Tal día como hoy
Santiago González
Hoy era el día señalado. La voluntad agónica del nacionalismo le llevó a elegir el 25 de octubre de 1979 para celebrar el referéndum del Estatuto. Habían pasado 140 años del día del decreto de Espartero, considerado por los nacionalistas como el primer decreto abolitorio de los fueros. Por esa misma querencia hacia la conmemoración de las derrotas, se fijó en tal día como hoy el referéndum que el lehendakari consideró ‘consulta’.
Ibarretxe se había entrevistado con el presidente del Gobierno el 16 de octubre de 2007. Tras dos horas de conversación, el primer mandatario vasco dijo: "estamos ante un largo camino [...]. Espero que el talante no se transforme en un desplante al diálogo". El presidente manifestó que "el único camino es la Constitución y la legalidad (…) lo que no se puede hacer no se va a hacer y no se hará".
Los términos estaban bastante claros para cualquiera, menos para el lehendakari, un hombre dotado de entendederas con elasticidad infrecuente. Comparado con el lehendakari, el propio Zapatero es un modelo prusiano de rigidez conceptual. Recuerden aquel día en que recibió a los dirigentes de Confebask para explicarles el plan que llevó su nombre hasta estrellarse contra el Congreso de los Diputados hace más de tres años. Los empresarios manifestaron con firmeza, envuelta en las buenas maneras que son esperables de gente con crianza, su rechazo y se quedaron bastante perplejos cuando al despedirlos, ya en la puerta, les dijo: “Me alegro de contar con vuestro apoyo”.
Algo parecido pasó con Zapatero. Como si la ciudadanía en general no hubiera tenido la ocasión de oír la respuesta del presidente, el jueves, 18, explicó en la prensa propia que su anfitrión “reconoció la solidez de mis argumentos políticos”. El mismo día explicó lo que había anotado en su agenda para el 25 de octubre de 2008, un año y una semana después. Ese día no iba a estar para nada a primera hora, porque acudiría a votar su referéndum. Exactamente a las 9 y media de la mañana.
Para que luego digan que los políticos de hoy carecen de un pensamiento estratégico o que son cortoplacistas en sus tomas de decisiones. Saber lo que vas a hacer un día determinado, no ya al cabo de un año, sino dentro de una semana, es un problema en unos tiempos tan volátiles como los que corren.
“Y mientras, venga a pedir dinero”, escribió Azaña que le dijo Negrín a finales de julio del 37. Votar Presupuestos contra Investigación. La ministra Garmendia, ha dicho (según los papeles) que el sistema de investigación en el País Vasco podrá seguir concurriendo “a las ayudas del Estado” gracias a que la fórmula para realizar la transferencia será “a través de la deducción del cupo”. ¿No se explicó bien?¿No la entendieron bien o es que se ha rizado el rizo y se paga dos veces la misma competencia? Deberían explicarlo con claridad.
Que el actual cálculo del Cupo es un privilegio que permite una sobrefinanciación notable a Euskadi no es cosa nueva. Emilio Guevara ha contado en alguna ocasión que cuando se estaba negociando el asunto y se cerró la cifra clave, el 6,24% de las cargas no asumidas por la Comunidad Autónoma, el entonces lehendakari Garaikoetxea no acababa de entenderlo y preguntaba a los negociadores si era un buen acuerdo para Euskadi. Uno de ellos le respondió: “Mira, lehendakari, con el 6,24% vamos a poder comprar las porras de los ertzainas en Loewe”.
El referéndum anunciado para hoy se ha quedado en casi nada, en unas manifestaciones locales a lo largo de seis municipios que van desde Guernica a Vitoria-Gasteiz, en lo que podría ser una adaptación al siglo XXI de las antiguas rutas juraderas. Es de suponer que la conmemoración no contendrá más dosis de victimismo que las estrictamente necesarias. Hemos conseguido que la jubilación anticipada de los ertzainas la pague el Estado, 30 millones de euros, que con la I+D+i y otras bagatelas suman 126 millones a descontar del Cupo. Eso será así todos los años que nos quedan de vida y más allá. Sin embargo, el apoyo del PNV sólo es para este año. En 2009, la negociación volverá al punto cero, pero con los 126 millones consolidados. Zapatero tendrá que ofrecer más dinero si quiere que le apoyen las cuentas. Y al año siguiente, más de lo mismo.
Es la aporía de Aquiles y la tortuga. El miércoles pasado, el subdirector de Estudios Financieros del CSIC, durante una conferencia amadrinada por la Fundación para la Libertad, dijo en Bilbao que el Cupo es una trampa. A mediados de los 90 llegaron a temer que el cálculo les diera negativo, un imposible lógico. O un concepto superior de soberanismo: acceder a la independencia y que nos paguen por ella.
Ibarretxe se había entrevistado con el presidente del Gobierno el 16 de octubre de 2007. Tras dos horas de conversación, el primer mandatario vasco dijo: "estamos ante un largo camino [...]. Espero que el talante no se transforme en un desplante al diálogo". El presidente manifestó que "el único camino es la Constitución y la legalidad (…) lo que no se puede hacer no se va a hacer y no se hará".
Los términos estaban bastante claros para cualquiera, menos para el lehendakari, un hombre dotado de entendederas con elasticidad infrecuente. Comparado con el lehendakari, el propio Zapatero es un modelo prusiano de rigidez conceptual. Recuerden aquel día en que recibió a los dirigentes de Confebask para explicarles el plan que llevó su nombre hasta estrellarse contra el Congreso de los Diputados hace más de tres años. Los empresarios manifestaron con firmeza, envuelta en las buenas maneras que son esperables de gente con crianza, su rechazo y se quedaron bastante perplejos cuando al despedirlos, ya en la puerta, les dijo: “Me alegro de contar con vuestro apoyo”.
Algo parecido pasó con Zapatero. Como si la ciudadanía en general no hubiera tenido la ocasión de oír la respuesta del presidente, el jueves, 18, explicó en la prensa propia que su anfitrión “reconoció la solidez de mis argumentos políticos”. El mismo día explicó lo que había anotado en su agenda para el 25 de octubre de 2008, un año y una semana después. Ese día no iba a estar para nada a primera hora, porque acudiría a votar su referéndum. Exactamente a las 9 y media de la mañana.
Para que luego digan que los políticos de hoy carecen de un pensamiento estratégico o que son cortoplacistas en sus tomas de decisiones. Saber lo que vas a hacer un día determinado, no ya al cabo de un año, sino dentro de una semana, es un problema en unos tiempos tan volátiles como los que corren.
“Y mientras, venga a pedir dinero”, escribió Azaña que le dijo Negrín a finales de julio del 37. Votar Presupuestos contra Investigación. La ministra Garmendia, ha dicho (según los papeles) que el sistema de investigación en el País Vasco podrá seguir concurriendo “a las ayudas del Estado” gracias a que la fórmula para realizar la transferencia será “a través de la deducción del cupo”. ¿No se explicó bien?¿No la entendieron bien o es que se ha rizado el rizo y se paga dos veces la misma competencia? Deberían explicarlo con claridad.
Que el actual cálculo del Cupo es un privilegio que permite una sobrefinanciación notable a Euskadi no es cosa nueva. Emilio Guevara ha contado en alguna ocasión que cuando se estaba negociando el asunto y se cerró la cifra clave, el 6,24% de las cargas no asumidas por la Comunidad Autónoma, el entonces lehendakari Garaikoetxea no acababa de entenderlo y preguntaba a los negociadores si era un buen acuerdo para Euskadi. Uno de ellos le respondió: “Mira, lehendakari, con el 6,24% vamos a poder comprar las porras de los ertzainas en Loewe”.
El referéndum anunciado para hoy se ha quedado en casi nada, en unas manifestaciones locales a lo largo de seis municipios que van desde Guernica a Vitoria-Gasteiz, en lo que podría ser una adaptación al siglo XXI de las antiguas rutas juraderas. Es de suponer que la conmemoración no contendrá más dosis de victimismo que las estrictamente necesarias. Hemos conseguido que la jubilación anticipada de los ertzainas la pague el Estado, 30 millones de euros, que con la I+D+i y otras bagatelas suman 126 millones a descontar del Cupo. Eso será así todos los años que nos quedan de vida y más allá. Sin embargo, el apoyo del PNV sólo es para este año. En 2009, la negociación volverá al punto cero, pero con los 126 millones consolidados. Zapatero tendrá que ofrecer más dinero si quiere que le apoyen las cuentas. Y al año siguiente, más de lo mismo.
Es la aporía de Aquiles y la tortuga. El miércoles pasado, el subdirector de Estudios Financieros del CSIC, durante una conferencia amadrinada por la Fundación para la Libertad, dijo en Bilbao que el Cupo es una trampa. A mediados de los 90 llegaron a temer que el cálculo les diera negativo, un imposible lógico. O un concepto superior de soberanismo: acceder a la independencia y que nos paguen por ella.
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