolidado sus plazas en las Diputaciones sin necesidad de afrontar la vía alternativa de la oposición, no daré nombres. ¿Quién es ese director general para remover a un editor, qué digo a un editor, ni siquiera a un tertuliano de los nuestros?
El partido-guía reivindica de tú a tú ante el Vaticano el derecho a elegir nuestros obispos, no les diré más para que comprendan el justo mosqueo de este hombre al juego sucio de un director del ente que ni siquiera es monaguillo. No hay derecho a que la alianza PSE-PP, que un día es Patxi López contaminado por las malas compañías y al siguiente Basagoiti, perverso secuestrador de la voluntad del lehendakari López, haya puesto al frente a un periodista a secas. Ah, qué tiempos en que la profesionalidad del ente descansaba sobre gentes de más fundamento, alcaldes nacionalistas de Bilbao o periodistas que dejaban el cargo para presidir el BBB. ¿Un periodista para dirigir un medio? Qué idea tan peregrina. El burukide máximo conoce a buen seguro los versos de ‘Romero solo’. Al fin y al cabo, su autor, León Felipe, tuvo farmacia en Balmaseda, que cae cerca de su pueblo: “No sabiendo los oficios los haremos con respeto./ Para enterrar a los muertos/ como debemos/ cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.”
El interpelante ha denunciado que la dirección de EITB quiere “reinventar la realidad vasca” y que hay una consigna política clara: privilegiar a toda costa al Gobierno autonómico. Alteridad se llama esta figura: llevábamos 26 años con ETB enseñando un mapa que representa las muy respetables ensoñaciones territoriales nacionalistas, pero que desbordaba generosamente la CAV, para incorporar como realidad una Euskal Herria inexistente desde el punto de vista institucional. Han sido 26 nochebuenas ignorando el mensaje del Rey. La paradoja es que el hecho cuya retransmisión en directo nos negaba la noche del 24, era la noticia de apertura al día siguiente, con la inevitable ronda de los partidos vascos para criticar el mensaje de la elipsis.
Luke Uribe-Etxebarria teme que la tele pierda audiencia, sin que explique por qué los suyos no han cerrado ETB-1, una cadena que el anterior equipo directivo traspasó con un 3,2% de cuota media de pantalla. Vivir para ver. La tele, naturalmente.
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