14 marzo 2009

Corre, Patxi, corre

Santiago González

He leído, mi admirado Patxi López, unas declaraciones notables de su contrincante en el inquilinato de Ajuria Enea para los próximos cuatro años: “el único que tiene 30 escaños soy yo”, frase que revela su formación de economista; hace afirmaciones tan irrefutables para describir la realidad como inanes desde el punto de vista práctico. Tan cierto es que el PNV obtuvo 30 escaños el 1 de marzo como que no puede alcanzar los 38 que necesitaría para investir lehendakari a Juan Josué.

Concluida por el PSE su primera ronda de conversaciones, han pasado a la segunda los dos partidos que no se han negado a apoyar su candidatura por el momento: el PP y Ezker Batua. Tampoco se ha negado UPyD, pero lo único en lo que de verdad están de acuerdo ustedes y los populares es en ignorar su solitario escaño. EB había anunciado con solemnidad que no llegaría a un acuerdo con ustedes si en el ménage à trois intervenía el PP, pero, ¿qué significan unas palabras en tiempos de volatilidad? Apenas unas volutas de humo en una corriente de aire. Ofrézcales la cartera de Urbanismo y verá cuánta capacidad de reflexión desataría este detallito. Claro que una consejería por un escaño es un precio muy alto, por mucha transversalidad que aporten como dote.

Algún acuerdo formal deben suscribir ustedes con el Partido Popular. Comprenderá que ellos –nadie es perfecto-puedan considerar que el lema “ Patxi lehendakari “ no sea en sí mismo un bien de Estado y no quieran hacer un adelanto de votos sin recibo. No hay ningún restaurante el que los clientes paguen la cuenta antes de pedir la carta. Aunque pidan cocido maragato. No es que desconfíe de la “palabra de vasco”, pero ni el mismísimo Ibarretxe pagaría un anticipo sin exigir recibo a cambio, ni compraría un electrodoméstico sin hacerse sellar la garantía. “Tu garantía” fue precisamente la divisa electoral del PSE en las elecciones de 1990, pero era sólo una metáfora. Después de votarles no se podía ir a reclamar a ningún sitio.

Todavía deberá superar algún obstáculo para ocupar Ajuria Enea los próximos cuatro años. La dirección de su partido ve mucho riesgo en el asunto, PRISA hace campaña por tierra, mar y aire a favor de una coalición PNV-PSE y, a falta de que se pronuncien los obispos vascos, los empresarios también son partidarios de un gobierno con sólido apoyo parlamentario con vistas a la crisis. Lo que exigirían estos tiempos sería un acuerdo de Estado entre ustedes y el PP. Aquí y en Madrid, capaz de impulsar un pacto económico y social para hacer frente a la recesión, como el que se firmó en La Moncloa en octubre de 1977, enfrentarse al terrorismo y poner fin a la sobrevaloración de los nacionalismos desde que son el aliado imprescindible para que uno de los dos partidos nacionales pueda derrotar al otro.

Su empeño es difícil sin un apoyo estable para la legislatura. Sería una locura, si no fuese porque la mayor locura serían otros cuatro años bajo el tran tran de Ibarretxe. El PNV necesita un paso por la oposición para depurar esta década ominosa y la pérdida del poder suele ser mano de santo; fíjese en sus compañeros del PSdeG. Les han bastado dos semanas para empezar a oponerse a la política lingüística que han desarrollado con tanto calor los cuatro últimos años. Recuerde la expresión de Chesterton que hizo suya Mario Onaindía: “la aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo”. Y dése toda la prisa (con minúsculas, por favor) que pueda, para llegar antes de que se lo impidan.

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