Palabras de lehendakari
Santiago González
Habían pasado 198 días desde el penúltimo asesinato terrorista, el que se cobró la vida de Ignacio Uría en Azpeitia, cuando ETA ha vuelto a lo que suele, . La primera víctima de 2009 se llamaba Eduardo Puelles García, tenía 49 años, era inspector de Policía y deja viuda y dos hijos.
La capilla ardiente se instaló en la Subdelegación del Gobierno en Bilbao. Fue una acertada decisión. El Ayuntamiento de Arrigorriaga se encuentra en el número 2 de la Argala Enparantza, así llamada en homenaje a un terrorista autóctono, José Miguel Beñaran Ordeñana, ‘Argala’, asesinado él mismo por terroristas del BVE el 21 de diciembre de 1978, cinco años y un día después de que un comando etarra del que formaba parte asesinara al entonces presidente del Gobierno, almirante Carrero Blanco.
Arrigorriaga, el pueblo en el que nació, y en el que ha sido asesinado Eduardo Puelles, es una villa con mucha carga simbólica para el nacionalismo vasco. Poco antes de fundar el Euskeldun Batzokija, el primitivo PNV, Sabino Arana publicó ‘Bizkaya por su independencia’, alternativamente titulada ‘Cuatro glorias patrias’. Eran éstas cuatro batallas libradas por los primitivos vascos contra los invasores leoneses y castellanos. La primera de ellas es un mito recogido en el siglo XV por Lope García de Salazar, que retoma Arana a finales del XIX: la batalla de Padura, rebautizada como Arrigorriaga, por las piedras enrojecidas por la sangre de los enemigos. (Arri, piedra; gorri, roja).
El hecho, sin duda cierto, de que ETA está más debilitada que nunca es irrelevante en estos momentos. No es capaz de explicar la iniquidad que han perpetrado contra Eduardo Puelles, ni cabe relativización alguna. Los terroristas se han revelado insoportablemente fuertes en el momento de asesinar a este servidor público. Así se lo parece sin duda a su viuda y sus hijos, a sus compañeros y a todos los demócratas cuyas libertades defendía.
Por eso, cabe destacar las palabras pronunciadas ayer por el lehendakari, llenas de convicción, determinación y compromiso. Son éstas:
"Los terroristas han acabado con la vida de un trabajador de este pueblo, cuyo único delito ha sido garantizar la seguridad y la libertad de los vascos y velar por el cumplimiento de la ley y del Estado de Derecho. Eduardo Antonio Puelles, como todas las víctimas del terrorismo, era uno de los nuestros, un defensor de Euskadi y de los vascos (…) Vamos a acabar con ellos, aplicando toda la fuerza del Estado de Derecho, de la ley, para no dar ni un minuto de respiro a los violentos (…) Ellos nos han enseñado el camino del dolor. Nosotros les vamos a enseñar el camino de la cárcel".
Nunca se había expresado antes así ningún otro lehendakari. Es el comentario más exacto, justo y piadoso de cuantos se hicieron ayer. No hay prueba alguna de que hubiera una batalla de Arrigorriaga a finales del siglo IX. Desgraciadamente sí la tenemos de que ayer se derramó la sangre de una víctima en el término municipal de Arrigorriaga, un poco más roja de sangre desde hace 24 horas. Este hecho indudable, en relación con la leyenda incierta, vuelve a actualizar uno de los célebres ‘Epitaphs of the War 1914-1918’, de Rudyard Kipling, adaptado a esta tragedia nuestra por Jon Juaristi: “¿Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes,/ y por qué hemos matado tan estúpidamente?/ Nuestros padres mintieron: eso es todo.”
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