30 octubre 2010

Entrevista al mudo
Santiago González
Lo que le faltaba a la semana era la entrevista de ayer en ETB a Jesús Eguiguren. La periodista África Baeta, que le habría sacado mucho más partido a Harpo Marx, hizo un gran ejercicio de contención para no decir a su entrevistado: “¿Se puede saber por qué ha accedido a venir a Teleberri si a todo lo que le pregunto, no sabe/no contesta?”
La entrevistadora trató de abordar en sus cuatro primeras preguntas el asunto del día: la posible reunión de dos dirigentes del PSE con dos miembros de Batasuna, según noticia publicada en los diarios de Vocento, y tajantemente desmentida por los socialistas vascos. Así contestó el entrevistado: “Yo me atengo a la respuesta de mi partido, no sé más… No le puedo contestar… El presidente del PSE está en un limbo que no tiene toda la información… He andado muy ocupado en otras cosas… Es un tema que no conozco…” y todo en este plan. A la pregunta de su  comparecencia como testigo de encargo en el juicio contra Otegi, dio una respuesta antológica, en línea con la de su partido de la víspera: Él va como testigo porque le ha citado el tribunal, no Jone Goirizelaia. Ah, las medias verdades. En nuestro sistema judicial, ¿es el juez el que impone sus testigos al letrado de la defensa? Razón le sobraría a Batasuna para temerse que esto no acaba de ser una democracia. Y menos mal que ha tenido suerte con Eguiguren. Podría haberle tocado como testigo alguna víctima de ETA.
Al ser preguntado si cree que Otegi debe salir de la cárcel: “no lo sé…. Hombre, sería mejor que estuviera fuera haciendo política, pero como se mete en tantos líos, no sé cuál es su situación jurídica.”
Eguiguren, que es el especialista, no sabe. El PSE niega, al igual que el lehendakari. Uno tiende a creer a las instituciones. ¿Pueden mentir en un asunto como éste? Pueden, lo ha hecho el presidente del Gobierno, o sea, que de ahí para abajo casi todo es verosímil, pero un mentís categórico a Vocento parece un desafío muy arriesgado para los socialistas vascos, si la reunión fuera un hecho y hubiese alguna prueba del encuentro. Cabría preguntar al PSE para qué se reunieron con el Sinn Fein y si  éste no actuó como el mensajero de sus primos ilegalizados (the go between).
Por más que se aplica Rubalcaba, le resulta difícil disciplinar a toda la peña. Hércules las pasó canutas para acallar a la hidra de Lerna: cien cabezas. En su segunda rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, ni siquiera ha tenido tiempo de meterse con el PP y ha debido ponerse el traje ignífugo para seguir apagando un fuego que le dura toda al semana. No sé yo si el presidente del Gobierno ha estado acertado coronando la misma cabeza con los cargos de vicepresidente, portavoz y ministro del Interior. Semanas como ésta parecen indicar una cierta incompatibilidad funcional si el partido se le pone boquirroto. Una pista: añadir a sus funciones la secretaría de Organización no sería una buena idea.
Rafael Alberti había expresado perplejidades como la mía de ahora mismo en el título de un poemario surrealista publicado en 1929: “Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos”. Con el ministro del Interior ya somos tres. Ay, si toda esa tropa suya no tuviera el don de la palabra.











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