Z, el subjefe de Gabinete enmascarado
(Post de SG correspondiente al 1 de mayo de 2008)
Periodista Digital da cuenta de que el adjunto al jefe de Gabinete del Presidente del Gobierno, José Miguel Vidal Zapatero, primo carnal del presidente, es un alto cargo clandestino. Nombrado en el último Consejo de Ministros y Ministras, su puesto de trabajo (su misión, habría que decir en casos como éste) figura en el organigrama y cobra con cargo a los presupuestos, pero según el citado medio "en La Moncloa se niegan a facilitar foto alguna del agraciado."
Sin embargo, José Miguel Vidal Zapatero no es un desconocido del todo. Durante los diez días que duró en este blog la deconstucción de la biografía autorizada del presidente que redactó Suso de Toro bajo el aparente título de 'Madera de Zapatero', su primo era un actor principal.
En realidad, es su alter ego. El ingenio de los remeros de la Argos acabó creando el verosímil de que Zapatero tenía un sosias, un doble que a veces lo sustituía en determinados actos. La naturaleza siempre imita al arte. Ese doble, a quien los remeros bautizaron cono 'Paco', se llama en realidad José Miguel Vidal Zapatero. El hermano mayor del presidente, Juan R. Z. lo presentaba así:
" (José Luis y José Miguel) eran de la misma panda, tenían las mismas inquietudes. Aún siendo de una familia en la que el componente, sobre todo por parte de su padre, era un poco más conservador. [Se ignora cómo cuantifica el testigo, qué quiere decir con "un poco más", porque el abuelo que tienen los dos primos en común, el materno, Faustino Zapatero Ballesteros, era franquista.] Enlazan muy bien y siempre ha habido entre ellos un genial entendimiento."
Leamos ahora su palabra, sólo mediatizada por la pluma de Suso:
"De los tres (su padre, su hermano Juan y Zapatero) hay dos verbales. El hombre no verbal es José Luis. Muchas veces, en las tertulias con ellos, incluso siendo presidente (...) ves que están hablando los otros dos y él está escuchando, en silencio. A veces da la impresión de qu eno hubiese pasado nada; a veces, el padre habla como si estuviese hablando con la autoridad de hace veinte años. Y el hijo es presidente del Gobierno..." (...) Él es el preferido, él es el elegido. A lo mejor la madre es la que ve y piensa: "éste es el que va a hacer las cosas. Los otros dos, que hablan y hablan, no van a hacer las cosas. (...)
Él (José Luis) cuenta que, cuando su madre se está muriendo, le pregunta: "Mamá, ¿tú crees que llegaré a presidente del Gobierno?" y ella responde: "Sí, estoy segura". Creo que fue en un contexto de intimidad, de la persona que se acerca a la que está postrada en cama. Se lo pregunta, pero yo creo que para darle satisfacción a ella, sabiendo que ella va a decir que sí. (...)
José Luis rechaza las ofertas del poder local, pero no por altanería. Lo que le interesa es Madrid, la política española. (...)
"¿Que si hay una voluntad en el padre de crear un guerrero? Puede ser. Está bien visto, porque el padre no sale a luchar fuera. Todo el mundo conocía el compromiso político del padre. Pero éste se desenvuelve en los ambientes profesionales y burgueses. No participa de la tontería burguesa, pero es un profesional situado y se lo conoce como tal, se conoce su compromiso político, pero no es activo, no lo exterioriza. Lo interioriza en casa. Lo proyecta internamente. José Luis es el que lo activa."
El pescador... Tiene una tranquilidad ontológica (¡sic!). Esa calma pone muchas veces nervioso a su entorno, los que estamos y le interpelamos. Él siempre piensa que la vida acaba reajustándose, que los problemas surgen y acaban reajustándose. En él ese pensamiento no es por el paso del tiempo, la experiencia, sino estructural. Ya era así. José Luis es como era. Y sigue siendo como es.
Lean cómo cuenta el segundo jefe de Gabinete el encuentro del joven Zapatero con Felipe y digan si no se ha ganado el cargo:
"En aquella visita yo creo que él cree percibir que Felipe lo autoriza para luchar. Pero no lo inviste. (...) ¿Que si se midió con él? Sí, porque hablaba con él, en realidad de sustituirlo a él. Para Felipe aquello era: "Vienes a decirme que vas a luchar. José Luis se coloca por primera vez en el mismo plano que él.(...)
Es un contrincante muy peligroso, yo me pongo en el, lugar de Rajoy y es una putada tener a un tío así enfrente haciendo jugadas todo el día. (...)
Tanto rencor como hay en la política y él no tiene capacidad para el rencor. Yo se la echo de menos a veces, porque el rencor moviliza mecanismos. En las sesiones de control en el Parlamento, echo de menos un poquito de mala leche que permita una reacción dialéctica, bof, borrar al adversario, ¿no?
Y si La Moncloa no quiere dar fotos, ¿qué pasa? La gente es que se vuelve loca por los datos: que cuánto les hemos pagado a los piratas, que quieren ver fotos del primo. ¿No iba encapuchado el subcomandante Marcos? Pues eso.
Alberich el Negro:
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO
(Momentos que ilustran su divina y ejemplar existencia)
Se reproducen a continuación, uno tras otro los diferentes posts en los que el remero Alberich el Negro, con grave riesgo para su salud psíquica y su equilibrio intelectual, fue deconstruyendo el testimonio de José Miguel Vidal Zapatero sobre su primo bienamado en quien tiene puestas sus complacencias:
Nota erudita de Alberich el Negro: ha de tenerse en cuenta, no obstante, que el relato hagiográfico no es un invento de los cristianos —aunque será con ellos con quienes llegue a su más alta cima y tal como lo conocemos—, sino que aparece dentro del género de la biografía-novelada en el mundo pagano y, en concreto, en algunas obras muy populares dedicadas a ciertos personajes con fama de taumaturgos, como el célebre Apolonio de Tiana, ejemplo paradigmático del theîos anér u hombre santo pagano. De ahí, repito, pasará al cristianismo adoptando muchos de sus atributos; y es de éste de donde, me imagino, lo han debido tomar los hagiógrafos del Gran Demiurgo José Luis, como se ve en la descripción que de éste hace Suso de Toro en Madera de Zapatero.
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO (o momentos que ilustran su divina y ejemplar existencia), 1
"Mamá, ¿tú crees que llegaré a presidente del Gobierno?" y ella responde: "Sí, estoy segura".
Ni al divino Alejandro Magno se le habría ocurrido plantear dicha pregunta en tales términos a Olimpia, su hermosa progenitora. Y miren ustedes que era engreído el muchachito macedonio... Sólo José Luis, el Gran Demiurgo, tiene estas cosillas, propias de su genialidad providencialista. Aunque lo haga, de manera solidaria, por ayudar a los demás (en este caso a su madre moribunda). No crean que es para regalar su propio ego, no...
Pero claro, la conclusión a la que uno llega indefectiblemente es que la catadura moral del individuo es más que dudosa y su ego más grande que una ballena blanca, pues sólo a alguien así se le podría ocurrir pensar en sí mismo y hacer tal pregunta a su propia madre cuando ésta se está muriendo.
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 2
"De los tres (su padre, su hermano Juan y Zapatero) hay dos verbales. El hombre no verbal es José Luis".
¿No es una verdadera singularidad que, precisamente, sea "no verbal" el "Verbo" hecho carne socialista? Pero eso es lo grande de José Luis: su paradójica ontología. Y luego dicen de los hagiógrafos de Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de José Luis (quiero decir, de Dios).
Claro que, pensándolo bien, ¿qué es eso de “verbales” y “no verbal”? ¿No sería más correcto hablar de “verbosos” y “no verboso”?
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 3
"A lo mejor la madre es la que ve y piensa: "éste es el que va a hacer las cosas. Los otros dos, que hablan y hablan, no van a hacer las cosas."
¿No ven cómo era más apropiado hablar de "verbosidad", y no de "verbalidad"? La dislexia o disgrafía del Pseudo-Calístenes Suso Tauromáquico le traiciona algunas veces...
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 4
”Muchas veces, en las tertulias con ellos, incluso siendo presidente (...) ves que están hablando los otros dos y él está escuchando, en silencio”.
¡Qué grandeza la de este hombre-dios providencial! ¡Fíjense ustedes en que, a pesar de ser el Logos y también el Presidente del Gobierno (de España), se muestra lo bastante indulgente como para dejar hablar, escuchar con atención y atender con arrobo (e incluso interés) a las superficialidades que sueltan los demás! Todo un ejemplo de tolerancia, y no como otros gobernantes que, antes de "Él", seguro que enviaban al Erebo de la condenación y del ostracismo a aquellos interlocutores que osaban hablar en su presencia. Uno de los peores en este sentido debió ser, al parecer, José María Alfredo Aznar López, alias Ansar.
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 5
“A veces da la impresión de que no hubiese pasado nada; a veces, el padre habla como si estuviese hablando con la autoridad de hace veinte años. Y el hijo es presidente del Gobierno..." (...) Él es el preferido, él es el elegido”.
Impresionante y estremecedor este pasaje; por lo que cuenta el misterioso primo y, sobre todo, por cómo lo cuenta: “habla como si estuviese hablando…”. ¿Acaso no había otro verbo para referirse a lo que “hablaba” el padre del “Verbo”? Por otra parte, ¿puede afirmarse de una manera más clara la misión providencial de “Éste”?: “Y el hijo es presidente del Gobierno… Él es el preferido, él es el elegido”. Añadamos sólo el “amén”, puesto que Suso y José Miguel nos han dejado sin palabras con las que seguir “hablando” de lo “hablado”.
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 6
”¿Que si hay una voluntad en el padre de crear un guerrero? Puede ser. Está bien visto, porque el padre no sale a luchar fuera. Todo el mundo conocía el compromiso político del padre. Pero éste se desenvuelve en los ambientes profesionales y burgueses. No participa de la tontería burguesa, pero es un profesional situado y se lo conoce como tal, se conoce su compromiso político, pero no es activo, no lo exterioriza. Lo interioriza en casa. Lo proyecta internamente. José Luis es el que lo activa.”.
¡José Luis no sólo es el Logos pacífico que aparece dibujado en el Nuevo Testamento, sino que, llegado el momento, adopta también la forma del temible, vengativo y mítico Mesías judío veterotestamentario, esto es el rey-guerrero que halló su más cualificada representación en la figura del legendario David: “¿Qué si hay una voluntad en el padre de crear un guerrero? Puede ser”. Por otra parte, las altas cualidades personales y espirituales del Gran Demiurgo sólo pueden explicarse si consideramos que proviene de unos progenitores fuera de lo común y ajenos al resto de los mortales. Así, y tal como ya hemos visto, la madre tiene tiempo de vaticinar el futuro de su retoño cuando ya se encuentra a las mismas puertas de la muerte, mientras que el padre es capaz de ser noche y día, cielo e infierno, o agua y aceite a la vez, pues “se desenvuelve en los ambientes profesionales y burgueses”, pero “no participa de la tontería burguesa”; y “se conoce su compromiso político”, aunque “no lo exterioriza” (¿cómo se puede conocer entonces, podríamos preguntarnos?). En definitiva: toda su energía y su fuerza generatriz es utilizada para proyectarla sobre el hijo bienamado y elegido. Así lo dice José Miguel, el primo (en el buen sentido de la palabra), al hablar del compromiso político de su tío: “no lo exterioriza. Lo interioriza en casa. Lo proyecta internamente”. Sólo José Luis, con esas cualidades portentosas que sus padres y el destino le han proporcionado iba a ser capaz de activar toda esa enegía “interiorizada”. ¡Y no vean ustedes lo que habría de ocurrir luego! ¡Pa qué seguir con la exégesis de este párrafo…!
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO
“El pescador... Tiene una tranquilidad ontológica (¡sic!). Esa calma pone muchas veces nervioso a su entorno, los que estamos y le interpelamos. Él siempre piensa que la vida acaba reajustándose, que los problemas surgen y acaban reajustándose. En él ese pensamiento no es por el paso del tiempo, la experiencia, sino estructural. Ya era así. José Luis es como era. Y sigue siendo como es”.
Y vamos llegando al final del repelente y viscoso panegírico que el primo José Miguel y el áulico vocero tauromáquico hacen del Gran Demiurgo. En este pasaje se habla de la “tranquilidad ontológica” del “Pescador” (y sustituyo la minúscula del original por una mayúscula, pues nunca una denominación mereció más que ésta la cualidad de mayestática, al venir como anillo al dedo para definir a personaje de tan alto tronío divinal). Dicha tranquillitas es de tal magnitud y alcance que deja pequeña la que, según la tradición, tiene Dios-Jehová-Yaveh. José Luis es como un Deus ex Machina providencial del que todo parte y a quienes todos miran para obtener respuesta. Por eso, su inmanente calma “pone muchas veces nervioso a su entorno, los que estamos y le interpelamos”. El tiempo no pasa para él, ensimismado como está en sus propios e inefables pensamientos, y éstos tampoco cambian o se alteran, pues no están sometidos a las coyunturas, la experiencia o el aprendizaje, ya que son inmutables y estructurales. Al igual que él mismo, pues José Luis ha sido, es y será inalterable. Por eso he dicho, en otra ocasión, que habría que llamarle “el que es”.
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 8
"En aquella visita yo creo que él cree percibir que Felipe lo autoriza para luchar. Pero no lo inviste. (...) ¿Que si se midió con él? Sí, porque hablaba con él, en realidad de sustituirlo a él. Para Felipe aquello era: "Vienes a decirme que vas a luchar. José Luis se coloca por primera vez en el mismo plano que él”.
Aquí, ¡oh, sorpresa! conocemos una nueva faceta de José Luis, más mundana, sórdida y grosera, menos excelsa y espiritual: la de potrillo en celo que combate con el macho de la manada para ganarle su lugar y el derecho a montar a las yeguas. Una vez medidas las distancias, José Luis da el salto ”y se coloca por primera vez en el mismo plano que él”. La cosa tiene su mérito —no vayan ustedes a creer que no, y con esa intención nos la cuenta el primo José Miguel para que dejarnos extasiados—, pues nadie hasta ese momento álgido se había atrevido a mirar a los ojos del “dios” con ánimo de enfrentarse a él. Y digo “dios” con minúscula, claro, pues la mayúscula ya hemos visto que está reservada sólo para el Gran Demiurgo, que aún estaba por manifestarse al mundo.
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO 9
"Es un contrincante muy peligroso, yo me pongo en el, lugar de Rajoy y es una putada tener a un tío así enfrente haciendo jugadas todo el día”.
La verdad es que al leer este párrafo nos estremecemos sólo con pensar en el pobre mortal de Rajoy. Su sentimiento de terror pánico es muy comprensivo, pues su caso nos recuerda, en cierto modo, al del desgraciado y engreído Faraón del Éxodo, que osó enfrentarse con el mismísimo Yaveh de tú a Tú, para evitar que Moisés y el pueblo elegido (la exégesis adecuada aconseja leer aquí los “socialistas”) pudieran salir de "Egito" (que diría Pepiño Blanco). Qué ingenua ocurrencia en ambos casos, ¿verdad?
FLORECILLAS DEL GRAN DEMIURGO y 10
Tanto rencor como hay en la política y él no tiene capacidad para el rencor. Yo se la echo de menos a veces, porque el rencor moviliza mecanismos. En las sesiones de control en el Parlamento, echo de menos un poquito de mala leche que permita una reacción dialéctica, bof, borrar al adversario, ¿no?
Sin comentarios. Decir sólo, que en el pasaje se hace ver bien claramente que José Luis supera en bondad incluso al propio Jesucristo, ya que si éste se dejó llevar en alguna ocasión por la ira —así, por ejemplo, en el famoso episodio de la higuera que le negó sus frutos y fue maldecida y vuelta estéril por ello (Mt 21, 18-22 y Lc 13, 6-9)—, nuestro Gran Demiurgo ni siquiera cae en la tentación de tales arrebatos coléricos. Y es que es tan bueno...
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