Los padres (y las madres) de la patria
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Manuel Montero
Manuel Montero
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Para informaciones interesantes, las que ofrece la página web del Parlamento Vasco – de las mejor confeccionadas que tenemos – sobre “quién es quién” en la cámara de Vitoria. Figuran todos los parlamentarios/as que dirigen nuestras vidas, con detalles básicos, como la profesión, estudios, idiomas, actividad parlamentaria… Se ve que cada uno lo ha rellenado al buen tuntún y es una pena, pues queda heterogéneo, ya que no todos han seguido el mismo criterio y cuesta comparar. Se agradecería también que figurase de dónde es cada cual y la edad. No ya por el morbo, que también, sino para tener una imagen clara del Parlamento que representa la soberanía autonómica. Si se consignase además el trabajo que desempeñaban al acceder al Parlamento sería el colmo.
Para informaciones interesantes, las que ofrece la página web del Parlamento Vasco – de las mejor confeccionadas que tenemos – sobre “quién es quién” en la cámara de Vitoria. Figuran todos los parlamentarios/as que dirigen nuestras vidas, con detalles básicos, como la profesión, estudios, idiomas, actividad parlamentaria… Se ve que cada uno lo ha rellenado al buen tuntún y es una pena, pues queda heterogéneo, ya que no todos han seguido el mismo criterio y cuesta comparar. Se agradecería también que figurase de dónde es cada cual y la edad. No ya por el morbo, que también, sino para tener una imagen clara del Parlamento que representa la soberanía autonómica. Si se consignase además el trabajo que desempeñaban al acceder al Parlamento sería el colmo.
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Por fortuna, tampoco en el País Vasco el arte de la política tiene que ver con arduas carreras de opositores ni con amontonar títulos, pues el liderazgo político y la capacidad de elaborar proyectos y comunicar suelen ir por otros caminos que los que dicta el meritoriaje académico, profesional o empresarial. La política es la única actividad que no define preparación para el ingreso ni exige exámenes de conocimientos o aptitudes, ni eficacia. No es defecto, sino virtud: la democracia no está para que gobiernen “los mejores”, sino quienes obtengan el respaldo ciudadano. Era lo que indignaba a Rajoy en una de sus expresiones más desafortunadas, cuando se quejaba de que para llegar a Presidente la ley sólo exige ser español y mayor de 18 años. También los votos de la gente, se le olvidó.
Por fortuna, tampoco en el País Vasco el arte de la política tiene que ver con arduas carreras de opositores ni con amontonar títulos, pues el liderazgo político y la capacidad de elaborar proyectos y comunicar suelen ir por otros caminos que los que dicta el meritoriaje académico, profesional o empresarial. La política es la única actividad que no define preparación para el ingreso ni exige exámenes de conocimientos o aptitudes, ni eficacia. No es defecto, sino virtud: la democracia no está para que gobiernen “los mejores”, sino quienes obtengan el respaldo ciudadano. Era lo que indignaba a Rajoy en una de sus expresiones más desafortunadas, cuando se quejaba de que para llegar a Presidente la ley sólo exige ser español y mayor de 18 años. También los votos de la gente, se le olvidó.
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Los 75 que forman el Parlamento Vasco componen un grupo peculiar. Presentan una gran heterogeneidad profesional, con significativas carencias. Como cabía esperar – los parlamentarios se dedican a hacer leyes – los abogados son el grupo más compacto, pero en nuestro Parlamento no llegan a la tercera parte: salen 21, si la cuenta está bien hecha y acierta la identificación de los títulos, a veces expresados como para despistar. En eso el PP es el más ducho, pues 9 de su 15 parlamentarios son licenciados en derecho. Sin su aportación los juristas no llegarían al 20 % de la Cámara, circunstancia que se antoja rara. Hay 6 en el PNV (pero entre 22), 4 en el PSOE (sobre 18), 2 en EA (de 7), ninguno en los demás partidos. La siguiente profesión en importancia es, sorprendentemente, el magisterio, que ejercen o han estudiado seis parlamentarios – cuatro son de EHAK, de sus nueve, lo que le convierte en un partido de profesores; tienen una estudiante, e inevitablemente estudia “Educación Social” -.
Los 75 que forman el Parlamento Vasco componen un grupo peculiar. Presentan una gran heterogeneidad profesional, con significativas carencias. Como cabía esperar – los parlamentarios se dedican a hacer leyes – los abogados son el grupo más compacto, pero en nuestro Parlamento no llegan a la tercera parte: salen 21, si la cuenta está bien hecha y acierta la identificación de los títulos, a veces expresados como para despistar. En eso el PP es el más ducho, pues 9 de su 15 parlamentarios son licenciados en derecho. Sin su aportación los juristas no llegarían al 20 % de la Cámara, circunstancia que se antoja rara. Hay 6 en el PNV (pero entre 22), 4 en el PSOE (sobre 18), 2 en EA (de 7), ninguno en los demás partidos. La siguiente profesión en importancia es, sorprendentemente, el magisterio, que ejercen o han estudiado seis parlamentarios – cuatro son de EHAK, de sus nueve, lo que le convierte en un partido de profesores; tienen una estudiante, e inevitablemente estudia “Educación Social” -.
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Llaman la atención, en esta nómina, los pocos con carreras técnicas. Sólo hay dos ingenieros técnicos (forestal y agrícola) y un maestro industrial. Pocos parecen, para un país de las características y tradición del nuestro. Y “de ciencias” sólo hay una química, doctora, eso sí – de los tres que lo son en el Parlamento -. Abundan más los de carreras que indagan en cómo funciona la sociedad, los 5 economistas – encabezados por Ibarretxe, son todos nacionalistas -, los de Ciencias Políticas, Sociales y afines y las relacionadas con la antigua Filosofía y Letras, Historia o Filologías diversas. Son muy pocas las profesiones liberales. Hay dos médicos, uno que se dice “empleado”, un viticultor, sólo un “empresario”, además de una “gestora de páginas web” y una restauradora de objetos artísticos. Para bien o para mal, sólo se cuenta un técnico administrativo y una administrativa prejubilada. Extrañamente, hay siete que no confiesan en la página estudios terminados, sea por descuido, omisión o por carecer de ellos. Su protagonismo político prueba que no siempre hay relación entre la preparación académica y la capacidad de gestión y liderazgo. En este caso se encuentran Egibar, González Zorrilla, Antton Karrera, Larreina y Patxi López, algunos de los más firmes puntales de nuestro Parlamento.
Llaman la atención, en esta nómina, los pocos con carreras técnicas. Sólo hay dos ingenieros técnicos (forestal y agrícola) y un maestro industrial. Pocos parecen, para un país de las características y tradición del nuestro. Y “de ciencias” sólo hay una química, doctora, eso sí – de los tres que lo son en el Parlamento -. Abundan más los de carreras que indagan en cómo funciona la sociedad, los 5 economistas – encabezados por Ibarretxe, son todos nacionalistas -, los de Ciencias Políticas, Sociales y afines y las relacionadas con la antigua Filosofía y Letras, Historia o Filologías diversas. Son muy pocas las profesiones liberales. Hay dos médicos, uno que se dice “empleado”, un viticultor, sólo un “empresario”, además de una “gestora de páginas web” y una restauradora de objetos artísticos. Para bien o para mal, sólo se cuenta un técnico administrativo y una administrativa prejubilada. Extrañamente, hay siete que no confiesan en la página estudios terminados, sea por descuido, omisión o por carecer de ellos. Su protagonismo político prueba que no siempre hay relación entre la preparación académica y la capacidad de gestión y liderazgo. En este caso se encuentran Egibar, González Zorrilla, Antton Karrera, Larreina y Patxi López, algunos de los más firmes puntales de nuestro Parlamento.
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Caracteriza a nuestros parlamentarios otra nota singular. Son muy pocos los que proceden de alguna actividad profesional no dependiente estrictamente de la política. Aquí los profesionales de la política buscan el copo. Dominan por goleada aquellos cuya carrera entera se ha realizado en el seno del partido o en alguna administración aneja. Resulta comprensible la primacía del “político profesional” y es deseable su presencia parlamentaria, pero se resiente nuestro Parlamento por la casi total ausencia de gente que haya conocido otra cosa que la pelea de partidos, el trepar en la escala que puede llevar desde concejal o secretario de la sede vecinal hasta lehendakari, si se saben entender los hilos del partido. No sólo es que se duela el Parlamento por la imposibilidad de alguna independencia mental respecto al aparato sino que, además, aportaría a nuestros legisladores otras perspectivas vitales, pues hay vida fuera de los partidos.
Caracteriza a nuestros parlamentarios otra nota singular. Son muy pocos los que proceden de alguna actividad profesional no dependiente estrictamente de la política. Aquí los profesionales de la política buscan el copo. Dominan por goleada aquellos cuya carrera entera se ha realizado en el seno del partido o en alguna administración aneja. Resulta comprensible la primacía del “político profesional” y es deseable su presencia parlamentaria, pero se resiente nuestro Parlamento por la casi total ausencia de gente que haya conocido otra cosa que la pelea de partidos, el trepar en la escala que puede llevar desde concejal o secretario de la sede vecinal hasta lehendakari, si se saben entender los hilos del partido. No sólo es que se duela el Parlamento por la imposibilidad de alguna independencia mental respecto al aparato sino que, además, aportaría a nuestros legisladores otras perspectivas vitales, pues hay vida fuera de los partidos.
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Algo de esto deben de intuir nuestros parlamentarios, pero no atinan. Me refiero a los chocantes “otros datos de interés” que incluyen en sus fichas, para acercarse al común. Altzelai alega que es “Miembro de diversas asociaciones que trabajan en cooperación para el desarrollo. Socia de Greenpeace. Afiliada al sindicato ELA. Afiliada a Eusko Alkartasuna. Afiliada al Colegio Vasco de Economista”. Apasionante, pero no toca. Barrio, del PP, asegura que es “Miembro de Eusko Ikaskuntza. Miembro de CIREC España. Patrono de la Fundación Iberoamericana de Economía Social”. Lo mismo. Ares cuenta con pelos y señales su emocionante vida, desde el nacimiento hasta la fecha, pero mi preferido es Urkullu. Tras sus estudios, vienen los demás méritos: “Asociación Cultural Sabino Arana, Asociación Cultural Juan de Itziar (Durango), Asociación Alboan, Peña Ezkurdi (Durango), Sociedad Cultural (Durango), Club Tabirako (Durango), Athletic Club de Bilbao”. Una vida en un par de líneas. La ciudadanía, conmovida, se aproxima así a sus próceres.
Algo de esto deben de intuir nuestros parlamentarios, pero no atinan. Me refiero a los chocantes “otros datos de interés” que incluyen en sus fichas, para acercarse al común. Altzelai alega que es “Miembro de diversas asociaciones que trabajan en cooperación para el desarrollo. Socia de Greenpeace. Afiliada al sindicato ELA. Afiliada a Eusko Alkartasuna. Afiliada al Colegio Vasco de Economista”. Apasionante, pero no toca. Barrio, del PP, asegura que es “Miembro de Eusko Ikaskuntza. Miembro de CIREC España. Patrono de la Fundación Iberoamericana de Economía Social”. Lo mismo. Ares cuenta con pelos y señales su emocionante vida, desde el nacimiento hasta la fecha, pero mi preferido es Urkullu. Tras sus estudios, vienen los demás méritos: “Asociación Cultural Sabino Arana, Asociación Cultural Juan de Itziar (Durango), Asociación Alboan, Peña Ezkurdi (Durango), Sociedad Cultural (Durango), Club Tabirako (Durango), Athletic Club de Bilbao”. Una vida en un par de líneas. La ciudadanía, conmovida, se aproxima así a sus próceres.
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(El País, 29 de abril de 2007)
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