Divino tesoro
Santiago González
Leire Pajín y Eduardo Madina son dos jóvenes dirigentes socialistas que participaron ayer junto al senior Marcelino Iglesias en la Escuela de Verano Jaime Vera. Hablaron de lo divino y lo humano, de la central de Garoña y el aborto, todo en términos muy desprejuiciados, intelectualmente hablando. Salvo por la presencia del ‘lenda’ aragonés, era una charla de jóvenes y para jóvenes, ya se pueden hacer idea del tono y el ambiente. Esto no es de ahora, en los primerísimos 80, Alfonso Guerra marcaba tarea a las JJSS en la clausura de un Congreso: “La misión de la Juventudes es poner al partido al borde del precipicio”, en lo que a uno le pareció ya por entonces un coqueteo con la catástrofe, un paripé de suicidio histérico, una insensata reformulación del ‘vivere pericolosamente’. ¿Y empujar después?
“Me irrita la demagogia”, dijo la secre de Organización. Es muy probable que también la irriten el sectarismo y la ignorancia, que la alteridad es práctica de mucho prestigio en nuestro tiempo. La demagogia es la del PP por oponerse al cierre de Garoña y ser partidario de la energía nuclear, aunque "no dice dónde construiría las centrales y dónde enterraría los residuos". Esto lo dice 48 horas después de que el ministro de Industria de su partido haya anunciado que después del verano saldrá el concurso para acoger el Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares, y que habrá bofetadas entre los alcaldes para acogerlo.
Es Pajín una de esas plusmarcas que tanto gustan al presidente del Gobierno. Fue la diputada más joven del Congreso en la VII Legislatura, elegida por Alicante, la misma circunscripción que llevó a las Cortes a Rodolfo Llopis en las elecciones del Frente Popular, febrero del 36. El nombre no le sonaba entonces a quien estaba llamada a ser la número tres del PSOE, una Margarita Nelken con menos lecturas, aunque no menos combativa.
Más retadora ella, los dos coincidieron en que los populares no se van a atrever a mantener Garoña: el PP critica las leyes, pero luego las usa (versión Madina) o el PP recurre al Tribunal Constitucional leyes que "cambian este país", pero cuando llega al Gobierno, "no las tumba" (según Pajín). Es un error que acepten la mayor: el supuesto de que el PP va a ganar en 2012. ¿Es condenable, por otra parte, que un partido critique las leyes durante su elaboración y luego las acate? ¿No es una prueba de talante democrático que acepte las normas que pasan el control del TC, incluso si las ha recurrido él?
Impresiona leer que dos dirigentes principales del partido que gobierna muestren tan poca cualificación, que Madina crea en una salida “ideológica” a la crisis –es más normal si se considera que para Zapatero “la economía es un estado de ánimo”- y que Pajín dijera que esta legislatura será la de “la revolución del modelo económico”. Con cuatro millones de parados. ¡Virgen santa, qué añoranza de Guerra! Sí, sí, de Juan.
Ella salió diputada, ya está dicho, por la misma circunscripción que Llopis y él ocupó el mismo lugar en la misma lista que en 1977 llevó al Congreso a Nicolás Redondo Urbieta. Hay que joderse. Y, como decía el maestro Umbral, “agarrarse, para no caerse”.
“Me irrita la demagogia”, dijo la secre de Organización. Es muy probable que también la irriten el sectarismo y la ignorancia, que la alteridad es práctica de mucho prestigio en nuestro tiempo. La demagogia es la del PP por oponerse al cierre de Garoña y ser partidario de la energía nuclear, aunque "no dice dónde construiría las centrales y dónde enterraría los residuos". Esto lo dice 48 horas después de que el ministro de Industria de su partido haya anunciado que después del verano saldrá el concurso para acoger el Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares, y que habrá bofetadas entre los alcaldes para acogerlo.
Es Pajín una de esas plusmarcas que tanto gustan al presidente del Gobierno. Fue la diputada más joven del Congreso en la VII Legislatura, elegida por Alicante, la misma circunscripción que llevó a las Cortes a Rodolfo Llopis en las elecciones del Frente Popular, febrero del 36. El nombre no le sonaba entonces a quien estaba llamada a ser la número tres del PSOE, una Margarita Nelken con menos lecturas, aunque no menos combativa.
Más retadora ella, los dos coincidieron en que los populares no se van a atrever a mantener Garoña: el PP critica las leyes, pero luego las usa (versión Madina) o el PP recurre al Tribunal Constitucional leyes que "cambian este país", pero cuando llega al Gobierno, "no las tumba" (según Pajín). Es un error que acepten la mayor: el supuesto de que el PP va a ganar en 2012. ¿Es condenable, por otra parte, que un partido critique las leyes durante su elaboración y luego las acate? ¿No es una prueba de talante democrático que acepte las normas que pasan el control del TC, incluso si las ha recurrido él?
Impresiona leer que dos dirigentes principales del partido que gobierna muestren tan poca cualificación, que Madina crea en una salida “ideológica” a la crisis –es más normal si se considera que para Zapatero “la economía es un estado de ánimo”- y que Pajín dijera que esta legislatura será la de “la revolución del modelo económico”. Con cuatro millones de parados. ¡Virgen santa, qué añoranza de Guerra! Sí, sí, de Juan.
Ella salió diputada, ya está dicho, por la misma circunscripción que Llopis y él ocupó el mismo lugar en la misma lista que en 1977 llevó al Congreso a Nicolás Redondo Urbieta. Hay que joderse. Y, como decía el maestro Umbral, “agarrarse, para no caerse”.
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