09 mayo 2009

Limpios y decentes


Santiago González


El senador Anasagasti ha escrito en su blog que se ratifica en su “asco por una democracia como la española que manipula de manera tan burda la realidad y en su deseo de ver pronto en Ajuria Enea un/a Lehendakari del PNV” . La secretaria general del PP, en un gesto impremeditado que revela falta de madurez política, ha pedido su dimisión. No es justo porque no valora el extraordinario compromiso que supone esta confesión de Anasagasti, un hombre que entre sus 27 años en el Congreso de los Diputados y los cinco que lleva en el Senado, ha completado 32 años de trabajo en una empresa que le asquea. Y sin embargo resiste en ella por sentido del deber hasta la edad de la jubilación y más allá. Admirable.

¿Cómo no iba a sentir asco un hombre de bien? Lean esta anotación de ayer mismo en su blog:
“Ibarretxe ha callado, ha sonreído, ha entregado su gobierno, habiendo ganado, al perdedor López (…) y se ha ido con su mujer, la discreta Bego, y sus hijas, a su casa, mientras los morreos entre López y la nueva “primera dama” eran todo menos un ejemplo de discreción y de sindéresis.”

Esa ‘primera dama’ entrecomillada era ya una declaración de principios, pero lo de ‘los morreos’ supone una vuelta irremediable a los orígenes, al antimaketismo sabiniano y su extravagante fobia al baile ‘a lo agarrao’:
“Ved un baile bizkaino presidido por las autoridades eclesiásticas y civil y sentiréis regocijarse el ánimo al son del "txistu", la alboka o la dulzaina y al ver unidos en admirable consorcio el más sencillo candor y la loca más alegría; presenciad un baile español y si no os causa náuseas el liviano, asqueroso y cínico abrazo de los dos sexos queda acreditada la robustez de vuestro estómago”.

El presidente del EBB, que faltó a la ceremonia, manifestó a Radio Euskadi: “no es de recibo que nos hablen ahora de mano tendida, cuando después del 1 de marzo tendimos la mano al PSE y nos la rechazó. La mano tendida de ayer es una mano sudada porque ya la ha utilizado con el PP”.

También el maestro lo había previsto: “El aseo del bizkaino es proverbial. (Recordad que, cuando en la última guerra andaban hasta por Nabarra, ninguna semana les faltaba la muda interior completa que sus madres o hermanas les llevaban recorriendo a pie las distancias)”, escribió Sabino Arana en 'Bizkaitarra' en 1895, mientras “el español apenas se lava una vez en su vida y se muda una vez al año.” Además, ahora sudan. ¿Cómo extrañarse de que 114 años después los verdaderos bizkainos sigan siendo tan mirados para el roce con el español?

Hay algo que no cuadra con tanto tiquismiquis. En estos días los tres diputados forales de Hacienda, jeltzales ejemplares los tres, empiezan a recibir las declaraciones del IRPF. No se tiene noticia de que le hagan ascos, no ya a las liquidaciones socialistas, sino a la de “aquellos trece” del PP, a los que Egibar condenaba al Reino de los Réprobos. Debe de ser que la Hacienda es incompatible con el sabinianismo estricto. O que los tres diputados forales son más del estilo Vespasiano, aquel emperador a quien afearon haber gravado con impuesto los mingitorios. Se llevó un puñado de sestercios a las fauces y dijo concluyente: “non olet”. Anasagasti, bienvenido al siglo XXI.
Ilustración.-Bizkaino en su aseo proverbial de cada mañana a pesar de no necesitarlo.

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