16 marzo 2009

La etiqueta y el caché

Santiago González

El diario de la competencia publicó ayer una pieza notable sobre los trajes del presidente valenciano: “Pagaban los trajes de Camps con billetes de 500 euros”. El sastre añadía que los pagos se hacían cada seis meses “con un fajo de billetes de 500 euros y pagaba 30.000 o 35.000 euros”.

Desde el aguamanil de Poncio Pilatos no ha existido coartada tan eficaz como las comillas periodísticas y la grabación que las soporta. El periodista podía haber confrontado al entrevistado con el auto de Garzón: los pagos fueron hechos “a través de cheque o transferencia bancaria”. No importa la veracidad del entrevistado, nos basta con haberlo grabado. El significante hará su trabajo, porque el billete de 500 euros es tan pecaminoso en términos de papel moneda como el Jaguar entre las marcas automovilísticas. O más, si cabe, porque no están ni han estado nunca al alcance de cualquiera.

¿Es razonable pensar que Francisco Camps es parte esencial de una trama para financiar ilegalmente al PP, una Filesa popular? Examinemos la cuestión desapasionadamente. Si Camps hubiera aceptado dos trajes, cinco pantalones, una chaqueta deportiva, una austriaca, una americana sport, una deportiva Barbour, una chaqueta fantasía y un cinturón (valorado todo ello en 8.083 euros) como pago de su placet para contratos millonarios a la trama de la gomina, desde el más humilde Ayuntamiento de España se le estaría acusando de hacer dumping, y de malbaratar, de paso, el orgullo corporativo de los comisionistas, que lo tienen. ¿Recuerdan a Josep María Sala, condenado a dos años de cárcel por su responsabilidad en Filesa? Pues después de cumplir condena ha sido elegido y reelegido para la Ejecutiva del PSC, la última vez en el XI Congreso, el 20 de julio de 2008, como responsable de Formación y Ciudadanía. En ambas ocasiones su nombre fue el más aplaudido por los delegados.

¿Es posible que un presidente autonómico con posibilidad de cargar su vestuario a gastos de protocolo, acepte prendas de vestir como dádivas? Sería raro, pero posible. Misterios insondables del alma humana. Hay, sin embargo, un aspecto de la entrevista al calderero, sastre, falsificador (presunto), testigo, espía, que es de mucho interés. Cuenta que Camps le llamó a su móvil entre 12 y 15 veces antes y durante su declaración a la Policía Judicial y esto es algo que puede acreditarse fácilmente. Si ha sido así, Camps deberá dimitir por dos razones: haberse dejado agasajar por una organización que ha resultado ser corrupta y por haber mentido cuando respondió al director de ABC: “claro que me pago mis trajes”.

Así está el tema. Mientras, nos enteramos de que el juez Garzón dio una conferencia por la que UGT le pagó 12.000 euros, más gastos. Tiene un caché muy alto, más si se tiene en cuenta su compatibilidad autodeclarada con el salario de magistrado y que suele repetir la conferencia en otros foros. ¿Tanta ciencia hay en su palabra y tan sobrada andaba UGT de numerario en 2007?

Carezco de datos sobre la segunda parte de la pregunta, pero si quieren evaluar la primera, allá ustedes: Libertad y Seguridad. Los retos para una nueva ciudadanía. Les advierto que el criterio retributivo lo fija el famoseo.

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