09 febrero 2011




Nos basta su palabra


Santiago González
Hay una parte no desdeñable de la sociedad que tiende a encandilarse con bobadas y a tomar cualquier declaración de intenciones por una descripción minuciosa de los hechos. Es impresionante la gran acogida que han tenido los alegatos que Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin expusieron el lunes en Bilbao a favor de la legalización del nuevo partido de Batasuna. Iruin es uno de los mejores constitucionalistas de España, dicho sea sin ánimo de. E hizo un resumen de los estatutos de Sortu muy eficaz, aunque a falta de dos detallitos: algún pesar retrospectivo y exigir la disolución de ETA.

Entre el público, además de dirigentes de varias camadas de la Mesa Nacional, destacaba la presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Garbiñe Biurrun, que se manifestó al término del acto “muy ilusionada y muy contenta”, abrazó cariñosamente a Iruin y opinó que “los estatutos son impecables” y acordes en espíritu y letra a la Ley de Partidos. Y todo sin conocerlos en detalle, porque se presentan hoy; a ella le bastó el resumen del ponente. Excuso decirles que si los hubiera leído, la cosa sería mucho peor. ¿Qué es fe? Creer lo que no vimos. Eso sí que es un uso alternativo del Derecho. Jueces que no atienden tanto a los hechos como a las intenciones. ¿Y cómo se pueden verificar éstas? Por confesión de parte: nos basta su palabra. Después de todo no son controladores aéreos.

Había precedentes. En una escena de ‘La vida de Brian’, un funcionario romano inquiere amablemente a cada uno de los presos: “¿Crucifixión?” y ante la respuesta afirmativa, indica: “Muy bien. Salga por esa puerta, alinéese a la izquierda. Una cruz por persona”. Uno de los reos niega sonriente: “No, libertad”, a lo que el romano responde: “Ah, me alegro por usted. Puede irse”. “Que no, que es una broma”, replica el condenado y se apresta a salir por la puerta, alinearse a la derecha y coger la cruz que le toca.

El artículo 12.1.b de la Ley de Partidos establece la ilicitud de todo partido que sustituya a uno ilegal. ANV ‘repudió’ la violencia, pese a lo cual fue ilegalizada por contaminación de listas. Y ahora resulta que los padrinos de la nueva criatura son el abogado de Batasuna y el vicario de ‘la referencia obligada’ en la Mesa Nacional. Lo que era ya no va ser y si lo es, rechazaremos. Somos los de antes que, sin renegar del pasado anunciamos el futuro. Desde la Santísima Trinidad no se había visto prodigio semejante. Decía Rufi que rechazarán la violencia, “incluso la de ETA, si la hubiera”. Qué quiere decir ‘incluso’ y qué quiere decir ‘hubiera’. Qué par de cuchilladas a los hechos, después de 858 asesinatos, que pretenden obviar por una mera decisión: de esto no se habla. Y en cierto modo ya está conseguido. Como si ETA no existiera y como si no hubiera existido nunca. Ayer, estábamos todos tan gozosos por sus buenas intenciones que no cupo en los periódicos un breve por el octavo aniversario del asesinato de Joseba Pagaza, en una triste parábola de lo porvenir.

El ministro del Interior ha hecho lo que le tocaba; serán los jueces quienes se pronuncien, salvo que a la Fiscalía también le parezcan impecables. Sólo nos falta rogar, virgencita, virgencita, que no sean de la misma escuela jurídica que Garbiñe Biurrun.


1 comentario:

Ancheta dijo...

Su sugerencia final me parece muy acertada, D. Santiago. Pues no hay garbiñes en el País Vasco... Y fuera de él.