Santiago González
Es muy probable que el presidente electo de EEUU no llegue a saber nunca cuánto debe de su éxito a la tarea tenaz y discreta de un hombre al que no ha tenido la fortuna de conocer: el vicesecretario general de los socialistas españoles. Pepe Blanco ha sido un viejo topo postmarxista, el Topo Giggio que ha excavado discretamente las galerías por las que Barack Obama ha llegado hasta el despacho oval de la Casa Blanca.
No se lo tomen a broma. Pepe Blanco tiene un blog(elcuadernodepepeblanco.blogspot.com) al que confía sus planes y sus más íntimos pensamientos. Ahí está descrito, negro sobre blanco, el camino de Obama a la Presidencia. El 4 de junio de 2008, tras la rotunda victoria del nuevo presidente en las encarnizadas primarias que sostuvo con Hillary Clinton, pudo soltarse el pelo y confesar lo que su sentido de la responsabilidad le había aconsejado mantener callado: "Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata." Una vez consumada la victoria, también para él era la hora de los agradecimientos a sus blogueros: “debo agradeceros el apoyo que me habéis dado desde que hice público mi apoyo a Obama.”
Desde allí, con algún rodeo se ha ido hasta La Habana, “otras tierras reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”, escribió el Che en parecida tesitura. Allí le esperaban para cenar los empresarios españoles. También se reunirá con nuestros cooperantes, la Iglesia Católica y “representantes de la Administración cubana”. No tiene hueco en la agenda para una cita con la disidencia. Cuestión de prioridades. Poca gente sabe que Cuba es nuestro tercer cliente (sic) en América Latina. ¿Saben por qué? Blanco lo explica: porque “sólo hablamos del monotema que oculta otras realidades muy importantes”. Es lo que tiene el monotema: si te empeñas en fijarte en la gente que pide libertades en Cuba o en las víctimas del terrorismo en Euskadi, se te escapan magnitudes claves, como los flujos del comercio bilateral o que los vascos, pese a los crímenes políticos , alcanzan una longevidad media superior a la japonesa, dice en todos su discursos Ibarretxe.
Es una lástima que el bloguero Pepe Blanco no tenga una solidaridad ciberespacial con la bloguera Yoani Sánchez. Es verdad que Blanco es un vicesecretario general y Yoani, apenas una disidente monotemática. A cambio, su blog, ‘Generación Y’, recibe una media de 3.000 comentarios en el mismo tiempo en que el cuaderno de Pepe Blanco registra una docena. Podría haber aprovechado el viaje para llevarle el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. Las autoridades cubanas con las que sí se va a entrevistar, la impidieron viajar a Madrid para recogerlo en persona.
Yoani Sánchez defiende su libertad y su monotema en La Habana con la misma firmeza con que Rosa Parks defendió su asiento en un autobús de Montgomery el 1 de diciembre de 1955 o la misma determinación con que la adolescente Elizabeth Eckford acudía cada mañana a ocupar su sitio en una escuela para blancos de Little Rock un par de años más tarde.
Traigo estos ejemplos por citar casos que a buen seguro conmoverán a nuestro hacedor de presidentes. “La fuerza auténtica de nuestra nación no procede del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza, sino del poder duradero de nuestros ideales”. Lo dijo su último pupilo, Barack Obama, en su discurso como presidente electo de los Estados Unidos de América. Fue hace un par de días, en el Parque Grant de Chicago.
No se lo tomen a broma. Pepe Blanco tiene un blog(elcuadernodepepeblanco.blogspot.com) al que confía sus planes y sus más íntimos pensamientos. Ahí está descrito, negro sobre blanco, el camino de Obama a la Presidencia. El 4 de junio de 2008, tras la rotunda victoria del nuevo presidente en las encarnizadas primarias que sostuvo con Hillary Clinton, pudo soltarse el pelo y confesar lo que su sentido de la responsabilidad le había aconsejado mantener callado: "Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata." Una vez consumada la victoria, también para él era la hora de los agradecimientos a sus blogueros: “debo agradeceros el apoyo que me habéis dado desde que hice público mi apoyo a Obama.”
Desde allí, con algún rodeo se ha ido hasta La Habana, “otras tierras reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”, escribió el Che en parecida tesitura. Allí le esperaban para cenar los empresarios españoles. También se reunirá con nuestros cooperantes, la Iglesia Católica y “representantes de la Administración cubana”. No tiene hueco en la agenda para una cita con la disidencia. Cuestión de prioridades. Poca gente sabe que Cuba es nuestro tercer cliente (sic) en América Latina. ¿Saben por qué? Blanco lo explica: porque “sólo hablamos del monotema que oculta otras realidades muy importantes”. Es lo que tiene el monotema: si te empeñas en fijarte en la gente que pide libertades en Cuba o en las víctimas del terrorismo en Euskadi, se te escapan magnitudes claves, como los flujos del comercio bilateral o que los vascos, pese a los crímenes políticos , alcanzan una longevidad media superior a la japonesa, dice en todos su discursos Ibarretxe.
Es una lástima que el bloguero Pepe Blanco no tenga una solidaridad ciberespacial con la bloguera Yoani Sánchez. Es verdad que Blanco es un vicesecretario general y Yoani, apenas una disidente monotemática. A cambio, su blog, ‘Generación Y’, recibe una media de 3.000 comentarios en el mismo tiempo en que el cuaderno de Pepe Blanco registra una docena. Podría haber aprovechado el viaje para llevarle el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. Las autoridades cubanas con las que sí se va a entrevistar, la impidieron viajar a Madrid para recogerlo en persona.
Yoani Sánchez defiende su libertad y su monotema en La Habana con la misma firmeza con que Rosa Parks defendió su asiento en un autobús de Montgomery el 1 de diciembre de 1955 o la misma determinación con que la adolescente Elizabeth Eckford acudía cada mañana a ocupar su sitio en una escuela para blancos de Little Rock un par de años más tarde.
Traigo estos ejemplos por citar casos que a buen seguro conmoverán a nuestro hacedor de presidentes. “La fuerza auténtica de nuestra nación no procede del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza, sino del poder duradero de nuestros ideales”. Lo dijo su último pupilo, Barack Obama, en su discurso como presidente electo de los Estados Unidos de América. Fue hace un par de días, en el Parque Grant de Chicago.
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